Guerra contra la Confederación Peruano-Boliviana

La guerra contra la Confederación Peruano-Boliviana fue el principal conflicto internacional que debieron enfrentar los conservadores durante su estadía en el poder. Es preciso señalar que en el año 1836, bajo la conducción de Andrés de Santa Cruz, Perú y Bolivia se habían unido en una confederación política y militar.

En los comienzos de la República Autoritaria las relaciones entre Chile y Perú se hallaban tensionadas por dos factores: el peligro que Santa Cruz veía en el crecimiento de Valparaíso para el principal puerto peruano, El Callao; y en la deuda que el Estado peruano mantenía con el chileno debido a los costos de la Expedición Libertadora. A estos problemas, se sumaba el hecho de que Santa Cruz había enviado fuerzas militares para apoyar a Ramón Freire en su levantamiento contra Prieto. Este hecho en particular fue considerado por Diego Portales como prueba de que la existencia la Confederación significaba un grave peligro para las ambiciones del Estado chileno.

Con el propósito de debilitar las posiciones peruanas en enviado en una expedición naval Victoriano Garrido, quién fracasa pues sólo logró capturar tres embarcaciones peruanas; después de su incursión, Garrido firma un acuerdo de paz con Santa Cruz. En respuesta, el gobierno chileno despachó hacia Lima a Mariano Egaña, quién debía cobrar las deudas de la Expedición Libertadora y una indemnización por los gastos ocasionados por las tropas de Santa Cruz que ayudaron a Freire en Chile. Las intenciones del Estado chileno chocaron ante la negativa de Santa Cruz, y entonces Egaña fue comisionado para comunicar la declaración de guerra de Chile hacia Perú.

Los preparativos del conflicto se iniciaron en Chile en el año 1837 y en medio de ellos, en la ciudad de Quillota el ministro Portales fue asesinado por un batallón de soldados que estaban en contra de la guerra contra la Confederación. Sin embargo, este incidente no detuvo las intenciones chilenas y desde el puerto de Valparaíso zarpó hacia Perú una expedición comandada por el almirante Manuel Blanco Encalada; no obstante, tras iniciar sus acciones militares se vio superado por el mayor número de fuerzas al mando de Santa Cruz y por una epidemia que asoló en medio de las fuerzas chilenas. Como consecuencia de su debilitada posición, Blanco Encalada firmó un acuerdo de paz con la Confederación, el cual se conoce como Tratado de Paucarpata.

Este tratado fue duramente rechazado por el gobierno chileno y se preparó un nuevo contingente de fuerzas para enviar a Perú, esta vez comandadas por el general Manuel Bulnes y que se conocieron con el nombre de Ejército Restaurador del Perú.

Tras varias operaciones y batallas las fuerzas de Bulnes lograron derrotar en el año 1839, a la Confederación de Santa Cruz en la batalla de Yungay, lo que permitió al Estado chileno disolver por la fuerza a la Confederación Peruano-Boliviana.