La Restauración Constitucional (1977 – 1980)

Este periodo se caracterizó porque en él se desarrollaron tres importantes procesos políticos: a) una reducción de la represión política contra los opositores al régimen; el resurgimiento de grupos armados de resistencia al régimen militar; y c) la promulgación de una nueva Constitución Política (1980).

Reducción de la represión política

Debido a que la comunidad internacional, liderada por los Estados Unidos de Jimmy Carter, presionó fuertemente al régimen chileno, en el año 1977 se redujeron considerablemente los niveles de violencia utilizados para reprimir a los opositores al gobierno militar. Un factor que aceleró este cambio en la actitud del régimen de Pinochet, fue la condena que recibió Chile en el pleno de las Naciones Unidas tras el crimen del diplomático chileno Orlando Letelier, acaecido a unos pocos metros del edificio, precisamente, de la ONU en la ciudad de Nueva York por parte de miembros de la DINA.

Otro factor que contribuyó a la disminución de la violencia del régimen militar fue la negativa de la banca internacional de otorgar ayuda financiera a los gobiernos cuestionados por pasar a llevar los Derechos Humanos; este fue un hecho derivado de la presión ejercida por el presidente estadounidense Jimmy Carter, quién en su campaña electoral esgrimió como principal consigna la defensa de los Derechos Humanos tras la derrota norteamericana en Vietnam y el rechazo que esa acción había provocado en la comunidad internacional.

En el plano interno, el régimen de Pinochet concentró sus esfuerzos en consolidar políticamente al gobierno militar, para lo cual volcó su interés en dar vida a una nueva Carta Magna que perpetuara los cambios que Pinochet comenzaba a operar en la estructura política y económica de nuestro país.

Resurgimiento de grupos armados contrarios al régimen

Como respuesta la represión política que el régimen militar ejercía sobre sus opositores, en Chile se organizaron diversos grupos subversivos que escogieron la vía armada para resistir y combatir al gobierno de Pinochet. En el año 1979, un reorganizado MIR comenzó a implementar la llamada “Operación Retorno”, la que tenía como base la implantación de un núcleo armado en la localidad de Neltume, ubicada en la Cordillera de Nahuelbuta. La Operación Retorno, además, consideró la realización de una serie de acciones armadas como numerosos atentados políticos, de los cuales el más trascendente fue el asesinato del general del Ejército Carol Urzúa.

Por otro lado, en el año 1981, un grupo de miembros del proscrito MAPU se escindieron del núcleo central y conformaron el Movimiento Popular Lautaro, otro grupo que reivindicaba la lucha armada como medio de resistencia al régimen militar. Posteriormente, en el año 1983, el Partido Comunista, reunido en la clandestinidad, decidió adoptar la vía armada como estrategia institucional para derrocar a Pinochet, y pasó a conformar al Frente Patriótico Manuel Rodríguez. De los tres cuadros armados señalados, el que alcanzó más repercusión fue el MIR y también fue el que mayores bajas debió soportar.

La Constitución de 1980

Uno de los principales objetivos políticos que persiguió Pinochet fue la realización de una nueva carta constitucional que perpetuara en el tiempo la obra del régimen militar, y que en particular le asegurara a su persona un largo tiempo en la Jefatura de la Nación. Se puede decir que la intención de crear un nuevo orden político y constitucional era el paso siguiente tras lograr la concentración en su figura todo el poder de la Junta Militar.

La nueva Constitución Política de Chile llamó al joven abogado constitucionalista Jaime Guzmán Errázuriz, el líder del gremialismo (un movimiento de derecha neoconservador que surgió entre los hijos de los miembros de la antigua derecha) y profesor de Derecho en la Universidad Católica, para formar parte de la comisión constituyente que debía redactar la nueva carta magna de la nación. Jaime Guzmán se convirtió en el principal ideólogo de la nueva organización jurídico-política de nuestro país, la que fue condensada en la Constitución de 1980.

Una de los propósitos que Guzmán perseguía, por orden de Pinochet, era la instauración de una “democracia protegida”, que contuviera una serie de “enclaves autoritarios” que le otorgaran una gran rigidez. La Constitución de 1980 incluía una serie de modificaciones respecto de la de 1925, como la introducción de instituciones denominadas de Seguridad Nacional, como el Consejo de Seguridad Nacional (COSENA); en la misma lógica dispuso la conformación de un Tribunal Constitucional, que actuara como supervisor del control constitucional en la redacción de las leyes; también otorgó a las Fuerzas Armadas la calidad de garantes del orden constitucional. Entre sus disposiciones más polémicas se hallaba un artículo que señalaba la clandestinidad de las denominadas “doctrinas subversivas”. Por otro lado, en una disposición transitoria, la nueva Constitución establecía que Pinochet asumiría el control del país ocupando el cargo de Presidente de la República.

La aprobación de la Constitución de 1980 implicaba, por tanto, la legitimación de todas las disposiciones señaladas más arriba. Este proceso se llevó a cabo mediante la realización de un plebiscito el día 11 de septiembre de 1980. Sin embargo, este proceso electoral fue denunciado por la oposición política por conllevar un gran número de irregularidades, puesto que se adolecía de registros electorales y el sufragio se hacía con la cédula de identidad en dependencias de instituciones gubernamentales. Es importante indicar que el plebiscito para legitimar la Constitución de 1980 fue hecho con el Estado de Sitio declarado en todo el territorio del país.