La metáfora: qué es, sus características y cómo hacer una metáfora.

A continuación encontrarás la definición de metáfora, sus características y los pasos para construir la tuya.

¿Qué es una metáfora?

El primero hace relación con reconocer las dificultades que representa en la mayoría de los estudiantes comprender lo que es una metáfora, aparentemente resulta mucho más fácil saber que estamos frente a una, que llegar a una definición de ésta.

En segundo lugar, es necesario aclarar que la metáfora está presente en una amplia gama de textos y locuciones del habla cotidiana, sin embargo se suele relacionar exclusivamente con la poesía, principalmente porque fue tratada y definida por primera vez en la “Poética” de Aristóteles. Esto es un error, pues la metáfora trasciende las formas tradicionalmente artísticas y está profundamente arraigado en nuestra cultura, particularmente en la latinoamericana.

Metáfora deviene del griego y se podría interpretar como “desplazar algo más allá”. En este caso es el desplazamiento de un objeto lírico tangible con algo de carácter imaginario o inventado. En otras palabras, nombrar una idea o cosa con el nombre de otra, pero con la que existe una relación implícita, analógica o comparativa.

Características de la metáfora

A continuación encontrarás una enumeración que te permitirá comprender mejor las características propias de una metáfora.

1. Las metáforas son figuras literarias y éstas tienen la función de dar mayor expresividad a la intención comunicativa del emisor. La expresividad de la metáfora se consigue a través del nombramiento de una idea o cosa, con el nombre de otra con la que existe cierta relación de semejanza.

2. Las metáforas están presentes en muchos coloquialismos, eufemismos del lenguaje, idiotismos y locuciones cotidianas. La lengua española y sus variaciones tienen profundamente arraigadas construcciones metafóricas. Algunos ejemplos posibles podrían ser “le volaron la cabeza” para referirse a una persona que recibe un disparo, o  “se me hace agua la boca”, para referirse a la experiencia de tener hambre, por solo nombrar algunas.

3. Las construcciones metafóricas están sustentadas en la connotación del lenguaje y la multiplicidad de significados con las que se puede dotar un solo significante. Por ejemplo, la palabra “perro”, puede significar denotativamente “Mamífero cánido de cuatro patas que ladra”, sin embargo connotativamente en Chile puede significar “Pinzas para colgar ropa”. Esto atañe a que desde la subjetividad, éste objeto remite metafóricamente (o en sentido figurado) al hocico de un perro.

¿Cómo hacer una metáfora en 3 pasos?

A continuación encontrarás los pasos para construir una metáfora. Como habrás leído en los puntos anteriores, ésta figura retórica la puedes utilizar en diversos textos y situaciones de habla en las que necesites dotar de mayor expresividad el lenguaje.

1. En primer lugar, para hacer una construcción metafórica debes considerar la siguiente pregunta ¿qué efecto deseo conseguir en el receptor de mi mensaje? Si tu receptor está frente a un texto de tú autoría, probablemente quieras darle un carácter más lúdico a tu mensaje, o bien busques dotarlo de mayor expresividad o quizás sencillamente conseguir que éste se vea más ornamentado. Toda esta intencionalidad en el mensaje podría verse sustentada a partir de una metáfora.

2. Lo segundo es escoger aquello que deseas metaforizar, puede ser algo subjetivo así como algo tangible ¿qué es aquello que busco metaforizar? Crear una metáfora puede servir para velar o develar. Podrías querer construir una metáfora para velar algo que disfemísticamente sea difícil de decir, como por ejemplo en vez de aludir a que alguien falleció, decir que alguien “se fue al patio de los callados”. O bien, develar o poner en evidencia algo, es decir que en vez de aludir a que alguien tiene cabellera rubia, referirte a que tiene “cabeza de sol”.  Ambas son formas metafóricas.

3. Encuentra un elemento, idealmente tangible o perceptible, que te permita hacer una relación implícita entre aquello que quieres metaforizar y el elemento escogido. Si recurrimos al ejemplo anterior, en la metáfora “cabeza de sol” en relación a “cabellera rubia”, la metáfora está sustentada en la palabra “sol”, pues éste tiene una relación de semejanza con “rubia”. La semejanza es implícita y se vincula con la idea de que el sol tiene un color amarillo y que brilla, de la misma forma en que lo hace una cabellera rubia.