Historia de los Huasos Chilenos

«Es a fines del siglo XVIII cuando hace su aparición en escena la figura y el vocablo que lo denomina; por esos años se estilaba que científicos, sacerdotes, o simples viajeros vinieran a América para luego escribir sus experiencias y publicarlas en el Viejo Mundo. Son ellos quiénes hacen las primeras alusiones a un habitante del campo chileno, mestizo, quién montaba muy bien a caballo, usaba con maestría el lazo, y vestía con una indumentaria acorde a sus actividades, de la que definitivamente era el poncho (descrito como un trozo de tela cuadrado con un agujero para pasar la cabeza) lo que más llamaba la atención. A este personaje se le llamó «guasso».


Con el correr de los años, la denominación cambió a «huaso» y se fueron perfilando las características esenciales de este habitante tan especial del campo chileno. Durante la primera mitad del siglo XIX una gran cantidad de viajeros, Gay y Rugendas entre otros, toman apuntes escritos y gráficos de sus costumbres, de sus rasgos de carácter y vestimenta; por esos años el huaso era toda una personalidad, su habilidad con el caballo y el lazo se hacen épicas. Del 1850 al 1910, aproximadamente, hubo una fuerte inmigración de ingleses a Chile, quienes traen consigo sus costumbres y modos de vida; en esta época el huaso queda relegado al campo y sus actividades. Es en las cercanías de la celebración del Centenario de la Independencia cuando reaparece en escena, si bien no aún en las celebraciones. En esos años, nacen las primeras caricaturas de huasos en periódicos y revistas. Desde esa época en adelante ha ido recuperando terreno, sus fiestas tradicionales, como el rodeo y festividades religiosas son objeto de reportajes en medios periodísticos».

Por el año del Centenario, la Municipalidad Santiago trae al entonces Parque Cousiño un rodeo, presentándolo como un espectáculo digno de verse y en el que se puede conocer el mundo campesino. Por esos años el rodeo se efectuaba desde hacía poco contra una cerca curva (hasta 1890 era recta), y la vestimenta era harto distinta a la que observamos hoy en día, baste ver la fotografía de un capataz de rodeo sin manta ni poncho alguno, algo impensable en la actualidad.

Desde 1920 en adelante se organizan competencias de rodeo en Santiago y otras ciudades, paralelamente, se va perfilando la vestimenta que el huaso usa en estas ocasiones. De esta época son las primeras caricaturas en las que se representa a Chile como un huaso de manta y faja.

Un dato interesante y tal vez poco conocido es que la Parada Militar del 19 de Septiembre, no siempre ha contado con la presencia del huaso; es recién en el año 1931 cuando desfilan por primera vez en la Elipse del parque, y como su traje de gala todavía no terminaba de definirse, el aspecto de aquellos orgullosos primerizos era algo irregular. Desde esa fecha en adelante, nunca han faltado los huasos bien pinteados en el parque.

Para la década de 40 se hacían competencias de rodeo en la Exposición Agrícola Ganadera de la Sociedad Nacional de Agricultura, que se llevaba a cabo en noviembre de cada año en la Quinta Normal (esta feria es la antecesora de la FISA). De la década del 50 en adelante, el huaso es un personaje que podemos observar más a menudo en las ciudades, gracias a las competencias organizadas en las distintas regiones del país. Las revistas y periódicos dedican reportajes a las actividades en las que el huaso «bien cacharpeado» sale a relucir.

En el año 1961 el rodeo es declarado nuestro deporte nacional. En las últimas décadas, el huaso vestido con su mejor pinta se ha ido consolidando como símbolo de nuestro país; en la actualidad lo vemos en grupos difusores del folklore, en fiestas tradicionales, la Parada Militar, celebraciones a la Virgen, el Cuasimodo, y sobre todo en Fiestas Patrias.

Si uno quiere observar a los huasos mejor pinteados de la zona central no hay evento más indicado que el Campeonato Nacional de Rodeo, que se lleva a cabo todos los años en Rancagua. Allí se reúnen cada año las mejores colleras, los que participan en la competencia de movimiento a la rienda, y por supuesto asisten los más connotados de la sociedad criolla.

Hasta aquí hemos hablado de los huasos que vemos en la ciudad. Pero es importante recordar al huaso que vive siempre en el campo, al que corre en rodeos de pueblo, al que no corre nunca, a los que son cantores populares, a todos aquellos que viven en pueblos de la zona central de Chile. Conocer a estos huasos de campo es encontrarse con la verdaderas raíces de lo que somos los chilenos, pues en ellos todavía está presente la mezcla de mapuches y españoles de la que descendemos… en sus cantos con ritmo indígena, en sus tejidos hechos en telares indígenas o españoles; en las vasijas de greda que aún utilizan en la vida diaria; los canastos que todavía tejen para el acarreo de papas; en las monturas hechas a mano; las riendas trenzadas; los lazos…

¿De donde viene el traje de huasa elegante, con falda y chaqueta negra ajustada?

Antiguamente la gente usaba un ropón para andar a caballo, y las mujeres usaban estas faldas ajustadas para montar de lado. Hubo una folclorista, María Eugenia Silva de Ramón, que dijo: mi familia nunca ha sido de inquilinos, sino de dueños de la tierra, así que yo no puedo usar el traje de china. La verdad es que las mujeres de las casas patronales jamás usaron un traje típico. O llevaban ropa de Santiago que ya no usaban o se hacían unas ropas sencillas para el campo, entonces para bailar, usaron el ropón, que era lo más característico del campo, la ropa de montar.

La indumentaria huasa debe ser muy cómoda, ya que el huaso pasa gran parte del tiempo montando. Cada una de las piezas tiene una utilidad específica.

En el rodeo, tanto el huaso como el caballo van vestidos con implementos típicos, que dependen, en gran parte, del gusto del jinete. Él se viste y calza utilizando elementos que pertenecen a la indumentaria huasa.

Hay diferentes «tenidas», por llamarlas de algún modo, que se diferencian claramente una de otra:

Vestimenta de diario: hoy se han incorporado prendas tales como jeans o casacas, pero no puede faltar la chupalla o sombrero de paño.

Vestimenta de faena: para el trabajo en el campo, es resistente y cómoda para andar a caballo.

Vestimenta de lujo: utilizada principalmente en rodeos y fiestas. Los huasos sacan sus mejores prendas. Camisa a cuadros, chaquetilla corta blanca o negra, pantalón a rayas, zapatos de tacón, faja o cinturón, encima un lujoso poncho o manta.

La mujer en tanto se viste con un sencillo vestido de vivos colores generalmente.