Contaminación

Con los problemas a los que nos enfrentamos actualmente, problemas de tipo político, económico, social y hasta deportivos, dejamos de lado uno con el que tenemos contacto más cercano, el problema de la contaminación, un problema que nosotros creamos e incrementamos de forma gradual todos los días.

El interés actual en el medio humano ha surgido en un momento en que las energías de los países en desarrollo se dedican cada vez más a alcanzar la meta del desarrollo. El interés en las cuestiones relacionadas con el ambiente ha tenido su origen en los problemas experimentados por los países industrialmente adelantados. Estos problemas son el resultado de un nivel elevado de desarrollo económico. La creación de una gran capacidad de producción en la industria y en la agricultura, el crecimiento de sistemas complejos de transporte y comunicaciones, la rápida evolución de los conglomerados humanos, han causado daños y perturbaciones en el medio humano. Estas perturbaciones han llegado a alcanzar tales proporciones que en muchos sitios constituyen ya un grave peligro para la salud y el bienestar humano.

La contaminación en términos científicos es la impregnación del aire, el agua o el suelo con productos que afectan a la salud del hombre, la calidad de vida o el funcionamiento natural de los ecosistemas. Sobre la contaminación de la atmósfera por emisiones industriales, incineradoras, motores de combustión interna y otras fuentes. Sobre la contaminación del agua, los ríos, los lagos y los mares por residuos domésticos, urbanos, nucleares e industriales.

En muchos lugares del país, es tal la contaminación del medio ambiente en general (aire, agua, tierra, etc.), que se está minando la salud de muchas personas. Esto se debe, entre otros factores, a los cambios anteriores y actuales en las modalidades de consumo y producción, a los estilos de vida, la producción y utilización de energía, la industria, el transporte, etc.,que no tienen en cuenta la protección del medio ambiente. Además, en el análisis reciente de la OMS se establece claramente la interdependencia entre la salud, el medio ambiente y el desarrollo y se revela que en la mayoría de los países no se produce la integración de esos aspectos, por lo que se carece de un mecanismo eficaz de lucha contra la contaminación.

ANTECEDENTES DEL PROBLEMA

Las condiciones climáticas generales que se han presentado durante 1998 se pueden calificar como anómalas, manifestándose principalmente en alteraciones de los regímenes de lluvias y en las temperaturas extremas alcanzadas, ocasionando una de las sequías más severas en el siglo pasado.

Las severas heladas que se produjeron a principios del año, la ocurrencia de fuertes vientos y la ausencia de lluvias, son factores que han favorecido el surgimiento de incendios en diversas zonas del país.

Por otra parte, la escasez de lluvias provocó que en las zonas ganaderas se realizara la quema de hierba para el renuevo de pastizales. Al existir una gran cantidad de material vegetal combustible y una carencia de control de las quemas, se incrementaron los incendios forestales particularmente en el sur y sureste del país.

Como resultado de estas quemas e incendios, las concentraciones de partículas suspendidas en el aire se incrementaron, afectando extensas áreas del territorio nacional, incluyendo el centro del país y sur de los Estados Unidos.

Durante los últimos años el desarrollo industrial ha ocasionado que un gran número de sustancias se incorporen al ambiente, siendo indudable que esta transformación del ambiente afecta la salud de la población. Varios estudios han demostrado el efecto tóxico de algunas de estas sustancias; por lo que de acuerdo a estos resultados se ha logrado cambiar la percepción que la sociedad tiene de la contaminación ambiental.

En la mayoría de los estudios se asocia la presencia de la contaminación con el incremento de las enfermedades. Es difícil precisar la magnitud del problema, pero gracias a los sistemas actuales de información se está estudiando adecuadamente los efectos del fenómeno.

La contaminación atmosférica se encuentra estrechamente relacionada con el desarrollo económico, pero si éste no está regulado, puede comprometer el bienestar presente y futuro de la humanidad.

Cada año, los países industriales generan miles de millones de toneladas de contaminantes. Los contaminantes atmosféricos más frecuentes y más ampliamente dispersos se describen en la tabla adjunta. El nivel suele expresarse en términos de concentración atmosférica (microgramos de contaminantes por metro cúbico de aire) o, en el caso de los gases, en partes por millón, es decir, el número de moléculas de contaminantes por millón de moléculas de aire. Muchos contaminantes proceden de fuentes fácilmente identificables; el dióxido de azufre, por ejemplo, procede de las centrales energéticas que queman carbón o petróleo.

Otros se forman por la acción de la luz solar sobre materiales reactivos previamente emitidos a la atmósfera (los llamados precursores.

Por ejemplo, el ozono, un peligroso contaminante que forma parte del smog, se produce por la interacción de hidrocarburos y óxidos de nitrógeno bajo la influencia de la luz solar. El ozono ha producido también graves daños en las cosechas. Por otra parte, el descubrimiento en la década de 1980 de que algunos contaminantes atmosféricos, como los clorofluorocarbonos (CFC), están produciendo una disminución de la capa de ozono protectora del planeta ha conducido a una supresión paulatina de estos productos.

Entre los diferentes tipos de contaminación, existe el de la contaminación atmosférica, un tipo de contaminación al cual no se le toma el interés que requiere, siempre el país (el gobierno o nosotros mismos) no toman en cuenta las consecuencias que puede traer hasta que se llegan a niveles altos de IMECAS (Índice Metropolitano de Calidad del Aire); es entonces cuando se toman medidas, y son medidas no para prevenir a la misma, sino para combatirla por unas horas hasta esperar a que se repita la situación.

Se han realizado múltiples estudios para conocer los daños ocasionados por la contaminación aunque la mayor parte de ellos se refiere a trabajos con exposiciones cortas y efectos agudos, mientras que el principal reto será realizar observaciones a largo plazo.

Los pacientes asmáticos son uno de los grupos más afectados, por lo que hemos estado realizando estudios para conocer el papel que juega la contaminación ambiental en su desarrollo, encontrando una relación importante entre síntomas y disminución de la capacidad respiratoria cuando se exceden los límites considerados como normales de contaminantes y en la actualidad se está trabajando en buscar el efecto protector de antioxidantes.

Los últimos datos disponibles confirman las peores previsiones, con disminuciones de la capa de ozono sobre la Antártida que permiten hablar apropiadamente de «agujero» por cuanto, en fechas concretas, prácticamente se ha llegado a niveles de ozono indetectables; además, en Septiembre y Octubre de 1996 el agujero llegó a un tamaño del orden unos 22 a 26 millones de km2. No obstante, en 1996 no se registraron valores por debajo de 100 U.D. La influencia de las variables físicas metereológicas y de la dinámica atmosférica permiten explicar las variaciones de unos años respecto a otros.

Se han detectado «agujeros» sobre el polo Norte, que ya alcanzan niveles de destrucción del ozono en torno al 40-50% de los niveles considerados normales. Igualmente, se han medido niveles de ozono decrecientes en latitudes más altas, sobre el continente europeo, sobre el norte del americano, calculándose, por ejemplo, sobre España descensos del 4% entre 1979 y 1996, implicando el aumento de un 14% en la irradiación UV-b en ese mismo plazo de tiempo.

No cabe duda de que la disminución de la capa de ozono ésta ocasionando un incremento de la energía que alcanza la superficie de la tierra y, por supuesto, de la radiación UV, con las consecuencias nocivas tanto para la especie humana como para los animales, pudiendo llegar, sin duda, a modificar la flora y la fauna que hoy en día conocemos.

Si se cumplen las previsiones y prohibiciones contenidas en el protocolo de Montreal y sus sucesivas revisiones y si hacemos caso de los modelos que han propuesto distintos grupos de investigación, los niveles de cloro tenderán a disminuir y, con ellos, se producirá un aumento de los niveles de ozono hasta llegar a valores considerados normales a mediados de siglo XXI.

Cada año, los países industriales generan miles de millones de toneladas de contaminantes. El nivel suele expresarse en términos de concentración atmosférica (microgramos de contaminantes por metro cúbico de aire) o, en el caso de los gases por millón de moléculas de aire. Muchos contaminantes proceden de fuentes fácilmente identificables; el dióxido de azufre, por ejemplo, procede de las centrales energéticas que queman carbón o petróleo. Otros se forman por la acción de la luz solar sobre materiales reactivos previamente emitidos a la atmósfera. Por otra parte, el descubrimiento en la década de 1980 de que algunos contaminantes atmosféricos, como los clorofluorocarbonos (CFC), están produciendo una disminución de la capa de ozono protectora del planeta ha conducido a una supresión lenta de estos productos.

Tipos de contaminación

Contaminación del agua

Contaminación producida por el tráfico.

Contaminación atmósferica

Contaminación por tóxicos

Contaminación Industrial

CONCLUSIÓN

La falta de información NO es el motivo por el cual no se tomen medidas para el control y la eliminación de la contaminación atmosférica. Se tienen aparatos sofisticados que miden hora tras hora los niveles de contaminación en diferentes puntos de la ciudad; se conocen los tipos de contaminantes, sus fuentes y sus cantidades; se sabe de los planes de contingencia que se tienen que llevar a cabo cuando hay muchos contaminantes; pero todo esto es independiente de lo que nosotros podemos realizar para combatir la contaminación.

Actualmente el gobierno realiza un plan piloto de recolección de basura, en donde se divide por días la recolección de los diferentes tipos de basura, unos días cartón, papel y aluminio, otros días desechos inorgánicos y el resto de los días desechos orgánicos.

¿ Nosotros contaminamos? Claro, con nuestros automóviles, al fumar, con la combustión innecesaria de basura… Pero nosotros tenemos la solución en nuestras manos, debemos organizarnos y ser responsables y evitar aquellas actividades que producen contaminación.

La situación es crítica pero aún reversible. Si todos nosotros (y todos significa en este caso realmente todos, desde los jefes de gobierno hasta el más humilde de los ciudadanos, desde el más rico hasta el más pobre), tenemos presente que en la defensa de la vida somos socios, socios con los otros seres humanos y sobre todo, con la Naturaleza, a la cual le debemos un respiro para que pueda regenerar los bosques, las aguas y la atmósfera…, inclusive la capa de ozono sobre los casquetes polares. Si todos tenemos presente que hasta el tener y disfrutar tiene que ser moderado, que el consumo como tal no es una meta y en cambio el desarrollo no se puede hacer a costa del Medio Ambiente, es posible que el bienestar pueda mejorar para todos en todo el mundo.

Si se acepta de una vez que producir y consumir en un proceso en el que se incluye la reducción de los correspondientes residuos domésticos y desechos industriales, si tenemos presente que la Salud es un bien como cualquier otro y que hay que cuidarlo y protegerlo, la sociedad invertirá más dinero, educación e información en la protección del Medio Ambiente, con la consecuente elevación del nivel y esperanza de vida de los hombres de toda la Tierra. De esa Tierra que el progreso técnico y la densidad humana ha hecho tan pequeña que nada de lo que le sucede a uno deja de afectarles a los demás.

Pero esencial, decisivo, sigue siendo el comportamiento individual, el que cada uno de nosotros esté consciente de que la basura que tiramos es un problema que nos creamos a nosotros mismos y que debemos reducir la contaminación del aire que respiramos y del agua que bebemos. La conciencia de que el derroche que hacemos lo tendremos que pagar a la larga tanto con nuestra salud o con la de nuestra descendencia como la de nuestros vecinos.

El conocimiento de que ni el agua, ni el aire, ni la madera, ni los peces, ni el petróleo son infinitos, nos llevará a adoptar un comportamiento comedido, respetando el equilibrio ecológico de la Tierra, ese gran marco cósmico en el que nos ha tocado vivir y en el que sólo podremos seguir haciéndolo si no lo destrozamos con un egoísta y miope concepto de la lucha por la vida,…exclusivamente nuestra vida.

Si no acabamos pronto con la contaminación esta acabara con nosotros muy pronto, debemos tomar conciencia de lo que estamos haciendo, dejar de pensar que si nosotros tiramos una basura alguien lo levantara, aunque tal ves alguien lo haga nosotros no deberíamos de hacerlo, deberíamos de ayudar a levantar la basura no a tirar mas.