Periodos del Desarrollo Cultural de Grecia

La civilización griega es considerada la cuna de la cultura occidental, pues en sus ciudades, se comenzaron a desarrollar las bases del conocimiento social, científico y artístico de las sociedades contemporáneas.

En sus territorios se establecieron los pilares de disciplinas, ciencias y artes cotidianos para nosotros como las matemáticas, la medicina, el teatro, la literatura, la historia, la filosofía, la geometría, el cálculo, los deportes, etc.

Las contribuciones helenas al legado cultural occidental son tan cuantiosas que los historiadores de Grecia han identificado cinco etapas de desarrollo.

Primer Periodo (1900 a 1.100 a. de C.)

La primera de las etapas se conoce como la Edad Heroica, y se extiende desde la llegada de los primeros griegos al sur de los Balcanes, hasta el año 1.100 a. de C., aproximadamente; este periodo se caracteriza porque las creaciones literarias y artísticas estaban dedicadas a los dioses: destaca en la poesía Orfeo.

Segundo Periodo (1.100 a 500 a. de C.)

La segunda etapa comienza tras el término de la Guerra de Troya; esta se extiende hasta el año 500 a. de C. y se caracteriza por el surgimiento de los rapsodas o poetas épicos, los que recorrían las polis cantando los versos compuestos por Homero en el siglo IX a. de C.

Los múltiples cantos de los rapsodas y las variaciones en los versos de “La Iliada” y “La Odisea” han puesto dudas sobre la real existencia de Homero y sobre su autoría. La importancia de estas dos obras literarias, radica en que eran más que poesías dedicadas a la adulación de los héroes micénicos que derrotaron a Troya: se trataba de verdaderas descripciones, prolijamente detalladas, sobre los modos de vida de la civilización levantada por los aqueos y la influencia cretense.

Otra figura sobresaliente de este periodo fue el poeta Hesíodo, quién compuso entre los siglos VIII y VII a. de C., la poesía sobre la vida laboral de los griegos titulada “Los trabajos y los días”, en la que se describen los principios sobre los que cada griego debe establecer sus valores acerca de la justicia, el trabajo, la felicidad y la sociedad. Hesíodo en esta poesía plantea que el trabajo es fuente de prosperidad, y lo ensalza en desmedro del ocio, al que considera causa de los vicios que corroen al hombre.

Otro tipo de poesía floreció en el siglo VII a. de C.: se trataba de la lírica, la que contó con exponentes como Arquiloco de Paros, quién se destacó por sus himnos guerreros; Arón, autor que elogio al dios Baco a través del ditiritambo, y a quién también se le atribuye la invención de la tragedia. Otro poeta relevante fue Esopo, quién compuso las primeras fábulas.

En el campo de la filosofía, en esta etapa aparecieron tres corrientes filosóficas fundamentales en la conformación del conocimiento occidental. En Jonia, en la polis de Mileto surgió el padre de los monistas Tales, quién estableció el principio del arjé.

En la Magna Grecia, en las cercanías de Sicilia, surgió la eleática a manos de Xenofanes de Colofón, quién tuvo de discípulos a Parménides y Zenón. En las colonias del sur de la bota italiana se desarrolló la escuela pitagórica, también conocida como italiana, fundada por Pitágoras.

En al aspecto artístico, la disciplina más destacada hasta el fin de las Guerras Médicas fue la arquitectura, la que se desarrolló fundamentalmente gracias a la construcción de templos. La principal manifestación arquitectónica fueron las columnas, de las que se practicaron tres estilos de construcción: el dórico, el ático, y el jónico.

El dórico se diferencia por su preferencia por las formas macizas y poderosas; por el contrario, el ático privilegia las formas armónicas y equilibradas; finalmente, el estilo jónico se enfoca en la belleza de las formas.

En esta época la escultura y la pintura, no habían evolucionado, y sólo crecieron bajo la conducción de Pericles. La pintura más sobresaliente, principalmente en las polis jónicas, se remite a la usada para decorar vasos ceremoniales, que combinan el negro con el rojo, en motivos que representan diseños basados en la mitología.

Tercer Periodo (500 a 404 a. de C.)

Luego de la victoria griega sobre los persas, comenzó la más esplendorosa de las etapas: es el siglo de oro de la Atenas de Pericles. La principal disciplina que se desarrolla en este periodo que sólo abarca un siglo de historia es la tragedia; sin embargo, la lírica encontró sus exponentes en Simónides, Baquílides y Píndaro.

No obstante, fue la tragedia la que más floreció gracias a las obras del trío más conocido de la tragedia universal: Esquilo, Sófocles y Eurípides

Esquilo fue el creador de la llamada trilogía, la que consistía en el desarrollo de tres momentos de un único sujeto mítico para develar la necesidad de una victoria de los dioses.

Sófocles tiene como motivo general de sus obras a la humanidad de los héroes: en sus obras la acción siempre es protagonizada por un héroe que sufre, pero que en el proceso se purifica. Sófocles, de esta forma, se especializó en hablar sobre las crisis espirituales de los hombres y recreó frecuentemente los cambios de ánimo, generando una técnica de los contrastes.

Eurípides, influenciado por los sofistas, se dedicó en sus obras a cuestionar los principios morales, artísticos y religiosos de su época. En sus tragedias los personajes principales son generalmente héroes, a quienes humaniza y los pone del lado de las polis.

Junto con la tragedia, en el siglo V a. de C., se desarrolló la comedia y la sátira. El autor más relevante fue Aristófanes, que vivió entre los años 444 y 380 a. de C., y se caracterizó porque en sus obras ironizo con las figuras de Sócrates en “Las Nubes” y de Eurípides en “Las Ranas”.

En este periodo se considera que surgió la disciplina histórica, ya que Heródoto de Halicarnaso compuso su obra, que está dividido en nueve libros, “Las nueve musas”, en el que relata de manera simple y sencilla las tradiciones y costumbres de los griegos, los egipcios y los persas.
Se considera que es el primer intento de construir una historia universal, porque Heródoto incorpora descripciones del medio geográfico así como análisis sociológicos de los pueblos que estudió.

Otro historiador destacado fue Tucídides, quién a través de la redacción de la “Historia de la Guerra del Peloponeso”, inauguró la historia política. Tucídides, además, fue el primero en trabajar con fuentes orales como los discursos, de lo que incluyó varios en su fundamental obra.

Las bellas artes fueron una de las disciplinas que más crecieron durante el periodo de que Pericles ocupó el poder; Pericles se había puesto como objetivo convertir a Atenas en la ciudad más hermosa del mundo, y tomando fondos de la Liga de Delos se lanzó en una campaña para reconstruir la ciudad que habían arrasado los persas.

A Fidias se el encomendó la dirección de la reconstrucción de la ciudad; las mayores labores se llevaron a cabo en la Acrópolis, especialmente en el Partenón, que fue reconstruido con mármol por los arquitectos Ictinos y Calícrates. Todos estos monumentos fueron ornamentados con bellas esculturas, entre las cuales destacaron las de Polícleto.

Cuarto Periodo (404 a 301 a. de C.)

Este periodo se extiende entre el conflicto fraticida de la Guerra del Peloponeso, hasta la conformación del imperio macedonio comandado por Alejandro Magno. Esta etapa se caracteriza porque comienza un proceso de declive en la cultura griega, debido a la destrucción provocada por la guerra, que se cruza con el surgimiento de grandes genios de la cultura helénica.

En este periodo aparecieron las figuras de Demóstenes, quién se destaca en el arte de la oratoria; Platón en la filosofía, al igual que Aristóteles; Menandro en la comedia; Jenofonte en la historia; y Praxíteles y Lisipo en la escultura. Característicos de este periodo son las construcciones de teatros al aire libre de piedra, que reemplazan a los de madera, y que son levantados en honor de Dionisio en Atenas, por ejemplo.

Con la caída de las polis griegas en manos de Alejandro a causa de las guerras internas que surgieron tras la progresiva debilitación de Atenas, decae la cultura griega y sus grandes exponentes se trasladan a otros territorios.

Quinto Periodo (301 a 146 a. de C.)

En esta etapa de decadencia y ruina política desaparecen los grandes poetas, historiadores, filósofos, dramaturgos y oradores.

Durante el reinado de la dinastía macedónica, como hemos señalado, el desarrollo de la cultura helenística abandonó las polis del territorio griego y se trasladó hacia las conquistas de Alejandro Magno; por esta razón, el principal foco de crecimiento de las actividades intelectuales se ubicó en el delta del Nilo, en la ciudad de Alejandría.

Propias de este periodo son las corrientes filosóficas del estoicismo, el escepticismo, y la filosofía epicúrea. Los estoicistas, cuyo máximo fue Zenón, proponían como valores éticos a la apatía y la indolencia. Por otro lado, los escépticos, representados con Pirró, planteaban como premisa básica que no existe la posibilidad de saber nada cierto, demostraban su parentesco con los sofistas presocráticos. La corriente epicúrea desarrolló una ética basada en la renuncia a la posibilidad de explicar el mundo, y centrándose en la práctica diaria de modos de buena convivencia como el respeto o la modestia.

Como hemos señalado, la capital cultural de la civilización helenística fue la ciudad egipcia de Alejandría; en ella se desarrollaron, fundamentalmente, disciplinas de carácter científico como las matemáticas, la geometría, la física, la astronomía y la geografía.