Australopithecus

Para la mayoría de los antropólogos el punto de inicio de la humanidad es cuando los primeros simios caminaron. Esto ocurrió en el sur de África y a ellos se les ha llamado Australopithecus, o los simios del sur.

Se les llama Australopithecus a las especies que habitaron desde hace más de 4 millones de años en el sur de África y que evolucionaron hasta convertirse en los actuales seres humanos. Se ubican en el tiempo por más de 2 millones de años. Su más famoso representante es Lucy, llamada así por los arqueólogos que en 1974 encontraron un esqueleto casi completo de mujer Australopithecu. Ella habría vivido hace unos 3 millones 200 mil años.

Constantemente se están haciendo nuevos descubrimientos sobre su existencia y evolución, por lo que todavía los Australopithecus tienen una historia incompleta, con mucho por conocer.

Características físicas de los Australopithecus

Su cerebro era de un tercio del tamaño de un hombre moderno, sin capacidad de habla, ni creación de herramientas, ni arte. Su estatura promedio en los varones llegaba hasta los 130 centímetros, mientras que en las mujeres no alcanzaba los 90 centímetros. Este dimorfismo sexual está heredado por el ser humano moderno, pero con más moderación, pues la mujer es en promedio un 15% más baja que el hombre. Su vellocidad era en todo el cuerpo, muy parecido al de los simios actuales.

Tenía la capacidad de caminar en dos piernas, lo que dejaba libre sus extremidades superiores, que van a ser denominadas brazos. Su campo visual era muy amplio al estar erguido, y se presume que veían en colores, tal como los demás simios. Comían frutas y otros vegetales, que al buscarlos, recorrían largas distancias, que explican su expansión por gran parte de África.

Subespecies Australopithecus

Existen cinco tipos de Australopithecus:

Anamensis: existieron hace más de 4 millones de años. Es al parecer descendiente del primer ser humano encontrado, hasta el momento, el Sahelanthropus Tchadensis, que vivió hace 7 millones de años. De los Anamensis surgieron dos ramas: los Afarencis y los Africanus.

Afarencis: existieron desde hace 4 millones, hasta hace 3 millones 100 mil años. A este grupo perteneció la ya mencionada Lucy. No está claro que ocurrió con sus descendientes evolucionados, que hace un millón 100 mil años, con el nombre de Paranthropus Robustus, desaparecen.

Africanus: existieron desde hace 3 millones 100 mil años hasta hace 2 millones. Se cree que desde aquí surgieron los homo hábilis, los cuales coexistieron con los demás australopithecus, como ramas evolutivas separadas. Su conexión con los Anamensis está aún por conocerse, aunque existen teorías que lo conectarían a través de algunas ramas de los Afarencis.

Garhí: Son simultáneos a los Africanus hace 2 millones 500 mil años, pero con un desarrollo evolutivo superior. No se sabe el motivo de su desaparición, y no se ha demostrado evolución hacia el homo hábilis.

Sediba: Son la última especie de Australopithecus que existió, hace un millón novecientos mil años. Al parecer son una rama evolutiva de Afarencis, que recién empieza a ser conocida.

Lo que esencialmente diferencia a las especies Australopithecus, en sus dos millones de años de evolución, es el tamaño de su cerebro, que de un inicial 300 cms. cúbicos, llegó a superar los 500 cms. cúbicos. Por otra parte las manos libres se modificaron, desarrollándose el pulgar opuesto, rasgo característico del siguiente peldaño evolutivo: el homo habilis.

Cifras vitales del Australopithecus

Gestación

Se ha logrado establecer que los embarazos tenían unos 260 días de gestación, con solo una cría por parto. El recién nacido era absolutamente dependiente de su madre, por unos 7 años las mujeres y unos 10 los hombres, momento en que llegaban a ser adultos y capacidad de procreación. Habían más mujeres que hombres, en relación 4 a 1, parecido a los simios actuales.

Esperanza de vida

Las mujeres pasaban por un continuo ciclo de embarazo, parto, lactancia; que las debilitaba no superando los 20 años de edad. Los hombres tampoco vivían mucho más, no superando los 25 años de edad. Las tasas de mortalidad infantil y juvenil se incrementaban por lesiones, infecciones, ataques de depredadores, etc. En resumen la esperanza de vida de los Australopithecus era de menos de diez años.