Hipérbole: qué es, ejemplos y cómo construir una hipérbole

La hipérbole, ejemplos y cómo construir una en 3 pasos.

¿Qué es una hipérbole?

Para que puedas comprender qué es una hipérbole, es necesario que comprendas que ésta está presente tanto en discursos literarios como no literarios. Consiste en una alteración del lenguaje, donde se tiende a deformar una idea o cosa hasta llevarla a la exageración. Por esta razón, al utilizar una hipérbole en un enunciado, sea cual sea, el lenguaje se vuelve superlativo (es decir, se maximiza lo dicho). Cuando se utiliza una hipérbole por exceso, se habla de una aúxesis, por ejemplo “Eres más mal oliente que un zorrillo”. Al tratarse de un recurso literario, se reconoce su presencia generalmente en textos líricos, sin embargo está presente en la publicidad, la prosa y en nuestros propios usos cotidianos. Funciona como un intensificador del lenguaje, por lo tanto permite darle más fuerza a la idea que se intenta transmitir.

Ejemplos de hipérbole

A continuación encontrarás algunos ejemplos para que comprendas cómo se utiliza las hipérboles en diversas situaciones de enunciación, tanto literarias como no-literarias.

a)      En el lenguaje publicitario se puede encontrar de la siguiente manera:

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Como puedes ver, se trata de un afiche publicitario, cuya función es convencer al receptor de que consuma un producto. En este caso lo hace a partir de la “hiperbolización” del producto que intenta vender, unos zapatos de montaña. Se exagera el tamaño de éstos para dar la impresión de que son indestructibles.

b)      En el lírico, la hipérbole se pone en contacto con el texto poético para reforzar la intensidad que el poeta quiere dar a su texto, a través del hablante lírico. Un ejemplo en el siguiente poema de Nicanor Parra.

“Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.”

(Nicanor Parra: “Autorretrato”)

c)      En nuestra habla cotidiana utilizamos constantemente el lenguaje hiperbolizado, generalmente para argumentar alguna afirmación. De más está decir que por el hecho de basarse en una figura retórica, su carácter de verdad está vetada, es un artificio del lenguaje. Por ejemplo, “…porque te lo dije como un millón de veces”, “…porque cuando la saludaste tenías una sonrisa de oreja a oreja”, “… porque eres la persona más aburrida del mundo”

Como puedes apreciar, es posible encontrar esta figura retórica en diversas clases de textos y situaciones comunicativas. Su uso le quita el carácter de veracidad a un texto (verdad), por lo tanto debe ser evitado en textos de carácter informativo o expositivo.

¿Cómo hacer una hipérbole en 3 pasos?

A continuación encontrarás la manera de hacer tu propia hipérbole en tres pasos, los pasos deberían servirte para que puedas utilizar esta figura retórica en cualquier tipo de texto.

1.      Lo primero que debes hacer para construir un texto que contenga una hipérbole es comprender qué tipo de efecto quieres conseguir en el receptor. La hipérbole puede resultar útil para construir un efecto humorístico en el lector, o bien para evidenciar algo que podía pasar desapercibido o tal vez para darle más intensidad a algo que no lo tenía. Quizás, quieres provocar todos esos efectos al mismo tiempo. Canaliza tu atención en esa idea durante unos minutos. ¿Qué efecto quiero provocar en el lector o receptor?

2.      Ahora, para provocar ese efecto utilizarás una hipérbole. Supongamos que tienes que construir un afiche publicitario para convencer a los receptores que deben consumir píldoras anti-stress. Será necesario entonces que grafiques a través de una hipérbole algo que pasaba desapercibido, en este caso el stress. ¿Qué característica debo exagerar para construir ese efecto? Para conseguir ese efecto el emisor podría dibujar a una persona siendo aplastada por un planeta tierra gigante, como si ésta fuese la representación de sus problemas. La imagen del hombre siendo aplastado por el planeta tierra es una exageración y eso es una hipérbole. Si la solución a ese problema es una píldora anti-stress, entonces el afiche publicitario estará consiguiendo su función.

3.      Pregúntate si la característica que haz rescatado en tu afiche es aquella que representa mejor el efecto que quieres conseguir en el receptor.

Si alguien se siente observado, probablemente querrá representar esa idea a través de la siguiente hipérbole: “De pronto me sentí rodeado por cientos de miradas acechándome”

Recuerda que el sentido de la hipérbole es volver evidente o exagerar algo que de otra forma pasaría desapercibido. Si hay una característica que te parece importante para representar un sentimiento, entonces debes focalizar tu atención en esa característica y elevarla hasta la exageración.