Presidente Juan Antonio Ríos Morales.

En 1942 asumió la Presidencia de Chile Juan Anonio Ríos Morales, el cual debió saber conducir al país durante la crisis por la Segunda Guerra Mundial.

Juan Antonio Ríos Morales nació en Cañete, sur de Chile, en 1888. Su familia era de pequeños agricultores, quienes debieron tener paciencia, un año, para lograr que su hijo estudiara en el único liceo de la zona.  Se tituló de abogado en Concepción, al seguir el Curso Fiscal de Leyes. Su carrera política la inició de muy joven, siempre en el partido Radical. En 1924 es elegido diputado por su zona: Arauco, Lebu y Cañete. Su personalidad muy autoritaria lo convertía en esa época como el candidato ideal. En 1930 fue uno de los integrantes del Congreso «termal», en que fue designado señador por Ñuble, Arauco y Concepción. Durante el gobierno de Pedro Aguirre ocupó el cargo de Presidente de la Caja de Crédito Hipotecario.

Elecciones de 1942

A fines de 1941 falleció el Presidente Aguirre. Fue necesario por lo tanto hacer nuevas elecciones. Juan Antonio Ríos se manifestó desde un principio como la alternativa de continuismo a Aguirre. Prometía el respeto a otras ideas y creencias, y ser capaz de llevar a Chile por el incierto mundo en guerra. Su rival fue Carlos Ibáñez, el cual despertaba rechazo en socialistas y comunistas. Como resultado de ello apoyaron a Ríos, a pesar que no era lo que más querían. Ríos además logró el apoyo de los falangistas y de un sector del liberalismo. Algunos periodistas llamaron a esta unión electoral «la alianza marxista-manchesteriana», dando a entender lo extraño de su apoyo. Triunfa con el 56% de los votos, asumiendo la presidencia en abril de 1942.

Gobierno de Ríos.

Inició su mandato con una reforma constitucional, en que los gastos del Estado pasan a tener mayor control por el Presidente. El gasto público pasa a ser una decisión final del Presidente.

Una decisión que había que tomar era respecto de la Segunda Guerra Mundial. En diciembre de 1941 Estados Unidos había declarado la guerra a las potencias del eje: Japón, Alemania e Italia. El conflicto ya nos afectaba como crisis económica por el cierre de los mercados europeos, y las dificultades para obtener petróleo debido a la guerra. La decisión fue la de apoyar a Estados Unidos, rompiendo relaciones diplomáticas con Alemania, Italia y Japón, y declarándole la guerra a esta última potencia. Esto significaba un posible problema interno, dado que vivían en Chile un alto número de chilenos de origen alemán. Sin embargo, al pasar los meses se comprobó que más allá de un nacionalismo propatria de los padres y abuelos, se estaba lejos de que ellos se convirtieran en un foco de resistencia.

La administración del gobierno se le hizo difícil al Presidente, cambiando frecuentemente a sus Ministros de Estado. Su carácter autoritario lo traicionaba, pasando a tener el sobre nombre de «Mandantonio». Aun así, su lema de gobierno «gobernar es producir» comienza a rendir frutos al llevar a la práctica el antiguo proyecto de establecer el modelo ISI (Industrialización por Sustitución de Importaciones). Su primer paso fue la creación en 1943 de ENDESA, la Empresa Nacional de Electricidad Sociedad Anónima, que estando bajo el control fiscal concurrieron a su creación capitales privados y estatales. Por otra parte, tuvo el gobierno una especial preocupación por la infancia en vagancia, creando la «Ciudad del Niño». En lo cultural se estableció el premio nacional de literatura, que en 1945 lo ganó el poeta Pablo Neruda.

En una extraña mezcla de cultura e industria fue creada, en 1942 una empresa CORFO llamada ChileFilms. La empresa construyó un gran edificio con los escenarios necesarios para hacer una industria cinematográfica que compitiera con Hollywood. Se compraron equipos de gran calidad — y costo—, y se contrató a cieneastas argentinos, que junto con los chilenos deberían lograr «éxitos» de taquilla. Lamentablemente la poca experiencia de los técnicos, lo débil de los libretos y en general la falta de talento, llevó a la empresa a fracaso tras fracaso.

En 1945 al Presidente Ríos se le declara un cáncer, enfermedad en ese entonces sin tratamiento, y además muy dolorosa. Falleció el 27 de junio de 1946.