Maternidad y paternidad responsables

Descubre las conductas necesarias que deben tener madres y padres responsables durante el parto y lactancia, para el normal crecimiento del bebé recién nacido.

El cuidado hacia el bebé en gestación durante los 9 meses que dura el proceso intrauterino de desarrollo y crecimiento del bebé depende en gran parte de los autocuidados en la salud de la madre, la cual repercute directamente en la del niño o niña en formación. El padre también debe cooperar activamente durante este proceso, brindando un ambiente de tranquilidad, estabilidad y seguridad a la madre, evitando conductas estresantes que podrían alterar el normal desarrollo del bebé. Una vez ha ocurrido el parto, proceso donde el bebé sale desde el útero materno por vías naturales o cesárea, los cuidados deben continuar y ser compartidos en lo ideal por ambos progenitores. La importancia de este periodo es fundamental ya que incidirá directamente en su desarrollo cognitivo y emocional.

El parto

Cuando se cumplen aproximadamente 9 meses de gestación, se desencadenan una serie de reacciones hormonales en la madre que gatillan y activan el proceso de nacimiento, denominado parto. La principal implicada en éste proceso es la hormona oxitocina, la cual es liberada por la hipófisis a la sangre de la madre. La oxitocina viaja hasta el útero, estimulando las contracciones uterinas (movimientos musculares fuertes y constantes de las paredes del útero) que permitirán el nacimiento del bebé. Una vez el bebé ha tomado la posición de parto (su cabeza debe hacer presión contra el cérvix uterino) éste es expulsado al exterior a través de la vagina, en el entonces denominado canal de parto, siendo su salida asistida por algún especialista. El momento de salida del bebé recibe el nombre de parto, y no debe ser confundido con el alumbramiento, el cual corresponde al momento en donde la madre expulsa, vía vaginal, los anexos embrionarios (placenta, líquido amniótico). Inmediatamente después de nacido el bebé, se debe cortar y cauterizar el cordón umbilical, el cual dejará una pequeña cicatriz que más tarde será el ombligo. Los especialistas constatan el sexo del niño y además comprueban una serie de reflejos motores, cognitivos y realizan pruebas de coloración de piel, estatura y masa corporal.

Lactancia y apego

Una vez se han realizado las pruebas de rigor al momento del nacimiento, el bebé es “presentado” a su madre, la cual debe amamantarlo lo antes posible para comenzar a generar el vínculo madre-hijo que, se ha demostrado científicamente, está estimulado también por la oxitocina. La oxitocina y la prolactina, otra hormona, estimulan la formación de leche materna y aparición del reflejo de succión en el bebé, y de amamantar en la madre. La primera leche que la madre entrega a su bebé recibe el nombre de calostro, y es un líquido rico en sustancias nutritivas e inmunes. El bebé al succionar el pezón de la madre genera la respuesta hormonal de la prolactina de salida de la leche. Se tiene evidencia científica y documentada de que aquellos bebés que son amamantados desde el momento del nacimiento y durante los primeros meses de vida del bebé generan un vínculo más estrecho y singular con su madre, lo cual se denomina apego. Situaciones que aparentemente tienen poca explicación biológica como los denominados “sentimientos de madre”, estarían avalados y sustentados en la matriz biológica dada por el eje de la hipófisis y la prolactina.

Roles de paternidad y maternidad

Desde siempre se ha subentendido erróneamente que “las madres” deben ser las principales gestoras de la crianza de sus hijos y que los “padres” deben apoyar este proceso otorgando un ambiente de resguardo y seguridad a ambos. Hoy en el siglo XXI el aumento de familias monoparentales, las tasas de embarazo adolescente y el inicio de una vida sexual precoz (desde los primeros años de la adolescencia) han llevado a que estos roles sexuales se fundan y mezclen independiente de la diferencia de géneros. Movimientos sociales que han llevado a la valoración positiva del feminismo y el rechazo del machismo impulsados desde el siglo XX han contribuido a esta fusión de roles abriendo inclusive el debate en temas como la adopción y crianza de niños por parejas homosexuales. Independiente de la composición y estructuración de la familia, los bebés deben crecer en ambientes resguardados y estimulantes que les permitan un sano desarrollo afectivo y cognitivo.