Bolívar

Bolivar y la educación. Influencia de la mujer en la vida de bolivar.

La educación que imaginaba Bolívar era para una época y una realidad, para una situación social, política y económica concreta, era el caso de Venezuela. No tenía como propósito el mantener una situación existente, sino que pretendía una transformación en forma radical. Se educaría con el objetivo de construir la noción de patria americana y no para mantener la idea de España como patria; no se buscaría el conservar una estructura político administrativa caduca, sino justamente, para destruirla y construir una adecuada; no para la idea de una ficticia paz y armonía.

Bolívar sugería una educación revolucionaria; una educación para el futuro de Venezuela. No debemos olvidar que Simón Rodríguez fue el maestro que más influencia tuvo sobre Bolívar y que el era un revolucionario en el campo educativo hizo que su ilustre alumno pusiera en práctica las ideas por él fomentadas. Bolívar fue un visionario para su época; además de la educación para el trabajo, buscó innovaciones en Educación Superior, en formar escuelas donde las niñas pudieran formarse al igual que los varones, buscó la promoción de la educación popular, de la integración social en las escuelas y hasta llegó a enviar becarios a Europa.

Bolívar siempre le concedió al proceso educativo especial importancia y en el cifró las esperanzas de poder inculcarle a los ciudadanos las ideas de patria y prepararlos para el desarrollo integral de la nación.

El Libertador tuvo claras las ideas de lo que debería hacerse con la educación. En su opinión las personas debían ocuparse de estudios. Las ciencias aplicadas, las técnicas y oficios, y buscaba que los jóvenes de su época compartieran con él sus ideas. Su idea era que cooperaran con el desarrollo económico del país.

El pionero de la Educación para Simón Bolívar es considerado el Trabajo.

Es importante resaltar el alto maestro; esto se evidencia en el maestro Simón Rodríguez:

«Usted formó mi corazón para la libertad, para lo grande, para lo hermoso». Dio gran importancia al educador como forjador de naciones y dijo: El objeto más noble concepto que tuvo del oficio de frases en que se refirió a su que puede ocupar al hombre, es ilustrar a sus semejantes. Para el Libertador el trabajo docente estaba en el lugar más elevado, de él dependía la formación de la juventud. La educación tenía que ser popular y complemento de la acción de patria, la comprensión plena de sus deberes ciudadanos, y una formación intelectual que impidiera que le quitasen sus derechos. También la educación ayudaría a comprender la necesidad del cumplimiento del deber; para el libertador de nada valía ser libre si se continuaba en la ignorancia de ahí que para él: «Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción»

Simón Bolívar fue un gran educador, no sólo porque promovió la apertura de institutos educativos, sino por su preocupación por la educación y la elevación del nivel moral tanto de los seres humanos como de las naciones.

Las ideas educativas del Libertador estaban orientadas inicialmente a la patria y luego a los individuos. Le daba prioridad a la educación aun sobre la acción bélica, a la cual consideraba sólo como un medio para alcanzar la libertad y la independencia.

Su condición de maestro, la cual enfatizó en Angostura al llamarla «la profesión más apreciada de la humanidad», le permitió comprender que las luchas y las guerras son transitorias y que lo permanente reside en la formación de los hombres.

El Libertador estableció como obligatoria la enseñanza, asegurando la elemental como gratuita. Fundó escuelas, colegios en ciencias y artes y universidades. Además, protegió las costumbres autóctonas y la enseñanza del idioma, proclamó la excelencia de la oratoria y estimuló la elocuencia. La moral y las buenas costumbres tenían para él un significado especial, por eso se empeñó en la formación ético-religiosa de las nuevas naciones e incluso cuidó el aseo entre los estudiantes. En el Congreso de Angostura dijo: «Sin moral republicana, no puede haber gobierno libre. Para afirmar esta moral he inventado un cuarto poder que críe a los hombres en la virtud y los mantenga en ella». En las ideas revolucionarias del Libertador sobre el papel de la educación y el Poder Moral está basada la creación del Poder Ciudadano, que junto al Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial y el Electoral conforman los cinco poderes públicos de nuestro país.

La gran preocupación de Bolívar fue la educación, consideraba que la Libertad no podría alcanzarse sin la misma. De una formación basada netamente en las doctrinas de Rousseau (básicamente de el EMILIO), pensaba que lo más importante era la formación para el trabajo. Pensaba que el pueblo llano debía dominar artes manuales como carpintería, ebanistería, herrería y otras similares que le garantizaran además de su libertad económica la posibilidad de prosperar dentro de la sociedad que se formaba.

El Discurso de Angostura (fragmento principal)

«Si el principio de la igualdad política es generalmente reconocido, no lo es menos el de la desigualdad física y moral. La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. Las leyes corrigen esta diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política y social. Es una inspiración eminentemente benéfica, la reunión de todas las clases en un estado, en que la diversidad se multiplicaba en razón de la propagación de la especie. Por este solo paso se ha arrancado de raíz la cruel discordia. ¡Cuántos celos, rivalidades y odios se han evitado! »

«La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una república; moral y luces son nuestras primeras necesidades. Tomemos de Atenas su areópago, y los guardianes de las costumbres y de las leyes; tomemos de Roma sus censores y sus tribunales domésticos; y haciendo una santa alianza de estas instituciones morales, renovemos en el mundo la idea de un pueblo que no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso. Tomemos de Esparta sus austeros establecimientos, y formando de estos tres manantiales una fuente de virtud, demos a nuestra República una cuarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres y la moral republicana. Constituyamos este areópago para que vele sobre la educación de los niños, sobre la instrucción nacional; para que purifique lo que se haya corrompido en la República; que acuse la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria, el ocio, la negligencia de los ciudadanos; que juzgue de los principios de corrupción, de los ejemplos perniciosos; debiendo corregir las costumbres con penas morales, como las leyes castigan los delitos con penas aflictivas, y no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla; no solamente lo que las ataca, sino lo que las debilita; no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que viola el respeto público. La jurisdicción de este tribunal verdaderamente santo, deberá ser efectiva con respecto a la educación y a la instrucción, y de opinión solamente en las penas y castigos. Pero sus anales, o registros donde se consignan sus actas y deliberaciones; los principios morales y las acciones de los ciudadanos, serán los libros de la virtud y del vicio. Libros que consultará el pueblo para sus elecciones, los magistrados para sus resoluciones, y los jueces para sus juicios. Una institución semejante que más que parezca quimérica, es infinitamente más realizable que otras que algunos legisladores antiguos y modernos han establecido con menos utilidad del género humano.»

Y al proponer en ese Congreso, el de angostura, el «Poder Moral» ésta incluía una «Cámara de Educación» que debía regirse por los siguientes artículos:

Statutos de la Cámara de Educación

Art. 1º.- La Cámara de Educación está encargada de la educación física y moral de los niños, desde su nacimiento hasta la edad de doce años cumplidos.

Art. 2º.- Siendo absolutamente indispensable la cooperación de las madres para la educación de los niños en sus primeros años, y siendo éstos los más preciosos para infundirles las primeras ideas, y los más expuestos por la delicadeza de sus órganos, la Cámara cuidará muy particularmente de publicar y hacer comunes y vulgares en toda la República algunas instrucciones de todas las madres de familia sobre uno y otro objeto. Los curas y los agentes departamentales serán los instrumentos de que se valdrá para esparcir estas instrucciones, de modo que no haya una madre que las ignore, debiendo cada una presentar la que haya recibido, y manifestar que la sabe el día que se bautice su hijo o se inscriba en el registro de nacimiento.

Art. 3º.- Además de estas instrucciones, la Cámara cuidará de publicar en nuestro idioma las obras extranjeras más propias para ilustrar la nación sobre este asunto, haciendo juicio de ellas, y las observaciones o correcciones que convengan.

Art. 4º.- Estimulará a los sabios y a todos a que escriban y publiquen obras originales sobre lo mismo, conforme a nuestros usos, costumbres y gobiernos.

Art. 5º.- Como la Cámara misma recogerá dentro de poco tiempo mejor que nadie todos los datos y conocimientos necesarios para semejantes obras, compondrá y publicará alguna que sirva a la vez de estímulo para que se ocupen otros de este trabajo, y de ilustración para todos.

Art. 6º.- No perdonará medio ni ahorrará gasto ni sacrificio que pueda proporcionarle estos conocimientos. Al efecto de adquirirlos comisionará, pues, hombres
celosos, instruidos y despreocupados que viajen, inquieran por todo el mundo y atesoren toda especie de conocimientos sobre la materia.

Art. 7º.- Pertenece exclusivamente a la Cámara establecer, organizar y dirigir las escuelas primarias, así de niños como de niñas, cuidando de que se les enseñe a pronunciar, leer y escribir correctamente, las reglas más usuales de la aritmética y los principios de la gramática, que se les inspiren ideas y sentimientos al trabajo, respecto a los padres, a los ancianos, a los magistrados, y adhesión al Gobierno.

Art. 8º.- Siendo nuestros colegios actuales incapaces de servir para un gran plan de educación, será un cuidado muy especial de la Cámara delinear y hacer construir los que se necesitan en toda la República, tanto para los niños como para niñas, que deben estar separados por lo menos desde que la razón empieza a obrar en ambos. La forma, proporción, y situación de estos establecimientos, será la más conveniente con su objeto, y se consultará en ellos no solamente la solidez y extensión sino la elegancia, el aseo, la comodidad y el recreo de la juventud.

Art. 9º.- La Cámara determina el número de colegios que deben construirse, señala la provincia si es posible la posición que precisamente debe ocupar cada uno, calculando para esto las ventajas del lugar, por su facilidad para reunir allí todos los niños, por la salubridad del terreno, por la abundancia y bondad de los alimentos, etc.

Art. 10.- Cada colegio estará bajo la dirección inmediata de un institutor que será nombrado por la Cámara, escogiéndolo entre los hombres más virtuosos y sabios, cualquiera que sea el lugar de su nacimiento. La mujer del institutor será la institutriz inmediata del de las niñas, aunque bajo la dirección de su marido. Este empleo será el más considerado, y los que lo ejerzan serán honrados, respetados y amados como los primeros y más preciosos ciudadanos de la República.

Art. 11.- La Cámara formará el reglamento de organización y policía general de estos establecimientos, serán sus clases, especificando la educación que respectivamente conviene a los niños para que adquieran desde su niñez ideas útiles y exactas nociones fundamentales, las más adaptables a su estado y fortuna, sentimientos nobles y morales, principios de sociabilidad y patriotismo. Este plan se presentará al Congreso para que siendo examinado y aprobado se convierta en Ley de la República.

Art. 12.- Todos los años publicará la Cámara tablas o estados exactos y circunstancias de los niños nacidos y muertos, de su constitución física, de su salud y enfermedades, de su adelantamiento, inclinaciones, cualidades y talentos particulares. Para hacer todas estas observaciones se servirá de los institutores, de los curas, de los médicos, de los agentes departamentales, de los ciudadanos ilustrados, y de todas las autoridades, que empezando por el mismo Presidente, le obedecen todas en materia de educación.

Art. 13.- Además de estas atribuciones, la Cámara de Educación dirigirá la opinión pública en las materias literarias, mientras se establece el instituto filosófico. Ella examinará o hará examinar y analizar las obras que se publicaren sobre cualquiera asunto, formando juicio de ellas en el Monitor del Areópago.