Primo de Rivera

Político español del siglo XX. Primo de Rivera fue gravitante con su presencia cómo dictador en la historia de España, sin llegar a ser fascista, de igual manera gobernó con mano de hierro.

Miguel Primo de Rivera y Orbaneja nació en Jerez, España el 8 de enero de 1870; en el seno de una familia de larga tradición en la milicia y en la nobleza. En 1884 ingresó a la Academia Militar. Tenía 14 años.

Carrera Militar

Su primera destinación militar fue en Melilla, un lugar que por décadas fue un foco de conflicto con los marroquíes. Posteriormente fue enviado a Cuba y a Filipinas, todos ellos entonces colonias hispanas del alicaido Imperio Español. Casado en 1902 con Casilda Sáenz de Heredia, tuvo seis hijos. Uno de ellos fue José Antonio quien sería fundador de la Falange Española, pero después sería condenado a muerte en 1936 por conspiración y rebelión militar a la Segunda República española. Su esposa murió en 1908, no volviendo Primo de Rivera a casarse.

En 1908, con 38 años de edad, es ascendido a coronel, y al año siguiente es envíado a Marruecos donde participa en la guerra contra ese país.

En 1915 asume en Cádiz el cargo de gobernador militar. Fue enviado a la I Guerra Mundial como observador al frente franco-alemán. En 1919 fue ascendido a teniente general, teniendo mandos primero en Valencia y luego en Madrid. En 1921 declaró que España debía retirarse de África, lo cual contradecía la política exterior del gobierno. Por este motivo se le removió de su mando en Madrid, pero continuando su carrera militar, en 1922 fue nombrado Capitán General de Barcelona. En esta ciudad pudo observar los problemas de violencia diaria que vivía su gente. Había un bandolerismo desatado y terrorismo anarquista. La aplicación de una estricta forma de gobernar le ganó el apoyo de sectores conservadores.

El Golpe de Estado de 1923

El 13 de septiembre de 1923 Primo de Rivera organiza un golpe de Estado. Fue todo un desafío unir a un ejército tan dividido. Así estaban por el golpe militares, industriales y el rey Alfonso XIII, que aunque tiene un papel simbólico no deja de ser importante su apoyo. Se declaró suspendida la Constitución de 1876, se controló a la prensa y se disolvió el gobierno y el parlamento. La prensa madrileña alaba el golpe, pero no deja de mencionar que los republicanos lo ven con temor. Los socialistas quedaron a la expectativa, esperando quizás ser llamados a formar parte del gobierno. Solo los intelectuales Miguel de Unamuno, Manuel Azaña y Ramón Pérez de Ayala se mostraron abiertamente y siempre contrarios a la dictadura.

El golpe de Estado fue explicado por Primo de Rivera como una demanda del pueblo. Los asesinatos de sacerdotes, de patrones y obreros, el robo hecho por las autoridades a través del concepto de «gastos reservados», y la indisciplina social fueron algunos de los argumentos planteados en el «manifiesto» del golpe.

Primo de Rivera gobernó a través de un Directorio Militar entre 1923 y 1925 declaró ilegal a la Confederación Nacional de Trabajadores, por ser anarquista. Se creó un partido político único: «Unión Patriótica». Con grandes obras públicas mantuvo felices a sus partidarios, y al prohibir el uso de los idiomas regionales en actos oficiales se ganó aun más el apoyo de los conservadores.

En relación a la presencia de España en Marruecos, Primo de Rivera se desdijo, y no retiró a España de África. Por el contrario atacó con más fuerzas. Se realiza el desembarco de Alhucemas el 8 de septiembre de 1925 que acabó con la resistencia de los marroquíes. El triunfo le dio una popularidad muy alta a la dictadura de Primo de Rivera.

En 1925 el Directorio Militar fue cambiado por uno civil. Un proyecto Constitucional fue terminado en 1929 por una Asamblea Nacional. Entre los creadores de ese documento se notaron las grandes diferencias entre ellos. Los conservadores católicos se enfrentaron a los militares oportunistas. La crisis económica de 1929 afectó gravemente a España, por lo que la oposición política comenzó a unirse en su contra.

Muerte de Primo de Rivera

Agotado, Primo de Rivera presenta su renuncia el 28 de enero de 1930. Murió a las pocas semanas en su exilio en París, el 16 de marzo de 1930. Tenía 60 años de edad.