Nacimiento de la nación peruana

Conoce las principales características y dificultades  del proceso de nacimiento de la nación peruana 

Tras la firma de la Capitulación de Ayacucho, en  diciembre de 1824, comienza a consolidarse el proyecto de un Perú independiente. Si bien en el papel se hizo realidad, en la práctica las estructuras sociales, económicas y culturales aún poseían resabios de la dominación española.

El proceso para establecer la República fue difícil, porque la clase dominante -la aristocracia limeña- no tenía la suficiente fortaleza y articulación para dirigir al Perú, encomendando a Simón Bolívar la labor de encabezar el gobierno. Éste, con planes serios de establecer una gran nación bolivariana en el continente, delega el poder en Hipólito Unanué y Andrés de Santa Cruz para proseguir con su ideal en Gran Colombia.

La población, harta de este autoritarismo se rebela derrocando a Bolívar y al Consejo de Gobierno dirigido por Santa Cruz y Unanué, asumiendo el poder el general José de La Mar, que gobernó por dos años (1827-1829). De La Mar entusiasta defensor de un régimen liberal, donde el poder residía mayormente en el Congreso, tuvo que enfrentar la tenaz oposición de los conservadores, que postulaban que la mejor forma de dirigir el país era a través del un gobierno fuerte y autoritario que residía en el Ejecutivo. Fue así que durante este periodo se sucedieron una serie de rebeliones donde los militares se convirtieron en verdaderos caudillos defendiendo sus posturas. Fue así que en 1828, promulga una Constitución de claros tintes liberales.

En 1829, Perú se unió ante la ofensiva de Simón Bolívar de querer anexar los territorios de Maynas, Jaén y Tumbes a territorio de la Gran Colombia, conflicto que resultó a favor de la causa peruana, porque se llega a un acuerdo entre ambas partes, manteniendo Perú los territorios anteriormente mencionados bajo su tutela.

Gamarra y el «Proyecto Santa Cruz»

En el mismo año asume la presidencia el general Agustín Gamarra, tras haber desplazado del poder al general De La Mar quien fue apresado y enviado al exilio. Gamarra -de claras tendencias autoritarias- postulaba un gobierno personalista, donde el poder recayese en el Presidente y no en el Congreso como postulaban sus rivales liberales. Durante su mandato se llega a un acuerdo de límites con Bolivia y reordena económicamente al país.

En 1833, Gamarra llama a elecciones resultando electo el liberal Luis José Orbegoso quien gobernó sólo hasta 1835 debido a los constantes alzamientos de los conservadores a su plan de gobierno. En 1834, éste ordena redactar una nueva Constitución Política, que delegaba mayores responsabilidades en el Congreso, por sobre el ejecutivo, provocando la ira de los conservadores que se alzaron en diversas zonas del país, llevando al país a una guerra civil que duraría dos años, resultando favorecido Orbegoso, quien solicitó ayuda a Andrés de Santa Cruz para aplacar los constantes alzamientos conservadores. Con el beneplácito de Orbegoso, Andrés de Santa Cruz, invade Perú (era presidente de Bolivia) y establece una república federada llamada “Confederación Perú-boliviana” que poseía tres estados. Nor-Perú, Sur- Perú y Bolivia.

El proyecto de Santa Cruz entregó mayor tranquilidad al territorio peruano, mejorando de manera sustancial el desarrollo del país, pero fue mal visto por Chile que se oponía a los planes expansionistas de esta Confederación. Lo anterior provocó que Chile declarara la guerra a Perú- Bolivia. El general Manuel Blanco Encalada (del ejército restaurador), junto a huestes peruanas contrarias a la Confederación, invadió el sur peruano siendo derrotado, firmando el tratado de Paucarpata en 1837. Este tratado fue desconocido por los restauradores quienes vuelven a invadir territorio confederado. Fue así como en enero de 1839, el ejército chileno vence en Yungay al ejército peruano-boliviano, desarticulando la Confederación. La derrota de los confederados, dio pie a la vuelta al poder del general Gamarra, avalado por el Congreso. Posteriormente promulga la Constitución de 1839, de claro tinte autoritario e intenta invadir Bolivia, para anexarlo a territorio peruano, pero esta expedición resulta un fracaso porque el ejército peruano resulta derrotado en la Batalla de Ingaví, muriendo el general Gamarra en dicha contienda.