Comprende cómo ocurre la respuesta alérgica desde un punto de vista molecular y además, cómo funcionan los trasplantes de órganos y transfusiones sanguíneas.
En algunas ocasiones, el sistema inmune, especializado en reconocer lo ajeno, aislarlo y eliminarlo, falla en su función, reconociendo lo inocuo (no dañino) como patógeno, o aun más grave, lo propio como patógeno.
En la primera situación se habla de una respuesta inmune exacerbada, mediada por todas las líneas de defensa, frente a agentes normalmente inocuos (que no generan daño al organismo) como alimentos, polvo, plantas, pelaje de animales, etcétera, conocidas como respuestas alérgicas, las que se caracterizan por generar un cuadro sintomatológico conservado (alergia) que puede variar desde condiciones leves a críticas, poniendo inclusive en riesgo la vida de la persona. La segunda descripción es una condición rara y por lo general crítica, donde el sistema inmune de un individuo reconoce como ajeno a estructuras propias (tejidos, órganos completos, células), donde sus linfocitos reconocen como antígenos a estructuras que no lo son, por ende, comienza un fenómeno de autodestrucción del organismo, con consecuencias a corto y/o largo plazo fatales. Este tipo de condiciones son las denominadas enfermedades autoinmunes. Finalmente, el conocimiento sobre el sistema inmune ha permitido avanzar en el campo clínico mediante la realización de recambio de órganos desde un individuo a otro, técnica conocida como trasplante, la cual depende de éxito en función de la capacidad de tolerancia de la estructura trasplantada (eventualidad de rechazo inmune). Los mismo ocurre con las trasfusiones sanguíneas, las cuales deben considerar la compatibilidad antigénica del tejido receptor y donante para evitar también el rechazo inmune.
La respuesta autoinmune está mediada por componentes específicos e inespecíficos, por lo que se establece una clasificación en tipos de hipersensibilidad (entendiendo a esta como la respuesta errática del sistema inmune frente a lo propio). Los tipos de hipersensibilidad (HS) existentes son:
El trasplante de órganos es una técnica médica revolucionaria que comienza su historia a principios del siglo XX. El primer tejido trasplantado fue la córnea, y desde entonces el conocimiento y desarrollo de esta técnica ha permitido salvar muchas vidas. La base molecular del trasplante radica en el grado de similitud entre los genes presentes en el cromosoma 6 del denominado complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) del donante y receptor del tejido trasplantado. A mayor similitud entre ambos, menor es el riesgo de rechazo de la estructura trasplantada. Para apoyar el trasplante y asegurar el éxito del procedimiento los médicos trabajan con medicamentos inmunodepresores, los que reducen el riesgo prematuro de rechazo.
Las estructuras que pueden ser trasplantadas a la fecha son córnea, huesos, pelo y piel, sangre, corazón, riñón, pulmón, páncreas, hígado, intestino y médula ósea.
El caso de trasplante sanguíneo (trasfusión) opera en función de los antígenos de membrana que poseen los eritrocitos (glóbulos rojos), los que pueden ser de 2 tipos: A y/o B. Existen 4 tipos sanguíneos que resultan de la combinación de estos antígenos según el genotipo de los individuos, existiendo sangre de tipo A (antígeno A), tipo B (antígeno B), tipo AB (antígenos A y B) y tipo 0 (sin antígenos). También se debe considerar la presencia de la proteína Rh, la cual también actúa como antígeno de membrana durante las trasfusiones y puede estar presente (Rh positivo) o ausente (Rh negativo).