Los Alacalufes

Los Alacalufes o kawéskar, que significa los que llevan una piel, eran un pueblo de aborígenes nómades que viajaban entre la Península de Taitao hasta Tierra del Fuego; por fiordos, canales y archipiélagos. Vivieron de la pesca y eran hábiles cazadores.

Sus viajes duraban varios días y, sólo cuando tenían suficiente alimento recolectado, se asentaban en tierra firme, donde construían pequeñas cabañas de forma redonda en la base, la cual terminaba en punta.

Forma de Vida de los Alacalufes

Se alimentaban de nutrias, huemules, mariscos, peces, aves, plantas, semillas, y focas; animales de los que también aprovechaban sus pieles para vestirse y, sus huesos para fabricar diversas herramientas, como arpones y cuchillos

La familia, conformada muchas veces por más de una esposa, se trasladaba en canoas transformadas en precarias habitaciones. En el centro de ella guardaban implementos de pesca, caza o marisqueo, y además, mantenían el fuego, el cual los ayudaba a protegerse del frío, servía de señal para no chocar con otras canoas y, permitía calentar los alimentos que conseguían principalmente del mar.

Las labores de los hombres y mujeres eran muy distintas. Los hombres se dedicaban a la caza de animales, aves marinas y peces, para lo cual construían herramientas como los arpones con huesos y piedras; y, los cuchillos hechos de conchas de choros gigantes y piedras, hondas de cuero, arcos de palo y cuero de animales.

Además, construían canoas con cortezas de roble de una sola pieza, la que generalmente medía aproximadamente cinco metros de largo por uno de ancho.

Las mujeres se encargaban de los hijos, de mantener el fuego y manejar las canoas. Cuando estaban en tierra firme recolectaban vegetales o raíces, y asaban al palo los animales que hubiesen cazado los hombres. En el mar, eran ellas quienes se sumergían en las heladas aguas para extraer mariscos los cuales comían crudos.

La región era muy dura. Había mucho viento, lluvia y nieve, por lo que sus ropas eran confeccionadas con pieles de animales (lobos marinos y focas) y también, hechas con lana de huemules para poder soportar las heladas.

Los alacalufes, hombres de estatura pequeña, se caracterizaban por poseer un rostro grande y alargado, con pómulos abiertos. Sus ojos eran grandes y expresivos, y su piel morena.

Fueron un pueblo de costumbres monogámicas y creían en la vida después de la muerte. Creían en un ser superior Ayayema, creador y controlador de las fuerzas de la naturaleza.