Imperio Inca: La Invasión de los españoles.

Conoce cuales son los antecedentes de la invasión de los españoles al Tahuantinsuyo, durante el denominado periodo de la decadencia del Imperio Incaico.

Pugnas por el poder entre Huáscar y Atahualpa

El afán de poder y la ambición de los herederos para suceder en el trono a Huayna Cápac de Huáscar y Atahualpa, devino paulatinamente en la caída del Tahuantinsuyo, situación que se hizo más patente con la muerte de Cápac y su hijo Ninan Cuyuchi. El vacío de poder que se desencadenó tras la muerte del Sapa Inca provocó que la nobleza cusqueña tomara la decisión de colocar en el poder a Huáscar, en desmedro de la sociedad quiteña que era liderada por Atahualpa.

Este acontecimiento y sumada la desconfianza del nuevo emperador hacia su hermano, conllevó a que Huáscar le declarara la guerra a Atahualpa, siendo este último apoyado por la sociedad quiteña – ubicada en el extremo norte del imperio- mientras que Huáscar fue contenido y ayudado por la nobleza cusqueña y de los alrededores.  El desarrollo de la guerra debilitó más al imperio porque el ejército inca debió dividirse para apoyar a uno u otro bando en disputa, lo cual se vio acentuado por las preferencias de los señoríos y las diversas naciones andinas por uno u otro litigante. Si bien en una primera fase, Huáscar logró sin mayores contratiempos derrotar a las fuerzas guerreras de su hermano, las tropas de Atahualpa  finalmente vencieron a las de Huáscar, arrasando con la ciudad de Cusco, apresando y posteriormente dando muerte a este último. De esta forma, Atahualpa se convierte en emperador del Tahuantinsuyo, mientras que paralelamente los conquistadores españoles se encontraban explorando las tierras del incanato bajo las órdenes de Francisco Pizarro.

¿ Por qué  Invasión y no Conquista?

Es preciso aclarar por qué llamamos “invasión” hacia el impero inca y no “conquista”. La Real Academia Española (RAE) define conquista como “ganar, conseguir algo, generalmente con esfuerzo, habilidad o venciendo algunas dificultades”, mientras que invasión la define como la acción de “irrumpir, entrar por la fuerza”. Ante esta acotación, es indudable señalar que la llegada de los españoles al territorio incaico fue una invasión porque se destruyo y sometió en poco tiempo a la nación andina. Si esta acción se hubiese desarrollado de manera pacífica, generando alianzas entre los pueblos y el extranjero, podemos hablar de conquista, situación que no aconteció en el incanato y en ningún lugar de Latinoamérica.

El arribo de Francisco Pizarro y sus huestes a lo que hoy conocemos como Perú, es la manifestación clara del proceso expansivo y capitalista que desarrolló la monarquía española, deseosa de capturar metales preciosos para financiar el erario (fisco) del reino y su burocracia, convencido de que las Indias era un territorio abundante de oro.

Empresa de conquista de Pizarro y Almagro

Pizarro arribó primeramente a Panamá con Vasco Núñez de Balboa y tenía información de que en tierras australes existían importantes depósitos de oro, incluso pensaba que dichas tierras poseían más valor que la misma Panamá. Para evitar que se le adelantasen en la conquista, organiza una empresa de conquista junto a Diego de Almagro, emprendiendo rumbo vía marítima hacia la costa de la actual Colombia y Ecuador, donde los indígenas los recibieron con gran hostilidad. Las condiciones deplorables del viaje y el hambre hicieron estragos en la tripulación.

Capitulación de Toledo

Convencido de que la expedición traería sus frutos, y para asegurar el dominio de las tierras, Pizarro decide gestionar una capitulación (documento que autoriza una empresa de conquista de territorios) ante la Corona, conocida como la Capitulación de Toledo (1529) que resultó muy ventajosa para la monarquía española y Pizarro, pero no para  Almagro y sus compañeros de ruta. Ejemplo de esto es que Pizarro obtenía la gobernación del territorio a “conquistar” y Almagro, una alcaldía.

Fundación de San Miguel de Tangarra en 1533.

La primera penetración al incanato, fue en lo que hoy conocemos como Tumbes, la cual estaba destruida producto de la Guerra Civil entre Huáscar y Atahualpa. Fue así que los invasores fundaron la ciudad de San Miguel de Tangarara en 1532. En este lugar,  Pizarro oyó que Huáscar había sido derrotado, tomando la decisión de adentrarse en la sierra andina para buscar apoyo de otros señoríos incas, arribando a la actual ciudad de Cajamarca, donde coincide con Atahualpa.

Ejecución de Atahualpa

Tras negarse Atahualpa  a someterse a las órdenes del invasor, se desencadena una masacre que termina con la vida de 6.000 indígenas aproximadamente, resultando apresado y posteriormente ejecutado en la horca. Tras estos lamentables acontecimientos, Pizarro se dirigió hacia el Cuzco y planeo la conquista del área amazónica del imperio, con la creencia de que ésta zona era rica en oro. Las expediciones al Amazonas resultaron un fracaso.

En síntesis, la caída del Imperio Inca fue rápida, debido a la Guerra Civil acaecida en el Tahuantinsuyo, donde dos bandos se enfrentaban por el poder y particularmente, a los diversos señoríos que estaban hartos de los abusos propinados por los jerarcas incas. Existía una diversidad de señoríos que no tenían pertenencia hacia el incanato ya que cada uno poseía intereses distintos.  Aliarse al español era una vía de escape para liberarse del yugo explotador de la nobleza cusquena y quiteña, tanto que dichos pueblos facilitaron víveres y armas para derrotar a las fuerzas imperiales del Tahuantinsuyo.