La Fecundación

Conoce las etapas implicadas en el proceso biológico catalogado como uno de los «milagros de la vida»: La Fecundación.

Nuestros cuerpos están formados por millones de células y a su vez esas células son de diversos tipos implicados en diversas funciones. Toda esta gama y número celular se origina a partir de la unión de dos células, ovocito y espermatozoide, que al fusionarse darán paso a la formación, a partir de una célula llamada cigoto, mediante una serie de divisiones, a un organismo completo formado por millares de células al término de un periodo de 9 meses conocido como gestación. Si bien existen discusiones acerca de cuando comienza exactamente una nueva vida, la fecundación es el proceso que sirve como antesala al desarrollo embrionario, donde comienzan a surgir las estructuras y órganos propios de un humano. Todo lo necesario para el surgimiento de un ser humano está presente en el ovocito y espermatozoide implicado durante la fecundación, es por ello que el entendimiento de este proceso paso a paso es altamente relevante.

Formación de una nueva vida

El proceso mediante el cual un espermatozoide entra en un ovocito, es denominado como fecundación. Para que esto ocurra, es necesario que, por vías naturales (mediante coito) o asistidas (inseminación artificial) entren en contacto físico ambos gametos. Pensando en un coito como mecanismo natural mediante el cual puede ocurrir una fecundación, se tiene que los espermatozoides han recorrido un trayecto extenso desde la parte superior de la vagina, útero y casi tres cuartos de un oviducto, hasta encontrarse con el (o los) ovocito(s). De todos los espermatozoides que llegan hasta el ovocito, sólo uno es capaz de perforar tanto la corona radiada, zona pelúcida y membrana plasmática del ovocito. Cuando la zona pelúcida y membrana plasmática del ovocito han sido atravesadas por un espermatozoide, gracias a sustancias químicas presentes en el acrosoma del espermatozoide, ocurre un cambio químico en la zona pelúcida que impide a los demás espermatozoides atravesarla, destruyéndolos y evitando así la poliespermia, fenómeno que provocaría anomalías graves durante las primeras horas de desarrollo, detonando abortos espontáneos imperceptibles a la mujer.  Solamente ingresa al ovocito la cabeza del espermatozoide, dejando en el exterior su cuello y flagelo. Dentro del ovocito, la cabeza es destruida, rescatando de ella solo el núcleo que posee la información genética procedente del padre. El ovocito, que había estado “dormido” en cuanto a su proceso de reducción de información genética desde el desarrollo embrionario de la mujer, lo concluye rápidamente y en solo fracciones de segundos ocurre el fenómeno denominado cariogamia, el cual se traduce como la unión de los núcleos paterno y materno en un gran nuevo núcleo. Seguido de esta fusión de núcleos, la información genética presente en ambas partes fusionadas se reordena, formando un núcleo nuevo con la totalidad de la información genética (para un humano, 46 cromosomas), la cual ha sido recombinada.

La nueva célula formada con núcleo recombinado (cigoto) sigue su viaje hacia el útero, donde se implantará, pero antes de esto experimentará una serie de divisiones en un proceso llamado segmentación. Así, a partir de una célula se formarán 2, luego 4, luego 8, luego 16 y así sucesivamente, todas iguales en forma, función y tamaño entre sí. Una vez el embrión (surgido a partir del cigoto que se ha segmentado en muchísimas células) llega al útero, debe implantarse en el endometrio, y para esto algunas de las células que forman parte de este embrión (las más externas) sirven como “pegamento”, el cual es denominado trofoblasto. A partir de este “pegamento celular” no sólo se formará el vínculo con el endometrio, sino que además aparecerán una serie de estructuras vitales para la sobrevida del embrión en su entorno uterino, llamadas anexos embrionarios.

Anexos embrionarios:

  • Placenta: anexo embrionario que aparece del grupo de células que forman el trofoblasto. Este se encarga de la eliminación de los desechos líquidos y gaseosos procedentes del embrión. También está encargado de obtener sustancias nutritivas y de formar la hormona progesterona, la cual permite mantener el embarazo a lo largo de 9 meses de gestación.
  • Amnios: anexo embrionario que sirve fundamentalmente como medio de protección al embrión; se entiende como una especie burbuja que rodea al embrión, el cual “nada” en líquido amniótico. Este líquido permite al embrión crecer en un medio aislado del entorno materno, a pesar de estar dentro del útero, protegiéndolo también de infecciones.
  • Cordón umbilical: anexo embrionario que permite el intercambio de gases (oxígeno procedente de la circulación materna) y nutrientes (procedentes de la nutrición materna). Es el vínculo más directo que existe entre la madre y el embrión.