El Bosón de Higgs: la partícula de Dios

Conoce qué es un bosón y cómo esto se relaciona a la existencia de partículas elementales como los fermiones, los cuales permiten la existencia de la masa en la materia que nos rodea. 

¿Qué es un bosón?

Los bosones son uno de los tipos de partículas elementales que forman la materia, siendo las otras los fermiones. Se diferencian de los fermiones fundamentalmente (y de manera muy básica) ya que poseen un espín entero (con valores como 0, 1, 2…); en este contexto un espín corresponde al giro o momento angular que posee una partícula subatómica que forma la materia respecto a su propio eje (la palabra «espín» significa «giro»). Así, los bosones son partículas elementales que forman la materia que, a diferencia de los fermiones poseen un espín completo. En otros aspectos físico-cuánticos más complejos, es posible decir respecto de un bosón que no cumplen el principio de exclusión de Pauli, es decir, un bosón puede ocupar un momento cuántico idéntico al de otra partícula elemental. El nombre bosón fue acuñado por el físico británico Paul Dirac en honor del trabajo del físico indio Satyendra Nath Bose junto a Albert Einstein, quienes establecieron las particularidades de las partículas elementales, incluidos los bosones.

El bosón de Higgs: descubrimiento.

En 1964, Paul Higgs y sus colaboradores propusieron la existencia de un fenómeno hoy conocido como «mecanismo de Higgs», el cual establece cómo las partículas elementales se forman de masa mediante la interacción con un campo de Higgs que permea a todo el Universo adyacente a este, y en extensión a todo el Universo conocido formado por masa. En simples palabras el mecanismo de Higgs establece cómo la materia «gana o se forma» de masa, entendiendo que todo lo que nos rodea (y existe) está formado por masa (o materia). La observación del bosón de Higgs fue muy compleja dado que es una partícula inestable y escurridiza, entendiendo que su vida media (es decir, su existencia como molécula) solo se comprende en el orden de los zeptosegundos (la miltrillonésima parte de un segundo). A lo largo de 2012 y 2013, Peter Higgs y sus colaboradores en el Colisionador de de Hadrones ubicado en el CERN (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire) lograron observar partículas similares al bosón de Higgs teórico. En 2013 (octubre) junto a Francois Englert, Peter Higgs recibe el Premio Nobel de Física debido a la observación de estas partículas que han permitido desde entonces tener mayor evidencia y entendimiento sobre cómo y cuál es el origen de la masa de todo lo que nos rodea a nivel micro y macromolecular.

¿Cuál es la importancia del Bosón de Higgs?

El modelo teórico de Higgs plantea que en el Universo existe un campo de Higgs el cual permea completamente a este otorgándole masa a todo lo que rodea a las partículas elementales (bosones y fermiones), y no haciéndolo a aquello que no coexiste con estas partículas elementales. Es por esta situación que los medios otorgaron al bosón de Higgs el nombre de «partícula de Dios», ya que en el entendimiento más simplista de este fenómeno cuántico, el bosón de Higgs otorga la existencia cuántica de todo lo que nos rodea. La cobertura mediática dada al bosón de Higgs aumentó desde que se publicó en 1993 el libro de divulgación científica titulado «La partícula de Dios: si el universo es la respuesta ¿cuál es la pregunta?«, del físico Leon Lederman, aumentando la especulación en torno a esta partícula y elevándola al nivel de «partícula de Dios», o en la opinión pública no científica «la partícula con la que Dios construyó el Universo». Si bien este apelativo es rechazado casi unánimemente por la comunidad científica actual al ser considerado una exageración, sigue siendo llamado de esta forma, por ejemplo en muchas obras de ciencia ficción que le mencionan y asocian a catástrofes mundiales ocasionadas en pos de su aislamiento y observación (como por ejemplo en la novela de ciencia ficción «Ángeles y Demonios» de Dan Brown, o en la película «Solaris», del año 2002.