El mestizaje o mestizos

A partir del hecho que los españoles que llegan a América son al menos 90% varones, la mezcla racial con los nativos fue una situación inevitable. Sus descendientes serán los mestizos.

Un orden racial.

En la colonia chilena mientras más blanca fuera la piel mejor situado se estaba en la sociedad. Era tan grande la distancia entre un grupo y otro que se puede hablar de «castas», pues se integran los conceptos de racismo y exclusión. Los grupos raciales en Chile eran:

  • Blancos: los con mayor poder, corresponde a españoles y criollos, como se les llamaba a sus descendientes sin mezcla. Se encargaban de las funciones políticas y dominaban la economía.
  • Mestizos: son el grupo mayoritario, corresponde a los descendientes de blancos e indígenas. Se subdividían entre quienes eran legítimos, es decir nacidos dentro de un matrimonio, y los naturales, con progenitores no casados entre ellos, y muchas veces el padre es desconocido. Se dedicaban al trabajo de minero y de campesino, en ambos casos dando su esfuerzo a cambio de la alimentación y algunas pocas otras regalías.
  • Indígenas: son un grupo que en número disminuyó notablemente durante la colonia. Corresponde a los habitantes originales de América. Se diferenciaban en dos grupos, los que eran libres y vivían en los territorios de sus antepasados, y los nativos que fueron dominados por los españoles, cambiados de lugar y obligados a pagar tributos a través del sistema de la Encomienda.
  • Negros: son muy bajos en número. Corresponde a los africanos o sus descendientes traidos por los traficantes de esclavos. En Chile se les utilizaba en el servicio doméstico y en menor medida en la ganadería y agricultura. Un subgrupo de ellos son los zambos, que es la mezcla de negros con indígenas; y los mulatos, que corresponde a la mezcla entre negros y blancos. Todos ellos mantenían su condición de esclavo.

Mestizos, el grupo más numeroso.

Los mestizos llegaron a convertirse en el grupo más numeroso durante la colonia, pero en ningún caso como el más poderoso.  Su origen biológico se comprende no solo por la ausencia de mujeres blancas en América, si no que por el desenfreno de las costumbres en que se desenvolvió el español. Si en Europa la exigencia para una vida sexual era el matrimonio, en América daba lo mismo, incluso el tener varias mujeres para un español llegó a ser algo no solo aceptable,  si no que además daba prestigio. En muchos casos la relación se impuso por la fuerza, en otros simplemente por que la mujer indígena pierde a su compañero varón en  las guerras, en los yacimientos mineros, o simplemente había sido enviado lejos. Muchas mujeres indígenas se dan cuenta que siendo una de las amantes de un español sus trabajos forzados en los campos disminuyen, quedando en el servicio doméstico. Los hijos nacidos de las relaciones entre hombres españoles y mujeres indígenas dan lugar a una casta de hijos ilegítimos, aunque también se dieron muchos casos de reconocimiento de hijos naturales. Se hizo costumbre que el español tuviera hijos con la «criada». Existen testimonios de estas uniones a través de los testamentos, en que algunos criollos dejaban bienes en herencia a sus hijos ilegítimos. El matrimonio también existió, y sus hijos mestizos casi siempre se adhirieron a la cultura europea. Las pocas mujeres blancas que, raptadas por los indígenas, tienen hijos mestizos fueron objeto del menosprecio de los europeos. Se consideraba para la mujer blanca tan indigno tener un hijo de un «indio» que terminaron asimilándose a la cultura indígena, o a la naciente cultura mestiza.

Cultura mestiza

Los mestizos tenían una ausencia de identidad que los llevaba a no sentirse ni blanco ni indio. Para sobrevivir se dedicaron a trabajos temporales en las haciendas, lo que se llamó peonaje, vagando de campo en campo, teniendo hijos de relaciones casuales. Otros mestizos logran estabilizarse al vivir en una sola hacienda. Forman una familia, y para mantenerse intercambia el permiso para vivir en ese lugar por su trabajo no asalariado. A este sistema se le llamó inquilinaje. Como tales, los inquilinos, desarrollan una cultura asociada al mundo campesino, en que la figura masculina del «huaso» o «gañán» y la femenina de la «china» lo identificarán claramente. En el siglo XX al emigrar a la ciudad se convirtió en obrero, y después en profesional. La cultura mestiza se entrelaza con la tradición chilena, cada vez que se recuerda para Fiestas Patrias el antiguo mundo campesino, con huasos y chinas.