La herencia española en Chile

Los genes, el idioma, la religión y muchas costumbres, como la siesta, nos dejaron los españoles. Según Pablo Neruda lo mejor de ellos fueron sus palabras.

Siempre el ser humano ha tenido entre sus características el moverse de un lugar a otro. Cuando el mundo comenzó a estar completamente poblado esa costumbre no se perdió. El problema es que una nación intentaba y lograba ocupar un espacio ya perteneciente a otra nación. Los conflictos se multiplicaron. Así en el mundo hubo las grandes invasiones de los pueblos de las estepas euroasiáticas que entre China y Roma modificaron el mapa político de la antigüedad. En el tiempo de la conquista en el siglo XV los europeos se mueven por los océanos modificando los otros continentes. Son nuevos lazos establecidos muchas veces en forma violenta, que modifican costumbres, religiones, idiomas, en realidad todo.

La sangre mestiza.

Una forma concreta de observar el legado español es la apariencia física de los actuales habitantes de muchas de las ciudades chilenas. Sus rasgos son muy variados, una estatura media, un cuerpo ancho, ojos pequeños y cafés, a veces de otros colores; un cabello moreno y liso, a veces dócil,  a veces ondulado, a veces tieso; manos de grandes palmas; la piel es a veces clara, a veces morena. Es el hombre y mujer cuyos genes llevan la mezcla sanguínea producida desde hace cuatro siglos entre el blanco español y la mujer indígena. Es una mezcla a veces forzada, pero lo que se es no siempre comenzó de la mejor manera.

La tradición religiosa.

Chile es un país de fuerte religiosidad. La mayoría son cristianos del grupo católico y de los grupos evangélicos. Hace 500 años la situación era completamente diferente. Había una infinidad de cultos religiosos. Había adoración a los espíritus de los antepasados, a las fuerzas de la naturaleza, a dioses tutelares, y algunos creían en un único gran espíritu creador.

El idioma castellano.

Castellano o español. Llamado de ambas formas, la lengua de Castilla se hizo oficial en toda España, y por cierto en el imperio colonial en América. En Chile fue el primer idioma escrito, ya que antes los principales idiomas eran solo hablados. Se utilizaba el quechua como lengua transcultural en la zona norte y centro, donde dominaba el imperio inca. Paralelamente se hablaban por lo menos una decena de idiomas propios de cada cultura, con una innumerable cantidad de variaciones locales. Más al sur el mapudungun era la lengua que se convertía en el tronco de varias culturas. También las diferencias locales eran notables. El castellano era el idioma oficial para toda la documentación oficial del Imperio español, se usaba en los tribunales, en las compras y ventas, en todo. Sin embargo, hubo un intento de educación bilingüe en el siglo XVIII, cuando los jesuitas enseñaban en mapudungun y español. Los pocos libros que llegaban a Chile colonial estaban en diversos idiomas: latín, francés, inglés, etc., por lo tanto la cultura fue sinónimo de saber varios idiomas. Todavía en Chile es muy apreciado el dominar varias lenguas. Los primeros cronistas, los primeros poetas y narradores chilenos lo hicieron en castellano. Como dijo el poeta chileno Pablo Neruda los españoles «nos llevaron el oro y nos trajeron el oro… nos dejaron las palabras». Los idiomas nativos fueron desapareciendo a la par que las personas que los usaban murieron. Solo un puñado de ellos todavía son hablados, y por cierto ya tienen escritura, utilizando las letras latinas, las que vinieron con el abecedario español.

Siesta, ropa y comida.

La siesta española, ese dormir en la mitad de la jornada laboral, se practicó en todo Chile hasta que las ciudades en el siglo XX se hicieron tan grandes que la gente prefirió hacer de corrido todo su día de trabajo. Pero es un hecho que la tradición intenta hacerse presente cada vez que mientras se trabaja un parpadeo más largo de lo habitual nos lleva al sueño por algunos minutos. La ropa europea que llegó con los españoles ha variado en el tiempo en cuanto a diseños, pero se mantiene la costumbre de vestirnos de acuerdo a los estilos europeos. Chile tiene entre sus costumbres más inconscientemente practicadas las de comer pan de trigo y beber vino. ¿Origen de ellas? España por su puesto, o más bien dicho llegaron a través de España. Tal como ya fue dicho las naciones se mueven por el mundo, pasando a llevar o sumándose a otras culturas, en un proceso infinito.