Descubre los cambios que se dan al pasar de la adolescencia a la adultez, factores que influyen en la sexualidad y el carácter sexual de hombres y mujeres.
En esta etapa experimentamos cambios en nuestra sexualidad que nos permiten dejar descendencia y que nos preparan para formar una familia en la adultez.
Si bien experimentamos cambios en las dimensiones biológica, psicológica y social a lo largo de toda nuestra vida, aquellos que ocurren durante la pubertad y adolescencia son quizás los más radicales, ya que implican una transformación completa del individuo, la aparición de rasgos físicos que hasta entonces se encontraban “dormidos” en nuestro cuerpo y constituyen la antesala de lo que será la sexualidad de los individuos durante toda su vida.
Hay cambios que se relacionan directamente a lo biológico, con los cuales se nace y siempre han estado presentes (caracteres sexuales primarios), otros que se desarrollan en esta etapa (caracteres sexuales secundarios) y juntos configuran lo que se conoce como sexualidad.
Índice
Se suele pensar que la sexualidad solo abarca la capacidad de tener sexo entre seres humanos. La sexualidad desde una perspectiva completa no se queda solo en este punto, sino que se define desde el momento en que se forma un organismo luego de la fecundación; es en este momento donde un individuo sellará su destino genético como un hombre o mujer. Al tercer mes de gestación podrá observarse a través de un ecógrafo el sexo biológico del individuo y comunicarse a sus padres y hacia el final de la niñez y a lo largo de la pubertad y adolescencia se definirá la identidad sexual, proceso que implica cambios no solo biológicos, sino que también cambios psicológicos y sociales.
Así, la sexualidad humana estará determinada por:
Como ya se ha comentado, al momento de la fecundación queda determinado el sexo con el que se desarrollará el individuo a lo largo de su vida. Lo normal es que un individuo se desarrolle bajo el sexo masculino o femenino y esto determinará qué estructuras sexuales se desarrollarán más tarde en la pubertad y adolescencia.
Todas las estructuras y órganos presentes en los niños desde su nacimiento hasta el final de la niñez y que los distinguen entre si como hombres o mujeres serán denominados caracteres sexuales primarios. El pene en los hombres y la vagina en las mujeres son ejemplos de caracteres sexuales primarios, al igual que las estructuras productoras de hormonas sexuales denominadas gónadas: testículos en hombres y ovarios en mujeres.
Los cambios que ocurren durante la pubertad y adolescencia se verán gatillados gracias a la acción de hormonas, la testosterona en los hombres y los estrógenos en las mujeres, y estas hormonas, permitirán la aparición de características que aumentarán las diferencias físicas entre hombres y mujeres, las cuales se habían mantenido “dormidas” o “silenciadas” hasta el inicio del trabajo hormonal característico de la pubertad y adolescencia. A todas las características que aparecen durante esta etapa y que se relacionan con la sexualidad masculina y/o femenina se les denomina caracteres sexuales secundarios, y como ejemplo de ellos tenemos: