Tipos de energías no renovables

Descubre cómo se produce energía a partir de recursos naturales no renovables como los combustibles fósiles y el impacto que ha tenido en la naturaleza.

La gran riqueza de recursos naturales presentes en nuestro planeta determina múltiples fuentes de obtención de energía para diversos trabajos que van desde pequeños procesos a escalas muy reducidas, hasta grandes procesos industriales que requieren cantidades de energía constante para ser sostenibles. El auge de la producción en cadena y el acelerado crecimiento de los países desarrollados y en vías de desarrollo se relaciona directamente con el desarrollo de nuevas técnicas que permitan la generación de energía a bajos costos de inversión. Muchas de estas técnicas han sido poco amigables con el medioambiente y han llevado al planeta al borde del colapso ecológico.

Fuentes de energía no renovable.

Las energías no renovables son aquellas que explotan directamente un recurso natural no renovable, como los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural) y como resultado de su explotación se genera gran contaminación. El calentamiento global y efecto invernadero están estrechamente relacionados a la explotación de estos recursos. Se considera también una fuente de energía no renovable a la energía nuclear, a pesar de no pertenecer al grupo de los combustibles fósiles.

  • Explotación del carbón: el carbón es un combustible fósil que ha sido explotado a gran escala desde los inicios de la humanidad y a nivel industrial desde el siglo XIX. Corresponde a restos vegetales (troncos) que se han conservado como fósiles desde épocas remotas (aproximadamente 360 millones de años atrás, en el periodo Carbonífero). El carbón es explotado como mineral desde minas a “tajo abierto” y/o subterráneas, y por lo general está asociado al gas natural, otro combustible fósil. El carbón ha sido usado ampliamente para procesos que requieren combustión, generando altos grados de contaminación atmosférica, debido a lo cual su uso en la actualidad es rechazado por los países desarrollados, regulado en aquellos en vías de desarrollo y poco legislado en países no desarrollados. Es una fuente de energía barata, pero altamente contaminante.
  • Explotación del gas natural: el gas natural también es un combustible fósil, el cual fue comenzado a explotar con fines de obtención energética en grandes proporciones desde fines del siglo XIX. Está asociado a procesos de descomposición de materia orgánica fósil, cuyos gases de descomposición (por lo general metano y dióxido de carbono) han quedado encerrados en bóvedas naturales a grandes presiones. El desarrollo de tecnologías que pueden transportar los gases presentes en estos yacimientos hacia plantas procesadoras y contenedoras de estos gases altamente inflamables ha permitido que el gas natural sea fuente de energía relativamente barata, pero más cara y de compleja explotación que el carbón.
  • Explotación del petróleo: el petróleo, combustible fósil emblemático, fue comenzado a explotar a nivel industrial a lo largo del siglo XX, a partir del cual se pueden obtener una serie de subproductos energéticos altamente contaminantes pero de producción económica y abundante como la parafina y gas natural licuado (GNL). La combustión del petróleo libera gases altamente tóxicos y nocivos para el medioambiente y salud humana, muchos de ellos cancerígenos. Actualmente gran parte de la matriz energética mundial depende del petróleo, el cual al haber sido sobreexplotado se encuentra en receso, ocasionando inclusive conflictos bélicos entre países por la posesión de este recurso.
  • Energía nuclear: la desintegración de los núcleos atómicos, proceso descubierto y manipulado desde la mitad del siglo XX ha permitido el desarrollo de centrales nucleares con fines de producción energética. La energía contenida en los núcleos atómicos de elementos como el uranio (U) o plutonio (Pu) al ser liberada producto de su desestabilización, es capaz de producir energía transformable a electricidad para grandes ciudades del mundo desarrollado, sin embargo producto de su uso bélico, este tipo de energía no goza de buena fama, además de estar asociada a altas tasas de desarrollo de cánceres y mutaciones en quienes manipulan directamente los insumos de esta industria energética.