Al Andalus

En el año 711 los musulmanes iniciaron la conquista de Iberia. A los tres años ya dominaban una importante parte de la península, creando un nuevo territorio llamado Al-Andalus.

Las divisiones internas del reino visigodo facilitaron la invasión de la cultura musulmana. Los líderes eran los árabes, pero estos supieron usar el nomadismo y belicosidad de los bereberes, los habitantes del norte de África, que recién unas pocas décadas antes se habían convertido al Islam, y habían asumido la dependencia árabe. La resistencia tan débil no sorprendió a los árabes, pues así también había ocurrido en Siria y Egipto.

Creación de Al-Andalus.

En el año 716 los árabes establecieron un emirato llamado Al-Andalus, con capital en Córdoba, dependiente del Califato o Imperio Islámico. A cargo del emirato estaba el «emir» o gobernador delegado del Califa de Damasco (Siria), el cual en ese momento pertenece a la familia Omeya.

En la primera mitad del siglo VIII llegaron a las nuevas tierras conquistadas gente árabe, siria y bereber; pero, no tenían iguales derechos, disputándose las tierras y los tributos de los pueblos conquistados. Los árabes tenían una ancestral estructura de tribus, lo que les complicaba el actuar como un solo Estado. Por cierto en el año 740 hubo un  alzamiento bereber en contra de los árabes.

Independencia

La separación de los musulmanes de Iberia de la dependencia con el Califato de Damasco tiene su origen en hechos de sangre ocurridos a mediados del siglo VIII, en la propia ciudad de Damasco. Ocurrió que la familia Abasí realizó una revolución en contra de la familia Omeya que detentaba el poder del Imperio Islámico. Solo un integrante de la familia Omeya logró huir, el cual se instaló en Al-Andalus. Mientras la familia Abasí se instalaba en Bagdad; en Córdoba se instalaba el Omeya sobreviviente, de nombre Abd Al-Rahman. Desde allí, con un bien organizado ejército logró controlar cualquier intento de revuelta de otras familias. La forma como se estructuró Al-Andalus fue tan sólida que pudo crear un califato completamente independiente. No solo era la lejanía lo que lo protegía, si no que lo venturoso que resultaba desde Bagdad pensar en una invasión frente a un territorio muy bien organizado. Así desde el 756 podemos hablar del territorio independiente del Emirato Al-Andalus.

Abd Al-Rahman

El emir Abd Al-Rahman supo reconocer que si bien su cultura era muy superior en cuanto a aspectos administrativos, arquitectónicos y militares, no podía borrar la tradición hispánica que el reino visigodo había dejado. Debió respetar las diferencias religiosas, lo cual si bien lo hizo a través de la segregación en las ciudades, no intentó destruir ni a judíos ni a católicos. En la sociedad andalusí se observa un bilingüísmo que identifica una mezcla entre los elementos árabes y los originales de la hispania. Sin embargo, al pasar el tiempo, la concentración en Al-Andalus de buena parte de los 50 mil árabes y 100 mil bereberes que finalmente llegaron a Iberia, dieron por resultado una sociedad arábiga en lo cultural, social y religioso. Hacia el año 1000 se observa en Iberia como dos mundos completamente diferentes el área cristiana y la musulmana.

Abd Al-Rahman II

En el siglo IX, cuando gobierna el emir Abd Al-Rahman II, estuvo el mejor momento de Al-Andalus. Las prósperas condiciones económicas dieron la tranquilidad suficiente a la sociedad como para desarrollarse en todos los ámbitos. Estableció el sistema de visiris o ministros encargados de diferentes áreas de gobierno. La esclavitud fue la mano de obra gratuita, que era llevada desde diferentes lugares por mercaderes árabes. Cabe señalar que si bien muchos eran negros africanos, también los había europeos eslavos, y de otros lugares. Por cierto que las conversiones al Islam se multiplicaron, y se inició la promoción de los muladíes o cristianos conversos al Islam. Los mozárabes o cristianos en territorio musulman comenzaron a marcharse.

De emirato a califato

La decadencia no tardó en llegar: en el largo período que va desde el 850 al 920 se produce un rechazo a la islamización de la sociedad de parte de los mozárabes, con revueltas en contra de los árabes. Asimismo dentro del mundo árabe se protesta por la concentración del poder en Córdoba.

El emirato Al-Andalus dejó de existir en el año 929, cuando pasó a llamarse Califato de Córdoba, por la decisión del emir Abd Al-Rahman III, quien asumió los poderes político y religioso, autoproclamándose Califa. Sin embargo, los territorios islámicos en España van a ser conocidos como Al-Andalus hasta que fueron expulsados el año 1492.