Evolución Histórica de la Civilización Griega

La civilización griega o helénica se desarrolló en el extremo sur de la Península de los Balcanes; este escarpado territorio se encuentra casi en su totalidad determinado por la presencia de zonas secas y montañosas, las que apenas se ven interrumpidas por escasos y pequeños valles.

La ausencia de extensas zonas fértiles, como ocurría en el caso de Egipto y Mesopotamia, impidió el crecimiento de sociedades agrícolas. Por el contrario, la imponente presencia del mar, determinó que los griegos desarrollaran su civilización orientada hacia el exterior, lo que se canalizó en el marcado carácter marítimo y comercial que adquirieron.

De hecho, el factor geográfico es utilizado para explicar las razones de los griegos para organizarse en ciudades autónomas que rechazaron celosamente la integración política y administrativa, a pesar de compartir la lengua y el sistema religioso.

Orígenes del Pueblo Griego

La historia de los griegos es la historia de la mezcla y fusión de las tradiciones culturales de diversos pueblos que se establecieron progresivamente en el territorio de Grecia.

Los primeros habitantes de Grecia (conocidos como pelasgos) fueron invadidos por sucesivas oleadas de pueblos de jinetes nómadas indoeuropeos que buscaban mejores condiciones de vida; el conocimiento y manejo de las armas de hierro, los convirtió en invencibles para las primitivas culturas mediterráneas y arrasaron con ellas. Entre los invasores indoeuropeos se hallaban los denominados helenos o griegos, los que gradualmente fueron apoderándose del territorio; en un primer momento, se destacaron grupos de aqueos, que atacaron a los pelasgos y se convirtieron al sedentarismo, abandonado el vagabundaje y la vida nómada.

Los aqueos, de esta forma, erigieron y desarrollaron entre 1.650 y 1.125 a. de C. la Civilización Micénica, que es considerada como la primera etapa de la evolución histórica de la cultura griega y que debe su nombre a la ciudad más importante que levantaron: Micenas.

Otro grupo de helenos, denominados tracio-frigios, se dirigieron hacia las tierras del Estrecho del Bósforo, una zona que comunica los mares Egeo y Negro; en ese lugar fundaron la ciudad de Ilión, la que también fue conocida con el nombre de Troya. Esta ciudad controlaba el comercio entre las regiones asiáticas y los pueblos del Mediterráneo, lo que originó una disputa por el dominio de las rutas marítimas entre los aqueos y los tracios; este conflicto se conoce como la Guerra de Troya y ha dado lugar a la poesía épica de “La Iliada”, que es atribuida al poeta ciego Homero.

Tras la victoria aquea en la Guerra de Troya, los micénicos comenzaron a mirar hacia la isla de Creta y, paulatinamente, invadieron a la cultura minoica, a la que también destruyeron. No obstante la destrucción de los cretenses, la cultura minoica fue absorbida por los aqueos, quienes la incorporaron a sus tradiciones y enriquecieron la civilización micénica.

Sin embargo, las victorias aqueas no podían durar eternamente, y poco tiempo después de derrotar a los cretenses, sufrieron la cruel ironía del destino y la cultura micénica fue destruida por las invasiones de otro pueblo de raíces indoeuropeas perteneciente al grupo de los helenos: los dorios. Aunque se debe señalar, que un pequeño grupo de aqueos que logró escapar de los ataques dorios, se trasladó hacia la zona del Ática y a orillas del mar Egeo, fundaron la ciudad de Atenas

Los dorios atacaron el sur de Grecia, logrando derrotar a Micenas y obligaron a numerosos grupos de aqueos a huir hacia las costas mediterráneas del Asia Menor (sector también conocido como Jonia). Una vez que derrotaron a los aqueos, los dorios abandonaron el nomadismo y se establecieron en la península del Peloponeso, particularmente en la región de Laconia; en esta zona, los dorios fundan una ciudad-campamento que llamaron Esparta.

Es importante destacar que los aqueos, los tracio-frigios y los dorios provenían de un mismo grupo étnico: los helenos o griegos, y de su fusión e interacción resultó la nación griega. A pesar de compartir la misma tradición cultural, los griegos no conformaron una unidad política y frecuentemente se enfrentaron en conflictos bélicos. Sólo a instancias de la amenaza de la invasión persa, las ciudades griegas se unieron bajo el control de la metrópoli Atenas.