El movimiento estudiantil en Chile

En los años sesenta los estudiantes protestaron por cambios en el sistema universitario, tanto en los aspectos curriculares como en lo administrativo.

El contexto mundial en los años sesenta se prestaba para creer en los cambios totales. El mundo se debatía entre izquierdas y derechas, expresadas en la Guerra Fría a través del bloque socialista con la Unión Soviética y el capitalismo con Estados Unidos. Los grupos antisistémicos toman forma en Francia con la protesta estudiantil y en Estados Unidos con los pacifistas. Otro mundo es propuesto en las calles. La Revolución Cubana fue tomada como un ejemplo de que los cambios eran posibles por la vía violenta. El Concilio Vaticano II, por su parte, modificó la imagen de la Iglesia Católica, acercándola a los fieles, con una mirada social. En Chile, por cierto, la poderosa Iglesia Católica se reforma con un fuerte acento en el trato hacia los pobres. Nace la llamada Iglesia Joven, un grupo de sacerdotes con presencia permanente en los barrios pobres de Santiago y otras ciudades.

Diferencias ente movimientos universitarios

En la Universidad Católica el movimiento estudiantil toma un novedoso camino, llamado el gremialismo. En este sistema se planteaba que las instituciones debían actuar de acuerdo a sus fines, y no en base a una ideología.

En la Universidad de Chile la influencia de los partidos políticos era muy grande. La codiciada presidencia de la Federación de Estudiantes (FECH) era disputada por democratacristianos e izquierdistas. Cada campaña electoral no solo apuntaba a temas universitarios si no que a toda una crítica a la sociedad.

Pero más allá de sus diferencias los universitarios no eran más que el 3% de los jóvenes de su época. Para muchos eran unos privilegiados, para otros la esperanza real de cambios para el país.

Comienzan las tomas universitarias

El 15 de junio de 1967 los estudiantes de arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso, con un fuerte apoyo de los profesores ocuparon la sede de estudios. El problema de fondo era que el rector era designado por la Iglesia, lo que se propone a cambio es que el rector fuera elegido por los académicos y que las decisiones se tomaran con la participación de estudiantes, en algo que fue llamado el «cogobierno». Dado el éxito que tuvieron, pronto se les unió en Santiago la Universidad Católica de Chile. En 1968 las protestas alcanzaron a las otras universidades que había en Chile: Universidad Técnica Federico Santa María, Universidad Técnica del Estado, Universidad de Chile y Universidad de Concepción.

La prensa tuvo en portada durante varios meses a los jóvenes universitarios. Al pasar el tiempo se fueron abanderizando por la vuelta a clases o la radicalización del conflicto. Es en ese contexto que ocurre el incidente de la toma de la Catedral hecha por la Iglesia Joven, que el diario «El Mercurio» consideró como un acto del comunismo. Y es entonces que la prensa de derecha se desprestigia al aparecer el lienzo en la Catedral diciendo «El Mercurio miente».

La evolución del conflicto

El gran canciller de la Universidad Católica Monseñor Emilio Tagle señaló que la reforma era inaceptable, dando a conocer que los alumnos involucrados en las tomas serían expulsados, y los profesores involucrados al no hacer sus clases serían considerados como renunciados.

Luego de la toma de la casa central de la Universidad Católica se nombra un nuevo rector, el arquitecto Fernando Castillo Velasco. Éste fue duramente atacado por los gremialistas, acusándolo de dejarse manipular por los izquierdistas. Controlada la FEUC, la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, los gremialistas logran que el rector renuncie en 1970. Sin embargo, demostrándose lo polarizado del ambiente, va a ser elegido Velasco nuevamente para ese cargo a los pocos días.

El cambio curricular

El tema curricular, es decir lo que se debe enseñar y cómo enseñarlo, fue central en la protesta estudiantil. Se lograron varios cambios, tales como  las cátedras paralelas (dos o más profesores enseñando lo mismo, pero desde diferentes puntos de vista) y la libertad de cátedra (el profesor decide el modo de enseñar). El enfoque fue centrado en hacer una universidad abierta, que dejara de representar a solo una mínima parte de la sociedad.