El Puma

El puma, alimentación y habitat

EL PUMA, (Felis concolor) aunque protegido por la ley en nuestro país sigue siendo víctima de los cazadores clandestinos que lo persiguen hasta sus últimos reductos. Es un mamífero carnívoro que pertenece a la familia de los félidos. De cuerpo robusto y cabeza pequeña, de color pardo rojizo con las mejillas más claras, su longitud varía de acuerdo a las zonas en que habita y fluctúa entre los 1,40 a 2,40 metros. En Chile se lo encuentra a lo largo de toda la Cordillera de Los Andes.

El Puma habita bosques nativos y cultivados donde el macho establece su territorio que puede tener varios cientos de hectáreas y el que comparte con una o más hembras. Buen corredor, de caminar silencioso, trepa y salta a los árboles y se deja caer desde varios metros de altura sobre su presa.

La gestación se prolonga por 90 a 96 días, al cabo de los cuales nacen, generalmente, en medio de espesos matorrales, hasta seis crías de alrededor de 500 g. y 30 cm. de largo. De esta camada, normalmente dos cachorros llegan a la etapa adulta.

Transcurridos entre nueve y catorce días de vida, los pumas jóvenes abren los ojos. La hembra amamanta a los pequeños hasta los tres meses de edad, a pesar de que reciben comida sólida a partir del mes y medio, cuando ya pesan alrededor de 5 Kg.

En tiempos anteriores a la colonización europea, el puma era un componente habitual de los diversos ecosistemas chilenos. Los aborígenes, si bien le respetaban, no le temían, pues el puma (pangui o trapial en mapuche) a pesar de ser un animal de gran fortaleza, es muy tímido, rehúye al hombre y a los perros. Pero, con el correr del tiempo, la creencia popular que es un animal dañino para el ganado doméstico, motivó una gran persecución en su contra, con la consiguiente merma en las poblaciones de esta especie existentes en Chile.

En el pasado, el puma habitaba en la totalidad del territorio nacional, excluyendo el desierto localizado en la depresión intermedia del norte chileno, la Isla de Chiloé, el archipiélago de los Chonos y las Guaitecas y obviamente el territorio antártico. En la actualidad, debido al incesante aumento de la colonización humana, su distribución se ha reducido a zonas cordilleranas y precordilleranas, tanto de la Costa como de Los Andes y a aquellas zonas relativamente alejadas de la actividad humana.

El puma puede tener una o más guaridas en su territorio, estas se ubican, generalmente bajo árboles o al abrigo de grandes peñas. Al caer el crepúsculo este animal abandona su guarida y comienza a recorrer en busca de alimento. Para ello, cuenta con un aguzado olfato y excelente visión nocturna, además de un caminar silencioso, propio de todos los felinos, gracias a que cuentan con gruesos cojinetes plantares.

La alimentación del puma es muy variada, aunque de preferencia preda sobre mamíferos. En su dieta ocupan posición muy destacada la liebre (Lepus europaeus), el conejo (Orictolagus cuniculus) y diversos roedores como la vizcacha (Lqagidium viscacia); el tunduco (Aconaemys fuscus), los degues (Octodon sp) y los Tuco-tuicos (Ctenomys sp).Sin embargo también puede cazar mamíferos mayores como el guanaco (Lama guanicoe), vicuñas (Vicugna vicugna), pudúes (Pudu puda), Tarucas (Hippocamelus antisensis) y huemules (Hippocamelus bisulcus). Solo en casos extraordinarios de hambre el puma ataca al ganado doméstico, cuidándose mucho de hacerlo con caballos o bovinos adultos, por el riesgo de coces o cornadas mortales.

CUENTO

Los Pumitas Aprenden Una Lección

A diferencia de sus primos africanos, los leones de montaña que viven en América no pueden rugir, aunque ronronean muy bonito. Se les llama de varias maneras: pumas, cugares, panteras y gatos monteses. Los llamaremos pumas porque es más fácil.

Dos cachorros de puma estaban sentados en una roca, esperando alguna presa. Su mamá les había enseñado a cazar y ahora querían intentarlo ellos solos.

  • ¡Mira!- dijo uno. Un animal muy gordito se contoneaba junto a la roca.
  • ¡Seguramente no nos costará trabajo atrapar a un cachazudo como ése!

El segundo puma movió nerviosamente su cola de un lado a otro. No estaba muy seguro. La piel del animal se veía muy rara.

  • ¿Qué están mirando?- preguntó una voz tranquila. Era mamá puma, que había seguido silenciosamente a sus cachorros. Había que cuidar a estos pequeños cazadores novatos.Los pumitas le enseñaron al extraño animal.
  • Mmm…- dijo pensativamente la mamá.- Fíjense. Tiró una piedra que estaba en la roca hacia el animal. En un instante se había hecho una bola de la que sobresalían largas y afiladas espinas.
  • Es un puercoespín- les dijo.- Sus espinas son muy peligrosas y podrían herirlos seriamente. Prométanme que nunca lo atacarán.
  • Los pumitas asintieron solemnemente. ¿Quién hubiera pensado que un animal tan torpe podría ser tan peligroso?