Modelos de incorporación de inmigrantes

Las distintas estrategias utilizadas por los países para incorporar a los inmigrantes a sus sociedades. Conoce la asimilación, la fusión cultural y el pluralismo cultural.

Cristina Blanco (1990), considera que la integración debe darse siempre en igualdad de derechos y esta se produce cuando “un individuo o grupo, culturalmente diferenciado de otro grupo, se inserta en este último como miembro de pleno derecho” (C. Blanco, 1990:66). Esta integración puede venir de la mano de la asimilación de los recién llegados por parte de la sociedad receptora, de la fusión de culturas (melting pot) o del reconocimiento de la diversidad cultural (pluralismo cultural) dentro de un todo colectivo.

La asimilación

Los orígenes del modelo asimilacionista en Estados Unidos se sitúan en los comienzos del siglo XX, momento en que se da la gran afluencia de inmigrantes mediterráneos y eslavos, tanto católicos como ortodoxos, lo cuales iban a ser asimilados al main stream de origen anglosajón y protestante existente en la época. Por lo tanto, el término asimilación se igualó al de americanización en Estados Unidos o al de anglinización en Gran Bretaña.

En un principio y siguiendo las ideas de N. Abercrombie (1992) el término se utilizó para describir las relaciones raciales en Estados Unidos entre los grupos de inmigrantes y la cultura blanca dominante. Abercrombie señala que, en su uso inicial, el término denotaba una total unidimensionalidad, siendo unívoco en esencia. En ese sentido, el proceso de asimilación implica que los grupos y minorías deben adoptar la lengua, los valores, las normas y las señas de identidad, de la cultura dominante y, a su vez, abandonar progresivamente la suya propia, llegando a la absorción de la misma totalmente, en algunos casos.

Los puntos fundamentales de la ideología asimilacionista se recogen en el siguiente cuadro:

Homogeneidad unilateralidad integración global supresión de prjuicios y discriminación

Las críticas a los modelos asimilacionistas no se dejaron esperar, y voces como las de W.S. Bernard reprobaron ampliamente dicho modelo por lo que tenía de pérdida de forzada de la cultura que los inmigrantes llevan consigo, oponiéndose frontalmente al concepto de integración, el cual propone la diferenciación cultural dentro de un sistema de unidad social, reconociendo el derecho a los individuos a ser diferentes en la medida en que esas diferencias no lleven a la dominación o desunión.

El hecho de que ambas partes los recién llegados y la sociedad receptora no se encuentren involucradas en el proceso de integración de los primeros, es contrario a la capacidad de confrontar e intercambiar valores, normas y modelos de comportamiento en una posición de igualdad y de participación.

Esta forma de organizar la integración de los flujos migratorios en la sociedad de acogida fue utilizada por países como Francia y fue la fracasada estrategia de incorporación utilizada con los inmigrantes asiáticos en Australia.

La fusión cultural o melting pot

En la obra de M. Gordon (1964) el melting pot apareció como uno de los tres modelos de integración en los Estados Unidos, modalidad que nace a raíz de las críticas del asimilacionismo y en defensa del pluralismo. Su núcleo fundamental se construye con la idea de que la cultura o identidad nacional y cultural de un determinado país debe configurarse a partir de las contribuciones de todos los sectores o segmentos en él representados o al él incorporados.

Este modelo fue adaptado, además de por Estados Unidos, país donde se creó, por Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Argentina, donde la cultura nacional no está tan hecha como en Europa y los nativos no la mayoría demográfica y sociopolítica del país.

El origen del término melting pot se encuentra en la obra homónima The Melting Pot. Drama in four acts, del escritor británico de origen ruso Israel Zangwill, estrenada en 1908. En ella se hace hincapié en la idea de Estados Unidos como tierra de acogida donde todo el mundo tiene su cabida y se muestra una valoración positiva hacia la mezcla de razas y culturas.

A continuación se resumen las ideas principales “a favor” de este modelo:

1) el proceso afecta tanto a los recién llegados como a la sociedad receptora, es decir, a todos los segmentos socioculturales implicados sean mayoritarios o minoritarios.
2) la responsabilidad de la integración no recae solo en los foráneos o los recién llegados sino que implica también a la sociedad receptora, convirtiéndose en un fenómeno bidireccional.
3) se reconoce las aportaciones de los flujos migratorios en lo demográfico, laboral, fiscal, cultural, etc. e invita a los nuevos ciudadanos a participar en la vida social, propiciando la buena acogida y sentando las bases para la sensibilización y la tolerancia hacia los nuevos colectivos.

Entre las críticas que provocaron el fracaso del modelo encontramos que este, así como el asimilacionista, conllevan un abandono o pérdida de la cultura propia, ya que, para que surja una identidad nacional fuerte parece que se hace necesario sacrificar las singularidades y especificidades del “otro”. Además, esta propuesta se presenta más racial que cultural ya que se alude mayormente a la fusión biológica de los diversos grupos étnicos a través de los matrimonios mixtos, más que a la fusión de sus prácticas culturales.

El pluralismo cultural

El pluralismo cultural ahonda en la idea de que es posible convivir armoniosamente en sociedades, grupos o comunidades étnicas, culturales o religiosas o lingüísticamente diferentes , donde la diversidad cultural se valora muy positivamente y donde ningún grupo étnico tendrá que perder su cultura o identidad propia. Este modelo de integración enfatiza la diversidad cultural como algo positivo y deseable ya que propicia la práctica de las tradiciones etnoculturales y busca vías para que los individuos interactúen y se entiendan.

J. S. Furnivall, economista holandés, recibió el encargo de desarrollar una descripción del sistema económico no occidental y no homogéneo de Indonesia. A partir de su experiencia escribió dos libros importantes: Netherlands India: A Study of aPlural Economy y Colonial Policy and Practice. A Comparative Study of Burma and Netherlands India. En 1944 propone, por primera vez, el término “sociedad plural” para caracterizar a la sociedad de las Indias Orientales Holandesas, actualmente Indonesia, donde coexistían colonizadores holandeses, nativos indonesios y determinados grupos intermedios dedicados al comercio, mayormente inmigrantes chinos. Posteriormente, Frederik Barth(1968) utilizó el mismo término para describir la sociedad de Swat (Pakistán) en la que coexistían pacíficamente tres grupos étnicos en armonía interétnica . A esta definición se une M. G. Smith (1965) quien aplicó la concepción de sociedad plural al Caribe en donde cohabitaban colonizadores europeos, españoles y franceses, descendientes de los esclavos que fueron trasladados desde África y los inmigrantes asiáticos, en su mayoría indios.

Actualmente el modelo o ideología del pluralismo cultural se postula como un modelo que nace tras los fracasos del asimilacionismo y el melting pot y que se sintetiza en los siguientes puntos:

A) La aceptación de las diferencias culturales, étnicas, religiosas, lingüísticas o raciales y su valoración positiva.
B) El derecho a la diferencia, a ser distintivo de los valores, las creencias, la adscripción étnica, etc.
C) El reconocimiento general de la igualdad de derecho y deberes.
D) La exigencia no sólo del respeto del otro sino también un marco común de igualdad de derechos.

Desde mediado de los sesenta, el modelo que nos ocupa se igualó a la categoría de muticulturalismo, aunque, siguiendo a C. Kottak (1996) existen importantes diferencias, como son:

1) el pluralismo es un concepto político basado en la propuesta de igual poder para los grupos étnicos principales.
2) el multiculturalismo se origina como un concepto cultural que concede especial valor al entendimiento de todas las culturas, sin connotación política específica.