Corporaciones y fueros en el Virreinato de Nueva España

Conoce de los fueros y beneficios de la élite colonizadora del virreinato de Nueva España y los impactos de las reformas borbónicas.

¿Qué son los fueros?

Los fueros son reglamentos jurídicos que otorgan ciertos beneficios a una parte de la población en un área predeterminada, generando diferencias entre las distintas clases sociales que habitan ese territorio. Los fueros aplicados en Latinoamérica, bajo el control español, tienen su origen en la legislación medieval utilizada en la península ibérica, que como muchas otros elementos fueron implementados en las colonias desde el siglo XVI en adelante.

En los territorios bajo dominio español, los grupos sociales que contaban con fueros (o privilegios) eran los españoles y criollos de la élite, corporaciones comerciales, el Clero y el Ejército.

Efectos de los privilegios en las colonias españolas

Estos grupos sociales conformaron diferentes asociaciones, principalmente corporaciones de comerciantes, administración política, y grupos religiosos, entre otros. Aprovechando los beneficios otorgados por los fueros comenzaron a concentrar poder económico, político y social. Valiendo su condición privilegiada en varias ocasiones se transformaron en los verdaderos administradores de lo que sucede en las colonias españolas, muchas veces a través de la corrupción y el abuso de poder.

Estas intervenciones de estas corporaciones y grupos sociales generaron un problema mayor para el imperio español, en la medida que no existe un control efectivo del cumplimiento de ciertas normativas y de las arcas fiscales, el imperio se vio afectado en los ingresos reales de las riquezas obtenidas en América. Por ejemplo, de la extracción total de oro realizada en territorio americano sólo llegaba una parte de ésta a Europa, producto de la intervención de los grupos de poder constituidos en las colonias españolas, a través del contrabando y la corrupción.

La situación descrita constituía uno de los problemas fundamentales para el Imperio Español, de esto se percató la dinastía de los Borbón quienes asumieron la corona española luego de la Guerra de Sucesión Española (1700-1715). Con una nueva dinastía en la administración del imperio se identificaron los problemas y se dio inicio a un proceso de reforma en las colonias españolas.

El caso Nueva España: evidencia del poder de los privilegiados

En el caso de Nueva España, en medio de la invasión inglesa a Cuba (15 de julio de 1762), se inició un proceso de revisión de las arcas fiscales del virreinato, para ello el ministro Esquilache, mano derecha del Rey Carlos III y encargado de Hacienda, nombra como visitador a Francisco de Carmona, quien además tenía por encargo realizar un informe de la conducta del virrey Joaquín de Monserrat porque existían sospechas de corrupción al interior del virreinato. La muerte del visitador impide finalizar el informe. Frente a esta situación la casa de Borbón decide enviar un nuevo visitador, José de Gálvez quien tiene por misión no sólo inspeccionar las arcas fiscales, sino que también los tribunales de justicia, las municipalidades y oficinas fiscales en general.

Los registros de estas visitas ponen en evidencia el poder de las corporaciones, la corrupción interna y los problemas económicos que esto producía. Gálvez se enfrentó no sólo al virrey, sino que también al fiscal de la Audiencia, Juan Antonio Velarde, quien intentó frenar jurídicamente, a través de los fueros, la investigación del visitador.

En una de sus incursiones, Gálvez en 1765, llega a Veracruz y envió un delegado con tropas a Laguna de Términos, en el actual estado de Campeche, para controlar el contrabando en la zona. La acción de inspección terminó con el arresto de casi la totalidad de las autoridades del lugar por estar involucradas directa o indirectamente en el contrabando de mercancía en esa zona del golfo. Además, instauró el sistema de marchamo y guía, que consistía en marcar bultos que ya habían sido inspeccionados para su comercialización, y re-organizó el sistema de monopolio del tabaco.

Con la llegada del nuevo virrey Carlos Francisco de Croix (1766-1771), Gálvez se encargó de las reformas a los impuestos y de cambiar a los administradores del virreinato sólo por peninsulares de confianza. Esto significó la pérdida de fueros o beneficios que se habían otorgado a sí mismas las élites locales.