Economía durante la República Autoritaria

En el periodo en que va desde 1831 a 1861 y que está determinado por la administración conservadora, la economía de Chile experimentó un relativo crecimiento que se sustentó en la exportación de productos derivados de las industrias agropecuaria y minera. De hecho, el descubrimiento del mineral de Chañarcillo en 1833 y la apertura de los mercados de California y Australia en 1848 fueron los principales factores que sustentaron este crecimiento; además, en este periodo se iniciaron las explotaciones carboníferas en la zona de Arauco.

Debido al auge del comercio internacional y de las exportaciones el puerto de Valparaíso se convirtió en el principal centro económico del país y progresivamente se transformó en uno de los más importantes del Océano Pacífico.

En el ámbito financiero, durante la gestión del ministro de Hacienda de Prieto, Manuel Rengifo, las cuentas públicas fueron saneadas y se intentó propinar el crecimiento económico a través de la aplicación de una serie de medidas:

  • el congelamiento de las remuneraciones de los funcionarios públicos y la centralización de los egresos para disminuir el gasto fiscal;

  • la modificación de los aranceles aduaneros para fomentar la importación de tecnología y bienes de capital con el propósito de beneficiar a la industria artesanal;

  • el reestablecimiento de los almacenes fiscales en el puerto de Valparaíso, con el fin de que los comerciantes extranjeros pudieran realizar sus operaciones desde la V Región;

  • la promulgación en 1835 de la Ley de Cabotaje, dirigida a desarrollar el crecimiento de la marina mercante:

  • la trasformación del régimen tributario para los agricultores, acción que se complementó con la creación en 1838 de la Sociedad Nacional de Agricultura;

  • el establecimiento de la Quinta Normal de Agricultura, un centro de experimentación agrícola; además de la construcción de canales y embalses;

  • finalmente, de este periodo datan las primeras instituciones financieras, como bancos emisores y compañías de seguros.

A pesar de estas iniciativas, la excesiva dependencia de las exportaciones agrícolas y mineras y el fluctuante precio de éstas, impidieron que el relativo crecimiento que experimentó la economía chilena se cristalizara en un desarrollo permanente y sostenido en el tiempo. De hecho, debido al agotamiento del mineral de Chañarcillo y al cierre de los mercados de California y Australia, a fines de la década de 1860 la economía de Chile entró en una etapa de declive.