Causa de la Independencia: escasez y sobreabundancia

Las ventas del trigo y el libre comercio dieron un breve buen momento económico. Un mercado interno lleno de productos importados afectaron al productor local.

El buen momento económico.

Durante el siglo XVIII la colonia chilena vive una realidad en su economía como nunca antes. De ser un territorio literalmente mantenido desde el virreinato del Perú, pasa a convertirse en un gran exportador de trigo y otros productos agropecuarios. Sumado a la extracción minera, se configura un balanza comercial a favor de Chile colonial. Las ventas dieron ingresos extraordinarios a la clase criolla, la cual pudo tener bienes de lujo por primera vez. Llegaron desde Lima, y en ocasiones desde Europa, finos muebles, telas, instrumentos musicales, vestuario en general, herramientas y hasta libros.

La buena situación económica era por dos motivos:

  • El terremoto de Lima, Perú, de 1746, en que se destruyó la infraestructura portuaria del Callao, con daños materiales tan grandes que la economía se vio seriamente resentida por varias décadas.
  • La Ordenanza de libre comercio de 1778, que hizo posible el intercambio comercial entre colonias de España.

El Imperio Español no permitía vender o comprar a otra potencias. Sin embargo los contrabandistas ingleses, holandeses y franceses, lograban grandes ganancias a través de las ventas de las últimas novedades traídas desde Europa. El comercio chileno está saturado de mercancías.

La fuerte caída económica.

España para asegurar las exportaciones de sus productores liberó del pago de derechos a las ventas de tejidos de lana, algodón y cáñamo, dando un duro golpe a los productores locales, que en general confeccionaban con menor calidad. El productor local no pudo competir con la oferta extranjera. La pequeña industria local se arruina. A los comerciantes les convenía el antiguo sistema en que al haber pocos bienes a la venta podían subir los precios según les diera la gana. La presión por exportar cereales a Perú, puesto que ellos pagaban mucho mejor que el consumidor chileno, dejó casi desabastecido a Santiago. Fue necesario que el Cabildo ordenara la retención de las exportaciones para que los precios no subieran en exceso.

Otra situación que hizo cambiar la tranquilidad de la economía colonial es el uso del puerto de Buenos Aires. Durante gran parte de la colonia lo único que llegaba desde allá era la yerba mate y unas rústicas mantas; pero ahora era la ruta de ingreso de las finas manufacturas de España. Chile comenzó a vender cuero curtido y cobre labrado, pero la gran salida era el oro y la plata para pagar las importaciones. Con Perú el comercio se especializó. Chile vendía trigo, sebo, cobre en barras, cuerdas, vinos y cueros curtidos. Desde Perú nos llegaba azúcar, tabaco, telas de algodón y lana, y sal. La balanza comercial era un tercio a favor de Perú, por lo tanto paulatinamente la colonia chilena se estaba empobreciendo. Ya es el año 1800.

La crisis económica motiva la Independencia.

El deseo de la clase comerciante criolla, de los productores locales y de los hombres bien informados era establecer restricciones al comercio, pues la medidas de tomadas por España eran, por sobre todo, solo para favorecer a los peninsulares. La decepción por las decisiones tomadas por los españoles se fue convirtiendo paulatinamente en un deseo de tomar medidas locales, como los límites a las importaciones y exportaciones, que solo eran posible a través de la independencia política.