Los Elementos del Clima

Los elementos del clima son aquellos fenómenos meteorológicos interrelacionados, los que varían en su intensidad de acuerdo a la interacción de los factores del clima. Tradicionalmente se considera como elementos del clima a la temperatura, la presión atmosférica, el viento, la humedad, y las precipitaciones.

Temperatura

La temperatura es el índice del estado energético del aire, el que se expresa en el calentamiento determinado de la atmósfera; por ello, la temperatura indica el grado de calor o frío sensible que la atmósfera presenta. Las escalas termocéntricas que son más utilizadas son los grados Celsius y los grados Fahrenheit. En los mapas climáticos, la temperatura se grafica mediante las isotermas.

Cabe señalar que los instrumentos utilizados para el estudio de la temperatura son el termómetro, con el cual se mide, y el termógrafo con el cual es registrada.

Presión Atmosférica

La presión atmosférica corresponde al peso que ejerce la atmósfera sobre la superficie de la Tierra, y la unidad que se utiliza para expresarla son los milibares. La presión atmosférica promedio sobre la Tierra al nivel del mar, es de 1.013,25 milibares, lo que equivale al peso de una columna de mercurio de 76 centímetros de altura y a 0 grados centígrados de temperatura, o al peso de 1.033,3 gramos de aire por centímetro cuadrado. La representación gráfica de la presión atmosférica se lleva a cabo mediante la construcción de cartas de presiones, en las que es posible diferenciar dos tipos de centros de presión: los de alta presión y los de baja presión.

Los instrumentos que se utilizan para el análisis de la presión atmosférica son el barómetro y el barógrafo: con el primero se mide la presión, y con el segundo se hace la representación gráfica.

Los Vientos

Los vientos son movimientos horizontales de masas de aire, y es preciso no relacionarlos con los movimientos verticales de aire, pues ellos son denominados corrientes. Los vientos se producen por las diferencias de densidad del aire, las que son originadas por las diferencias horizontales de presión atmosférica. Existe una amplia gama de vientos, entre los que se encuentran los vientos planetarios (los alisios, los polares del este, los bravos del oeste, y los vientos del sur); los vientos continentales (los monzones asiáticos y las brisas del mar a la tierra en el día y a la inversa al anochecer, los vientos ciclónicos (los que soplan alrededor de centros de baja presión), y los vientos locales, entre los que se hallan, para el caso de Chile el Terral, el Puelche, el Raco y la Puigua).

Para estudiar a los vientos se utiliza el anemómetro, mediante el cual se registran las velocidades que pueden alcanzar las masas de aire; mientras que para calcular su dirección se usa la veleta.

Humedad

La humedad es el estado que presenta la atmósfera en cuanto a la presencia en sus partículas de moléculas de vapor de agua; por ello cuando la presencia de vapor de agua es alta, se afirma el aire está húmedo; en el caso contrario, cuando no hay gran presencia de vapor de agua, se afirma que el aire es seco. Es preciso, además, distinguir el concepto de humedad relativa, el que hace referencia a la proporción de vapor de agua en relación a la cantidad total de moléculas de aire, llegando a un punto de saturación en la cifra del 100%.

Los instrumentos que registran la humedad son el higrómetro y el psicrómetro.

Precipitaciones

Las precipitaciones corresponden al fenómeno de la caída de partículas de agua en estado líquido (lluvias) o en estado sólido (nieve) sobre la superficie de la Tierra, y son el resultado de un proceso que es generado por el enfriamiento de masas de aire húmedo debido a la ascensión, y a la presencia de núcleos de condensación o de congelación, los que atraen moléculas de agua y originan las precipitaciones. Las precipitaciones se categorizan de acuerdo a la forma en que la masas de aire que las originó se elevaron en la atmósfera; por ello se clasifican en convectivas, ciclónicas, y orográficas.

La cantidad de precipitaciones caídas en el periodo de un año en un territorio determinado, da origen al índice de pluviosidad, el que se expresa en milímetros por metro cuadrado; para obtener este importante indicador se recurre al pluviómetro, y para su representación al pluviógrafo.