Evolución histórica de la civilización del Indo

Los primeros asentamientos humanos en el valle del Indo han sido fechados aproximadamente en el año 7.000 a. de C. y en ellos, además, se han encontrado indicios de prácticas agrícolas, las que se estima son contemporáneas de las aparecidas en la zona de Mesopotamia.

Hacia el cuarto milenio a. de C. los habitantes del valle del Indo se habían organizado en pequeñas aldeas, en las que la agricultura era la actividad principal, por lo que son consideradas las precursoras de la civilización india, la que se estima logró consolidarse entre los años 2.500 y 1.800 a. de C.

La evolución histórica de la civilización del Indo tradicionalmente se ha dividido en cuatro periodos: la Civilización de Mohenjo Daro y Harappa (2.500 a 1.500 a. de C.), el Periodo Védico (1.500 a 1.000 a. de C.), el Periodo Brahmánico (1.000 a 321 a. de C.), y el periodo de los Imperios (321 a. de C. al 535 d. de C.). Se finaliza el estudio de esta civilización en el momento en que invasores indoeuropeos destruyen la unidad cultural de la región y dividen el subcontinente en una diversidad de pequeños estados principescos, ya que dejan de existir poderes políticos que tengan la capacidad de aglutinar bajo su control a la mayor parte de la población.

Es importante señalar que la principal característica del desarrollo histórico de la civilización del Indo, es su profunda religiosidad canalizada en variados sistemas de cosmovisiones que han dado forma y fondo a la vida de los habitantes de este enorme territorio: el vedismo, el brahmanismo, el budismo, etc.

En parte, la historia de la India es la historia de la interacción entre las diversas religiones. Otro factor importante es el rendimiento de las actividades agrícolas, ya que este valle albergba a millones de personas la mayoría de las cuales dependían exclusivamente de la generosidad de la tierra y del comportamiento de los grandes ríos.

Civilización de Mohenjo Daro y Harappa (2.500 a 1.500 a. de C.)

Los habitantes de las antiguas aldeas de agricultores, conocidos con el nombre de dravidianos, durante el cuarto milenio a. de C. gradualmente fueron transformando las pequeñas aldeas en ciudades que llegaron a albergar entre 20.000 y 40.000 habitantes. Se estima que la civilización iniciada por los dravidianos llegó a abarcar los territorios que actualmente ocupan las importantes ciudades indias de Bombay por el costado sureste, y Nueva Delhi por el límite este, llegando a alcanzar las fronteras orientales de Persia por el lado oeste y las laderas de los Himalayas por el norte; hacia el sur los dravidianos se extendieron hasta el mar Arábigo y ocuparon territorios que hoy pertenecen a los estados de Pakistán, Afganistán y parte de la India.

La civilización de Mohenjo Daro y Harappa se desarrolló a expensas del río Indo, el cual nace en las altas tierras del Tibet y desemboca en el mar Arábigo tras recorrer la llanura india a través de sus 3.040 kilómetros de largo. Se estima que este río irrigaba un valle de aproximadamente 1.000.000 de kilómetros cuadrados, posibilitando que sus habitantes pudieran establecerse en sus orillas y se dedicaran a la agricultura.

Al igual que en Mesopotamia y Egipto, cada vez que el río Indo experimentaba crecidas, con sus inundaciones depositaba sedimentos en las tierras del valle. Debido a ello los dravidianos basaron su economía en el cultivo, principalmente, de cereales como el trigo y la cebada aunque también producían diversos tipos de frutas y hortalizas. La necesidad de acopiar cereales para las épocas de sequía y escasez, obligó a que estos fueran recaudados en forma de tributos, lo que implicaba la existencia de un gran aparato de gobierno capaz de realizar tal función; los cereales eran almacenados en un enorme granero que se ubicaba en el centro de cada ciudad.

Aunque no se han encontrado rastros de la organización política de esta civilización, se piensa que el poder lo ejercía una autoridad similar a un rey; tampoco se conoce sobre la estructura social, aunque lo más probable es que la sociedad se organizara de acuerdo a la especialización de cada habitante.

A este periodo, además, se le atribuye el origen de los primeros elementos religiosos hinduistas, como el culto a las divinidades agrícolas y la aparición de dioses locales. La diosa tierra era la más venerada y se le consideraba la madre universal, la diosa de la fertilidad de los hombres, de los animales y las plantas.
La civilización del valle del Indo perduró en su estado primigenio hasta el año 1.500 a. de C., fecha en que los arios, provenientes desde Persia, invadieron sus tierras y mezclándose con los habitantes originales dieron forma al llamado Periodo Védico.

El Periodo Védico (1.500 a 1.000 a. de C.)

La invasión de los arios acabo con el dominio de los dravidianos sobre la civilización del Indo; no obstante, su llegada enriqueció el nivel cultural de los habitantes del valle, puesto que permitió la introducción de los caballos y el conocimiento de técnicas metalúrgicas para trabajar el hierro. Este periodo se caracterizó por la implantación de las tradiciones y costumbres arias, entre las que predominaron las religiosas; no obstante, también fueron importantes sus aportes en la construcción y la carpintería, en el desarrollo de la navegación y en la mejora de los contingentes militares.

La adopción de las creencias religiosas arias transformó la vida del valle del Indo y comenzó a dar forma a la incipiente cultura hindú, además, modificó la estructura social y dio un sentido fuertemente religioso a todo el desarrollo de la cultura que habían construido los dravidianos.

Este periodo se denomina Védico porque los arios incorporaron los Vedas, o textos sagrados que narraban la historia mitológica de los orígenes del pueblo ario; los Vedas eran interpretados por los brahmanes y organizaban a la sociedad en una serie de castas o estamentos claramente definidos. Por ello, los brahmanes se convirtieron en el grupo más importante en la pirámide social y se hicieron, además, con el poder político.

Periodo Brahmánico (1.000 a 321 a. de C.)

A medida que la cultura védica y el hinduismo fue adoptado progresivamente por los habitantes del valle y gracias a la extensión del uso del hierro, los brahmanes fueron adquiriendo progresivamente más poder y se expandieron hacia el sur y ocuparon las orillas del río Ganges, donde lograron desarrollar una cultura mucho más avanzada. La fecunda llanura del Ganges permitió que las actividades agrícolas fueran capaces de alimentar a una población que aumentaba gradualmente, y el desarrollo urbano siguió siendo la principal característica de esta civilización.

Se denomina periodo Brahmánico a esta etapa, porque los brahmanes eran la cabeza de la sociedad basada en el hinduismo, aunque en el siglo V a. de C., en las laderas de los Himalayas, surgió con gran fuerza la religión budista que pronto socavó los cimientos de la India brahmánica.

Periodo de los Imperios (321 a. de C. al 535 d. de C.)

A medida que las creencias budistas fueron desarrollándose, los brahmanes vieron debilitado su poder y el territorio de la antigua cultura aria fue disputado largamente por una serie de pueblos provenientes del noroeste de los Himalayas que entraron en conflicto con los hinduistas. Sólo en el tercer siglo de la era cristiana, entre los años 320 y 535, la dinastía de los Gupta logro controlar la mayor parte del territorio y extendió el budismo por toda la península.

Durante el siglo V, los hunos de origen mongol, invadieron el valle del Indo y pusieron fin a la civilización que había nacido 3.000 años atrás a orillas del río Indo y que en esos momentos pasaba por una severa crisis agrícola que había socavado las bases de la civilización que nació a los pies del Indo.