El nacionalismo

Conoce las características del nacionalismo y su influencia en el origen de nuevos estados nacionales.

El nacionalismo fue una corriente ideológica que motivó la conformación de nuevos estados bajo un mismo territorio, lengua y cultura. Esta ideología tuvo gran fuerza en el siglo XIX, siendo clave en los procesos de unificación italiana y alemana.

Características

Se entiende al nacionalismo como una exaltación y apreciación de ciertos elementos que identifican a una nación, como la valoración de la lengua, cultura e historia en común.  La conversión de los vasallos o súbditos en ciudadanos durante la consolidación de las monarquías nacionales ayudó a germinar este tipo de sentimiento, así como también, la política expansionista del Imperio Napoleónico en donde esta ideología toma real fuerza.

El nacionalismo fue una ideología revolucionaria para el siglo XIX que adquirió importancia tras las medidas tomadas por el Congreso de Viena (1814 – 1815), cuyo objetivo fue recuperar el orden y la legitimidad de las monarquías en Europa tras la caída del Imperio Napoleónico. Las aspiraciones territoriales monárquicas obstaculizaban las pretensiones de los grupos nacionalistas quienes anhelaban constituir estados que se autodeterminaran políticamente.

Para los nacionalistas existían dos alternativas para conformar estados – nación. En primer lugar, si las naciones estaban bajo el alero de un estado multinacional, la alternativa era luchar y obtener la independencia. En el caso de que la nación estuviera dividida en múltiples estados, la opción era la unificación.

Las revoluciones liberales del siglo XIX facilitaron la expansión de los ideales nacionalistas, y en ellas, se expresaron alzamientos y movilizaciones que lograron éxito en el ideal de la conformación de nuevos estados como en el caso de los movimientos revolucionarios de 1820, donde Grecia obtuvo su independencia en 1829.

El ideal de los estados – nación prosperó en América, en donde los movimientos independentistas no sólo tuvieron una potente influencia de las los ideales liberales sino también de los nacionalistas. En Europa, el caso de las unificaciones italiana y alemana resalta y son representación evidente de la influencia del nacionalismo en este continente.

Unificación Italiana

Italia, hacia 1815, era constituida por diversos estados monárquicos absolutistas quienes no estuvieron aislados de los alzamientos revolucionarios que se dieron durante el siglo XIX. Hacia 1830, florece un movimiento nacional que postulaba a conformar un estado que integrara a quienes compartían la cultura y lengua italiana. Floreció un movimiento político e intelectual que propició la propagación de los ideales nacionalistas en Italia.

En 1831, se crea una organización denominada la Joven Italia que conformó células nacionalistas en toda la península itálica. Entre los integrantes de esta organización destaca la participación de su líder Giuseppe Mazzini y Giuseppe Garibaldi, activo participante del proceso de unificación.

La independencia del Reino de Piamonte, bajo el reinado de Víctor Manuel II, se convierte en un motor del programa unificador italiano. Los ducados de Parma, Módena y Toscana se independizaron y se unieron al reinado. El proceso seguiría en el sur, donde se logró conquistar Sicilia y Nápoles en el año 1860 y posteriormente unirlas a los dominios del monarca. En 1866, se incorpora Venecia y en 1871, los estados pontificios, culminando el proceso de unificación en Italia.

Unificación Alemana

Al igual que en Italia, un movimiento nacional  de carácter político e intelectual, floreció al interior de los estados germanos. El Congreso de Viena, en su afán restaurador, creó la Confederación Germánica que incluía a diversos estados, entre esos, Austria y Prusia. Este último que anhelaba la unificación, lideraría el movimiento.

En 1835, se crea el Zollverein (del cual se marginó Austria) que resolvió el problema de los impuestos aduaneros entre los estados germanos. Esto potenció el poder económico y prestigio prusiano frente al mundo.

Hubo un intento por unificar Alemania en 1848 pero fue sofocado y reprimido . El rey Guillermo I nombra canciller a Otto Von Bismarck (1862) quien, a través de una política bélica, logra anexionar nuevos estados  y unificar Alemania. En 1871, se proclama el II Reich y Guillermo I, emperador de Alemania.