El Tiempo en la Narración

En la vida real es muy común medir o tipificar el tiempo que transcurre y esto se hace teniendo en consideración un antes, un durante y un después. Esto en modos indicativos de tiempo correspondería al pasado. Al presente y al futuro.

En la narración, si bien es una ficción, también se toma en cuenta el tiempo, aunque de un modo diferente comparado con el valor que le damos en la cotidianeidad; esto implica que no sean equivalentes el tiempo ficticio con el tiempo real. Sin embargo, el posible clasificar las referencias temporales de la siguiente forma:

El tiempo en la historia

Es el orden lógico que se le da a los diversos hechos que se suceden en la historia. Poseen un claro sentido y una causalidad establecida, donde el narrador va siguiendo un patrón de correlatividad cronológica en su relato.

El tiempo del relato

Se refiere a lo estético del mismo y no responde a un orden prefijado, sino que quien relata lo hace de un modo arbitrario, no teniendo en cuenta una línea de tiempo cronológica; lo que produce que al interior de la historia se encuentre un tiempo totalmente diferente al real y se establezca una temporalidad artística, que es única del texto y organiza el tiempo interno del relato.

El tiempo referencial histórico

Es el tiempo que corresponde a la realidad histórica misma, es decir, al tiempo al que hacen alusión los acontecimientos narrados, independiente que la historia en sí sea de ficción. Esto es, dicho de otro modo, que aun cuando el relato es una invención, el tiempo histórico donde se sitúa la fantasía sí es real. Por ejemplo, si hablamos de la vida de Martín Rivas sabemos que él – como tal – no existió, mas sí en ese tiempo se desarrollaba lo que hace mención la obra: la lucha entre liberales y conservadores en Chile.