La Filosofía en Grecia

A diferencia de las sociedades surgidas en Asia, que explicaban el origen y naturaleza de la vida a través de la religión, los griegos desarrollaron la filosofía, una disciplina encargada de reflexionar sobre el hombre y su existencia. En el surgimiento de la filosofía en Grecia, han sido reconocidas tres etapas de desarrollo: el periodo presocrático; el periodo socrático, y el periodo postsocrático.

La filosofía presocrática, también conocida como cosmológica, se desarrolla en las costas jónicas; su primer exponente, Tales de Mileto, propone que el principio fundador de las cosas o arjé era el agua. Su compatriota, Anaxímenes, planteaba que todas las cosas se componían de aire. Para el pensador proveniente de Efesos, Heráclito, el arjé estaba compuesto por el fuego. Estas formas de explicar el mundo son conocidas como monistas porque atribuyen el origen de la naturaleza a un solo elemento básico.

A las ideas formuladas por los monistas se opusieron los denominados pluralistas, quienes postulaban que el mundo y el hombre estaban compuestos por átomos; estas ideas eran sostenidas por Anaxágoras de Clazome, y Demócrito de Abdera. En este periodo, además, aparece Anaximandro, el que postula que el ápeiron es el elemento originario de la vida.

Las corrientes monistas y pluralistas son consideradas parte de la escuela cosmológica, pues ambas se encargan de indagar y reflexionar sobre el origen del mundo y la vida. Sin embargo, la cosmología es reemplazada por los sofistas, quienes ubican como centro de sus reflexiones al hombre, sus motivaciones y su destino; los principales exponentes del sofismo fueron Protágoras, Georgias y Pródico.

La inclinación de los sofistas por reflexionar sobre el hombre en desmedro del cosmos, produjo una inquietud ética, puesto que la principal premisa de los sofistas. “el hombre es la medida de la cosas” era vista como una fuente relativismo; debido a ello, los sofistas eran acusados de mercenarios y falaciosos, ya que el uso de la oratoria como medio de expresión, les hacía utilizar diversos argumentos en la búsqueda de convicción en sus audiencias.

En la actualidad, el término sofisma es ocupado para referirse a una situación confusa y polémica, en la que los términos de ellas no están del todo claros. Con los sofistas acaba el periodo denominado como presocrático.

Sócrates, quién vivió entre los años 470 y 399 a. de C. en la Atenas de Pericles, fundó los principios de la filosofía occidental. Sócrates utilizó el método de análisis de los sofistas, el que estaba basado en el uso de la ironía y la mayéutica; a través de la ironía, Sócrates hacía ver a sus discípulos sus errores y aciertos; la mayéutica implicaba para los alumnos encontrar con sus propios medios, las respuestas a sus dudas y preguntas.

El ahora llamado método socrático, basado en la interrogación constante (Sócrates solía decir “sólo sé que nada sé”), paso a cuestionar los valores del sistema institucional ateniense y fue condenado a la cicuta, ya que se le llegó a considerar un peligró para el mantenimiento del orden social y político.

Platón, el principal seguidor de Sócrates, y que vivió entre los años 428 y 348 a. de C., se destacó por promover el uso del método dialéctico y por realizar sus enseñanzas en los jardines de Academos.

Las principales ideas de Platón se concentraron en sus obras “Apología de Sócrates” y “La República”; en la primera de ellas, condensa las enseñanzas de su maestro y expone la defensa que éste realizó en el juicio que finalmente lo condenó a muerte.

La característica más relevante de la obra de Platón es su marcado tono idealista, mostrándose contrario a los filósofos jónicos, quienes son fundamentalmente materialistas. El idealismo de Platón se expresa en la idea de que las ideas son la esencia de las cosas, lo se que contrapone al principio del arjé esgrimido por los primeros monistas.

El continuador de la obra platónica es su discípulo Aristóteles (348-322 a. de C.), quién es originario de la polis de Estágira, por lo que también se le conoció como “el estagirita”. Aristóteles creó una escuela que se conoció como Liceo, y se convirtió en una de las más prestigiosas de Atenas; de hecho, como hemos señalado en otro apartado, el rey de Macedonia, Filipo II, lo contrató para que se encargara en forma exclusiva de su hijo, el futuro emperador Alejandro Magno.

A pesar de lo que se podría pensar, las ideas de Aristóteles se hallaban en franca oposición a las de Platón, ya que planteaba que las ideas eran directa consecuencia de las cosas materiales; el filósofo estagirita no compartía el pensamiento de que las ideas eran parte de un universo trascendente y superior al hombre: como se puede observar, la teoría aristotélica realizaba una simbiosis entre el materialismo presocrático y el idealismo platónico.

Para el discípulo de Platón, las abstracciones o ideas eran causadas por la observación de las cosas materiales; esta constatación, llevó a Aristóteles a poner en práctica el método de investigar las situaciones, antes de realizar una afirmación sobre cualquier cosa, hecho, o circunstancia.

Este aporte de Aristóteles al crecimiento del pensamiento filosófico, ha llevado a algunos autores a plantear que su contribución es la pionera en el desarrollo del método científico. Entre las principales obras de Aristóteles se pueden contar la “Metafísica”, la “Ética a Nicómaco”, “Ética a Eudeba”, y “La Política”.

Durante el periodo helenístico o alejandrino, la filosofía se desarrolló en varias corrientes: la escuela cínica fundada por Antístenes; la escuela hedonística o cirenaica, liderada por Aristipo de Cirene; la escuela epicúrea radicada en la polis de Epicuro; y la escuela estoica, que surgió al alero de Zenón, en la isla de Chipre.