Himno Nacional Chileno: su historia

El himno de Chile fue creado como un símbolo de unidad nacional. Cada vez que se interpreta en una ceremonia oficial, encuentro deportivo, etc, justifica su existencia como símbolo patrio.

Cuando Chile se independizó oficialmente en 1818, los símbolos patrios que en general se usaban en el mundo eran la bandera y el escudo. La existencia de un himno nacional era una costumbre de solo unos pocos países. El Director Supremo de Chile Bernardo O’Higgins había recibido una educación integral en Europa, lo que incluye el conocimiento de música, y la importancia de los cantos en la movilización de las tropas del ejército. Esa extraña mezcla entre lo artístico y lo bélico, dan espacio a la existencia de un himno nacional.

El primer himno chileno

La letra

O’Higgins encargó al poeta Bernardo Vera y Pintado una letra que resaltara los valores nacionales. El resultado fueron 10 estrofas y un coro. Se le denominó «Canción Nacional de Chile». Las estrofas eran muy antiespañolas, como por ejemplo en la primera de ellas:

El cadalso o la antigua cadena

os presenta el soberbio español:

arrancad el puñal al tirano

quebrantad ese cuello feroz.

La música

En un inicio simplemente se cantaba con la música de otro himno, el argentino, compuesta por Blas Parera. Insatisfecho O’Higgins ordenó a José Ravanete que le compusiera una música adecuada. Ravanete era músico pero hacer un himno estaba más allá de sus capacidades, por lo que adaptó una conocida melodía española. Al estrenarse su versión en 1820 las protestas fueron demasiadas, y se desechó el trabajo de Ravanete.

Se buscó a otro músico, y se halló en Manuel Robles Gutiérrez el talento suficiente como para hacer la melodía del himno. Para el día de su cumpleaños, el 20 de agosto de 1820, O’Higgins presenta en público la nueva música. Todos quedaron felices con el resultado. Es una lenta marcha fácil de interpretar y cantar. Muchas veces el propio O’Higgins lo tocaba en su piano.

Cuando O’Higgins debió renunciar los nuevos gobernantes plantearon la necesidad de reemplazar el «himno de O’Higgins». Esto se concreta en 1828, cuando se interpreta el nuevo arreglo orquestal de Ramón Carnicer, un afamado músico español exiliado en Inglaterra, y que nunca estuvo en Chile. La música de Carnicer es una marcha 4/4, e incluye introducciones de cuerdas. Es posible que Carnicer se haya basado en canciones europeas para hacer la música, algo habitual en la época.

Himno actual de Chile

Nuevas estrofas

Para el año 1846 el país se había integrado al comercio internacional, y debía mantener buenas relaciones con Europa, incluyendo a España. Por tal motivo un himno tan agresivo contra los españoles ya no tenía cabida. Se encargó entonces, por instrucciones del Presidente de la República Manuel Bulnes, al poeta Eusebio Lillo una nueva letra para el himno, que utilizaría la misma música creada por Ramón Carnicer.

Seis estrofas y un coro escribió Eusebio Lillo. El coro no convenció a Bulnes, por lo que prefirió mantener el de Bernardo Vera y Pintado, y que se interpreta hasta el día de hoy, con la música de Carnicer:

Dulce Patria, recibe los votos

con que Chile en tus aras juró

que o la tumba serás de los libres

o el asilo contra la opresión.

El último verso se canta con un error de pronunciación, pues por razones de entonación debe decirse «contrá la opresión». El problema del mal acento se intentó varias veces corregir, pero nunca se tuvo éxito.

Debido a la extensión del himno y las dificultades técnicas para su correcta interpretación, en la práctica se fue acortando, quedando, junto al coro, solo la quinta estrofa, la cual se refiere a la geografía del país:

Puro Chile, es tu cielo azulado,

puras brisas te cruzan también,

y tu campo de flores bordado,

es la copia feliz del edén.

Majestuosa es la blanca montaña

que te dio por baluarte el Señor,

y ese mar que tranquilo te baña

te promete futuro esplendor.

Interpretaciones

En 1980 se estableció que el tiempo de la música del himno sería «vivace» para la introducción y «tranquilo» para el canto. Sin embargo, la mayoría, desconocedora de la música, simplemente la mantiene como una marcha 4/4 y a veces 12/8. Así también la interpretación popular incluye énfasis que no están en la partitura, como por ejemplo en el verso del coro «de los libres«.

Versiones especiales del Himno Nacional chileno

Gobierno militar

El himno tiene seis estrofas y un coro, y tradicionalmente se  canta hasta 1973 la quinta estrofa y el coro. Sin embargo, durante el gobierno de Augusto Pinochet (1973-1990) se ordenó que se interpretara también la tercera estrofa, la cual se refiere a las glorias del ejército. En 1990 un decreto supremo del Presidente Aylwin estableció oficialmente que solo se deben interpretar la quinta estrofa y el coro.

Fútbol

En los encuentros de fútbol internacionales existe la costumbre interpretar los himnos de los países que se enfrentan. Sin embargo debido a que eso enfría a los jugadores, pues deben estar inmóviles por varios minutos, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) creó versiones de un minuto para los himnos, las cuales son puestas en los altoparlantes de los estadios. En el caso de Chile, y otros pocos países, eso no puede ser cumplido pues público y jugadores continúan interpretando a capela el himno nacional, y por cortesía el árbitro debe esperar a que termine.