El durazno (Prunus persica)

Conoce las características principales del durazno (Prunus persica) en cuanto a su distribución, ecología, usos por el hombre y otras características de importancia biológica.

¿Cuál es su distribución?

El durazno o melocotón (Prunus persica) es un árbol originario de Asia, en particular de Afganistán, Irán y China. Fue traído al mundo occidental mediante el comercio establecido entre los romanos y los persas, debido a lo que debe el nombre específico de este vegetal («persica»). Desde esta región fue masificado a gran parte del mundo, siendo muy prolifero en países americanos como Argentina y Chile, México, mientras que en Europa, en España.

Generalidades

El durazno o melocotonero es un árbol hasta 8 m de altura, de tipo caducifolio, es decir, renueva sus hojas completamente durante la estación fría. Pertenece a la división Magnoliophyta, familia Rosaceae. Posee hojas lanceoladas y anchas con bordes aserrados. Las flores del durazno son pequeñas, con pétalos rosáceos a blanquecinos, de las cuales se generará luego de ser fecundadas, un fruto de tipo drupa, de carnosidad abundante y centro leñoso no comestible, llamado comúnmente «durazno» o «melocotón».

Ecología de la planta

Requieren de flujo constante de agua para su sobrevida, siendo establecido el riego mediante sistemas de goteo en los predios donde son cultivados de manera controlada: se ha evidenciado que flujos constantes de agua inciden positivamente en la calidad de los frutos cosechados, siendo estos más dulces y de mayor tamaño. Requiere de suelos ricos en nutrientes, sobre todo en nitrógeno y fósforo, lo que en los predios de cultivos controlados en solucionado mediante la aplicación de abonos como estiércol. Requiere de luz solar constante, por lo que prospera en terrenos llanos de alta exposición solar. Es muy propenso a sufrir el ataque de hongos que merman su producción de frutos y sobrevida, por ejemplo el Ascomycetes Monilinia fructicola, mientras que también es susceptible al ataque de la mosca de la fruta Ceratitis capitata. Una práctica utilizada en los cultivos controlados se denomina «raleo», y consiste en la eliminación de los frutos que han sobrepasado la maduración (cuajado) o que han sido picoteados por aves e insectos, en pos de la optimización de otros frutos que aún están en crecimiento.

Importancia para el humano

El durazno es una fruta muy demandada a nivel mundial dado que posee un alto contenido en nutrientes, como por ejemplo vitamina A, crucial para una buena visión, y potasio, útil en la contracción muscular esquelética y cardíaca. Es rica en contenido de vitamina B17, la que actúa como agente antioxidante y por ende un previsor del cáncer. También tiene un alto contenido de vitamina C, por lo que sirve para combatir de manera natural déficits de esta vitamina que puedan conducir al escorbuto. Los antiguos chinos ya lo asociaban a una vida prolongada, por lo que es común encontrarlo en grabados y pinturas antiquísimos: su contenido en una serie de cofactores enzimáticos como manganeso y zinc se relacionan con esta propiedad. El consumo del durazno es recomendado realizarlo sin cáscara, ya que esta retrasa y debilita la absorción de las sustancias metabólicas importantes que contiene para el organismo.

Tabla resumen

Nombre común Durazno, melocotonero
 Nombre científico Prunus persica
 Distribución El durazno es un árbol originario de Asia (Irán, Afganistan y China), y fue introducido a Europa gracias al comercio entre romanos y persas, y desde allí masificado al resto del mundo.
 Ecología (generalidades) Es un árbol de hasta 8 m de altura, con requerimientos ecológicos muy estrictos en cuanto a calidad de suelo, nutrientes y agua, siendo vital para esta especie un flujo acuoso constante y alto, y presencia de nitrógeno y fósforo en el suelo.
 Importancia humana El fruto del durazno (durazno o melocotón) ha sido asociado ampliamente a la longevidad desde tiempos de la Antigua China, lo que se ha comprobado hoy en día con análisis de los constituyentes de los frutos, ricos en vitaminas A, B y C, además de una serie de cofactores enzimáticos necesarios para un metabolismo sano.