La Crisis de la Derecha Tradicional

Hacia 1957 los partidos de la derecha tradicional, apoyados en la oligarquía terrateniente conservadora y liberal, no tenían mucho que ofrecer a la ciudadanía chilena y la base de su representación parlamentaria se debía más a los vicios de un sistema electoral rígido y a la oscura influencia de los dueños de haciendas en las zonas rurales, que al apoyo popular que recibían sus propuestas programáticas.

De hecho, la permanencia de la derecha conservadora en los escaños del Congreso, se había constituido en un freno para los planteamientos reformistas provenientes desde los partidos de centro y de izquierda. No obstante, las transformaciones que se le practicaron al añejo sistema electoral chileno y los efectos de la Reforma Agraria desde 1960, socavaron los fundamentos del poder terrateniente e hicieron colapsar a la derecha tradicional que se vio obligada a refugiarse bajo la sombra del Partido Nacional y su furibundo discurso anticomunista.

Si bien la derecha tradicional chilena era de marcado carácter confesional, y por ello hasta la primera mitad de los años ’50 contó con la Iglesia Católica como un importante aliado para concitar el apoyo de las masas, los profundos cambios ideológicos que sacudieron a la Iglesia durante esta década y la siguiente, le restaron un importante apoyo pues las preocupaciones de la Iglesia se orientaron hacia temas de mayor relevancia social y, además, coincidían con algunas de las propuestas planteadas por sus adversarios políticos.

A pesar de que las elecciones de 1958 fueron ganadas por el candidato Jorge Alessandri, apoyado por la derecha, de acuerdo a lo señalado más arriba a partir de la década de los ’60, el referente político que aglutinó a la mayoría de los creyentes católicos fue la Democracia Cristiana; de hecho, la crisis definitiva de la derecha sobrevino tras el fin de la administración Alessandri y se debió a la combinación de una serie de factores de corte político y económico.

El principal factor que confirmó el declive de la derecha tradicional fue el fracaso del gobierno de Alessandri para implementar su proyecto de estado tecnocrático y su proyecto económico liberalizador, a lo que se sumó su magro desempeño para controlar la ola inflacionaria que asolaba a la economía chilena desde el segundo gobierno de Ibáñez. A fines de la administración de Alessandri, el declive de la derecha era tan patente que para las elecciones de 1964 esta prefirió omitir su presencia y con ello favoreció la amplia victoria de la Democracia Cristiana y de su abanderado Eduardo Frei Montalva; sin embargo, esta estrategia no rindió frutos pues en los comicios parlamentarios del año siguiente la Democracia Cristiana confirmó su triunfo de 1964 al obtener una amplia mayoría en el Congreso en desmedro de la derecha tradicional.

Un intento por remediar la crisis electoral de la derecha fue la fusión de los conservadores y liberales en el Partido Nacional, concretada en el año 196 y que en la práctica no alcanzó efectividad porque este nuevo referente político mantuvo su posición intransigente frente a las reformas sociales y económicas que se estaban aplicando en el seno de la sociedad chilena; es preciso señalar que gran parte de esta postura se originaba en el rechazo a la Reforma Agraria, ya que la implementación de esta última involucraba el desmantelamiento de las estructuras latifundistas que conformaban la principal base del poder de la derecha tradicional.

Si bien en las elecciones presidenciales de 1970 el candidato de la derecha, el ex presidente Jorge Alessandri obtuvo una alta votación, esta no se debió a una recuperación electoral y programática de la derecha sino que fue producto de la fuga de una gran cantidad de votos democratacristianos que castigaron la gestión de su partido en el gobierno durante el periodo anterior.

Mientras estuvo en el gobierno la Unidad Popular, el rol político de la derecha se limitó a obstruir desde el Congreso las iniciativas de la coalición gobernante y a formar alianzas, algunas evidentes y otras solapadas, con grupos sociales y económicos que estaban en frontal oposición a la administración Allende y que fueron protagonistas de lamentables y nefastos hechos como el Tanquetazo, un frustrado golpe de Estado que se llevó a cabo en junio de 1973.