Diferencias entre narrador y hablante lírico

A continuación conocerás las principales diferencias entre el narrador y el hablante lírico.

En la literatura, independiente del género al que pertenezca el texto, siempre podemos encontrar una voz que es la que nos transmite la historia o las emociones y sentimientos. Si en el caso de la narrativa identificamos al narrador, en el género lírico tenemos al hablante lírico. Éste expresa desde una perspectiva subjetiva y particular el contenido de la obra poética. Es importante no confundirlo con el ser de carne y hueso que escribe que es el autor, ya que el hablante lírico se constituye como una entidad ficticia creada para hablar en el poema.
Veamos algunos ejemplos:

«Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, vuelve y tómame
cuando despierta del cuerpo la memoria,
y un antiguo deseo atraviesa la sangre,
cuando los labios y la piel recuerdan,
y sienten las manos que acarician de nuevo.
Vuelve a menudo y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan»

(Constantino Cavafis, Vuelve)

En este caso, el hablante lírico no es Constantino Cavafis, sino que un entidad creada por él para hablar en el poema. Por lo tanto, podemos reconocer en el hablante lírico, ya sea femenino o masculino, un deseo de retorno del otro que ya no está.

«Aquí en la isla
el mar
y cuánto mar
se sale de sí mismo
a cada rato,
dice que sí, que no,
que no, que no, que no (…)
No puede estarse quieto,
me llamo mar, repite
pegando en una piedra
sin lograr convencerla»

(Pablo Neruda, Oda al mar)

A partir de este ejemplo vemos que el hablante lírico centra su atención en la descripción del mar y nuevamente no existen indicios de poder identificarlo con el autor.

«Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante»

(Alejandra Pizarnik, Quien alumbra)

En este caso, aunque el poema esté en primer persona singular, no debes identificar al hablante lírico con la autora.