Los vascos

En medio de culturas con una clara relación con el mundo latino, se encuentran los Vascos. Su origen todavía es motivo de debate, pero su presencia en España es sin duda muy importante.

Ubicados en el norte de España, junto a las montañas de los Pirineos, y en el sur de Francia; no se tiene en claro cual es el origen de este conjunto humano llamado desde los tiempos romanos «los vascos». Desde mucho antes que el hubiera agricultura, hace 7000 años, los vascos ya existían, por lo que podemos imaginarlos en sus primeros tiempos como cazadores -recolectores.

Idioma Euskara

Su idioma, el euskara, no tiene parentezcos semánticos. Es verdad que existen algunos conceptos parecidos en el idioma hablado al norte de África el bereber, y en el idioma hablado en el cáucaso, pero solo son palabras aisladas, y no queda en claro cual idioma «donó» al otro el concepto. Algunos filologos (estudiosos de las palabras) han establecido que el origen de varias palabras del euskara son las lenguas paleolíticas, por lo tanto sería un idioma heredero directo de los dialectos primitivos.

Romanos y los Vascos

Hace unos 2000 años los vascos establecieron contacto con los romanos. Esta relación, que ha sido considerada por muchos historiadores como pacífica, es el inicio de las narraciones respecto a los vascos en Iberia y la explicación a que el idioma euskara o vascuence se escriba con letras latinas. Los vascos debieron luchar contra otras tribus enemigas de Roma, lo cual la protegió de ser sometida, y le permitió recibir tierras que se les quitaron a los iberos. La caída del Imperio Romano de Occidente frente a los germanos no afectó la independencia de los vascos. Desde Navarra se unieron las tribus vascas para combatir a los visigodos.

Edad Media

En 587 se llegó a un acuerdo entre los germanos visigodos y los vascos. Los vascos se quedaron en las tierras de Aquitania, pagando un tributo por ello. Se estableció el ducado de Vasconia, independiente, pero con un duque nombrado por la Corte Merovingia. Este nuevo Estado impuso sus costumbres en la población aquitania, y establecieron como capital Elusa, en la actual Francia.

El Ducado de Vasconia no durará unido más de tres siglos, siendo reemplazado en liderazgo por el reino de Pamplona. El reino de Pamplona pasó a llamarse reino de Navarra en el año 1162. Los navarros se rebelan a los asturianos, francos y árabes. Durante la Edad Media el concepto Navarro estará asociado a quien habla euskara y que a su vez es independiente del poder franco o asturiano. Si bien el euskara era el idioma usado por la mayoría de la población navarra, oficialmente se utilizaba el latín, siendo reemplazado después por aragonés y el castellano. Esto era algo habitual en todas las Cortes europeas.

En 1179 Navarra debió ceder parte de sus territorios a Castilla. La Rioja quedó en manos castellanas, y Vizcaya convertida en un señorío dependiente de Castilla.  En el 1200 el territorio Guipuzcoano  fue anexado por Castilla. Durante los siguientes tres siglos una serie de guerras se producirán para controlar las regiones vascas. Sin embargo, Castilla con gran habilidad de gobierno entregó en ese tiempo los fueros que le daban a los vascos la suficiente autonomía como para no volverse en su contra.

Modernidad

Sin embargo desde el siglo XVI el centralismo manejado desde Madrid, y la castellanización de toda la sociedad fue paulatinamente mermando la autonomía vasca. A finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX los nacionalismos vascos tomarán fuerza, logrando grados importantes de autonomía, sobre todo con el reconocimiento constitucional en 1979 del «País Vasco», la posibilidad de hablar libremente en idioma Euskara y vivir de acuerdo a sus tradiciones. Convertida en una de las zonas más ricas de España, actualmente es polo de atracción de inmigrantes.

Identidad vasca

La identidad de un pueblo se expresa en sus tradiciones. La tranculturización dificulta saber que es realmente vasco y que es foráneo. Sin embargo, podemos mencionar las siguientes:

El 1 de noviembre concurren a dejar flores a las tumbas de sus familiares fallecidos. Se expresa la breve distancia entre estar vivo o muerto, y la capacidad de renacer, como ocurre con las plantas tras el invierno. Esta celebración esta emparentada con las tradiciones celtas.

El catolicismo también ha dejado llamativas celebraciones, como la del  6 de diciembre, en que los niños de seis años se disfrazan de Obispos, recorriendo las calles, en la fiesta de San Nicolás, recibiendo regalos de los adultos que observan. Y los carnavales, 40 días antes de semana santa, que son celebrados en las grandes y pequeñas ciudades. Disfraces y alegría son la esencia del carnaval.

Pero si algo caracteriza a los vascos es su amor por la actividad física, expresada en competencias de todo tipo, y que se puede ejemplificar en el juego de la pelota vasca; y los bailes, que en grandes grupos son realizados en cada celebración.