Las Guerras Médicas

Las Guerras Médicas son un conflicto bélico que enfrentó a una serie de ciudades griegas con el Imperio Persa, y se extendieron entre los años 499 y 449 a. de C.; la principal causa de esta confrontación fue el rechazo de las ciudades jónicas al sometimiento persa, y en el periodo que abarcaron se produjeron cuatro enfrentamientos militares.

Es importante decir que la Guerras Médicas son consideradas como el primer choque entre Oriente y Occidente, y algunos autores han llegado a señalar que en ellas se contrapusieron ideologías tan dispares como la democracia griega y el despotismo persa.

A fines del siglo VI a. de C., las polis griegas ubicadas en Jonia, debido a la presión diplomática y militar del emperador Ciro, se convirtieron en satélites de los persas, quienes les impusieron fuertes tributos económicos. Esta situación provocó el levantamiento de las polis, y en el año 499 a. de C. la ciudad de Mileto, con el apoyo de 20 barcos con tropas proporcionados por Atenas, inició un levantamiento que, luego de una victoria inicial, fue sofocado por Persia: en el año 493 a. de C., el emperador Darío I destruyó e incendió Mileto.

Un año después, este gobernante persa dio comienzo a una ofensiva sobre los territorios de Tracia y Macedonia, con el objetivo de recuperar el control de estos dos pueblos, que habían sido conquistados en el año 512 a. de C. Darío I envío una flota y un ejército al mando de su yerno Mardonio con la misión de conquistar Grecia, y por mientras, a través de sus embajadores, solicitó a las polis griegas que se rindieran. Las polis más pequeñas se sometieron, sin embargo, Atenas y Esparta no cedieron y mataron a los emisarios del emperador.

Como respuesta, en el año 490 a. de C., Darío envió una segunda expedición que nuevamente resulta derrotada, esta vez en la legendaria batalla de Maratón a sólo 40 kilómetros de Atenas. En esta ocasión, el ejército ateniense debió combatir en solitario a los persas, porque Esparta se hallaba en medio de una festividad religiosa que impedía a sus soldados abandonar la ciudad. No obstante, los atenienses comandados por Milcíades el Joven, derrotaron a unas fuerzas tres veces superiores y evitaron la inminente invasión de Grecia.

El tercer enfrentamiento de las Guerras Médicas ocurrió 10 años después, cuando el sucesor de Darío, Jerjes quién le reemplazó en el año 486 a. de C., mandó una nueva expedición a atacar las polis griegas. En esta ocasión, Jerjes reunió uno de los ejércitos más grandes de toda la Antigüedad y en el año 481 a. de C. logró atravesar con sus naves el estrecho de Helesponto y se dirigió al sur.

En la zona del paso de las Termópilas, el enorme contingente persa se enfrentó con un pequeño destacamento espartano de 300 hoplitas y 1000 guerreros griegos, dirigido por el rey Leonidas; en esta batalla, los persas atacaron por la retaguardia y arrasaron con las fuerzas de Leonidas.

Esta victoria permitió a los persas avanzar hacia Atenas e incendiar la ciudad; sin embargo, gracias al tiempo que ganó Leonidas, los atenienses abandonaron la ciudad y se refugiaron en las islas vecinas del Egeo.

Entonces, la flota persa persiguió a la griega hasta la isla de Salamina y allí se enfrentaron 400 naves helenas contra 1.200 embarcaciones persas; no obstante la desigualdad de fuerzas, los griegos comandados por Temístocles, derrotaron a los invasores asiáticos.

La última fase de las Guerras Médicas se produce un año después de la batalla naval de Salamina, en el año 479 a. de C., cuando la flota griega vuelve a derrotar a la naves peras, esta vez en batalla de Mícala, frente a las costas de Mileto.

La paz entre griegos y persas sólo se consiguió en el año 449 a. de C., con la firma de la paz de Calias, acuerdo que ratificó la independencia de las polis griegas.

La principal consecuencia de las Guerras Médicas fue el liderazgo que adquirió Atenas al interior de Grecia; esta situación, en el plano político, se reflejó con la organización, en el año 478 a. de C., de la Liga de Delos: una alianza voluntaria entre las polis del mar Egeo, las ciudades griegas de Jonia y las polis del Ática para protegerse de los persas.

No obstante, es importante resaltar que la Liga de Delos era controlada por Atenas y, progresivamente, esta polis utilizó esta alianza en su beneficio, provocando el descontento de sus miembros. Por el contrario, Esparta sólo consiguió el respaldo de unas pocas polis de Grecia continental, a las que reunió bajo su liderazgo en la Liga del Peloponeso.

Finalmente, cabe decir que luego de la Guerras Médicas comenzó el llamado siglo de oro de Atenas; puesto que en esta época, bajo la conducción de Pericles, las instituciones democráticas atenienses se perfeccionaron y consolidaron.