Hormonas sexuales

Conoce a las responsables químicas de los cambios ocurridos durante pubertad y adolescencia en nuestro cuerpo: las hormonas sexuales.

Los cambios que ocurren desde el comienzo de la pubertad, durante la adolescencia y algunos inclusive hasta nuestra muerte pareciesen ocurrir de manera abrupta y sin explicación aparente. Es como si “algo” se hubiese activado en nosotros y hubiese dado paso a una serie de transformaciones y procesos que terminan cambiando nuestra apariencia física y estructuras mentales, alistándonos para ser hombres y mujeres. Ese “algo” recae en sustancias de diversos orígenes químicos llamados hormonas. Existen muchísimas hormonas en nuestro cuerpo, las cuales median gran diversidad de procesos que abarcan desde la eficiencia con que se asimilan ciertos nutrientes, nuestro crecimiento e inclusive la eliminación de desechos a través de nuestra orina. Las transformaciones que tienen que ver con la sexualidad humana también están mediadas por la acción de hormonas, algunas de la cuáles son comunes tanto en hombres como mujeres, pero que desencadenan en ambos procesos muy diferentes sobre estructuras exclusivas de cada uno de ellos.

Hormonas: funcionamiento general

De manera muy general, una hormona puede entenderse como un mensajero químico, el cual porta un mensaje a ser leído por un destinatario. Ese mensaje debe de ser escrito por alguien antes de ser enviado y recorrer una vía de transporte hasta llegar a su receptor. Siguiendo esa analogía, quienes forman los mensajes moleculares de las hormonas son las denominadas glándulas endocrinas, estructuras especializadas en la formación de productos moleculares de origen proteico y/o lipídico capaces de llevar un mensaje molecular hasta un lugar donde lo entregan. Estos productos moleculares de las glándulas endocrinas son las hormonas. Cada glándula endocrina está conectada al sistema circulatorio, ruta a la cual vierten las hormonas, de modo que usan la sangre para recorrer el organismo y llegar hasta su destino, el cual es conocido como célula o estructura blanco. Al llegar a un blanco, una hormona genera una respuesta hormonal, la que puede producir:

  • Formación de otra hormona.
  • Regulación de la producción de la misma hormona.
  • Activación y/o inactivación de algún proceso biológico asociado a la hormona.

Hipófisis: control central de la regulación hormonal

Tanto hombres como mujeres poseen en la base de su cerebro, en posición medial, una glándula denominada hipófisis, dividida en una estructura anterior o adenohipófisis, y una estructura posterior o neurohipófisis.
La adenohipófisis libera la Hormona Folículo Estimulante (FSH, por sus siglas en inglés) y la Hormona Luteinizante (LH, por sus siglas en inglés). Estas son liberadas en respuesta a la acción de una estructura nerviosa ubicada sobre la hipófisis, el hipotálamo, el cual libera factores liberadores de hormonas que estimulan la hipófisis, generando como respuesta la formación y liberación a la sangre de la FSH y LH. Estas dos hormonas tendrán un papel altamente relevante en la diferenciación sexual secundaria de niños y niñas, convirtiéndolos en hombres y mujeres durante la pubertad y adolescencia.

Acción de FSH y LH en hombres

Durante la pubertad y adolescencia de los hombres, la adenohipófisis se activa, comenzando la formación y liberación de las hormonas FSH y LH a la sangre, a nivel cerebral. Estas hormonas viajan a través de la sangre hasta llegar a los testículos. Una vez allí, ambas hormonas mediarán por un lado, la capacidad del varón de poder formar gametos (espermatozoides) sanos y aptos para el proceso reproductivo, y por otro, la aparición de caracteres sexuales secundarios implicados en el atractivo hacia un par sexual. La FSH en los testículos actuará sobre pequeños blancos denominados células de Sertoli, las cuales se encuentran formando parte de los túbulos seminíferos en cada testículo y protegen a los espermatocitos, células que darán origen luego de una serie de procesos de diferenciación a los espermatozoides maduros. Este proceso de diferenciación depende de la acción de la LH, la cual provocará la respuesta hormonal de otros blancos denominados células de Leydig, las que liberarán como respuesta testosterona, hormona sexual relacionada a la maduración de espermatozoides y aparición de caracteres sexuales secundarios en los hombres.

Acción de FSH y LH en mujeres

Al igual que en los varones, durante la pubertad y adolescencia de las mujeres, la adenohipófisis se activa, comenzando la formación y liberación de las hormonas FSH y LH a la sangre, a nivel cerebral. Estas hormonas viajan a través de la sangre hasta llegar a los ovarios. Una vez allí, ambas hormonas mediarán por un lado, la capacidad de la mujer de formar gametos (ovocitos) sanos y aptos para el proceso reproductivo, y por otro, la aparición de caracteres sexuales secundarios implicados en el atractivo hacia un par sexual. Tanto la FSH y LH en los ovarios actuarán sobre pequeños blancos denominados células de la teca, las cuales se encuentran rodeando a los ovocitos en estructuras denominadas folículos, los cuales han sido formados a nivel embrionario en las mujeres. La FSH sobre las células de la teca foliculares provocará el crecimiento y mantención de los folículos hasta el punto en que se produzca la ovulación (liberación de un ovocito desde un folículo). Mientras tanto la FSH esté manteniendo la estructura de los folículos, estos liberarán el grupo de hormonas sexuales conocido como estrógenos, responsables de los caracteres sexuales secundarios en la mujer. La ovulación está mediada por la acción de la LH sobre los folículos, cambiando la configuración de las células de la teca, transformándolas en el denominado cuerpo lúteo. El cuerpo lúteo es un tejido que comienza a liberar la hormona sexual llamada progesterona, la cual prepara al cuerpo de la mujer ante un eventual embarazo. Si no se produce un embarazo, el cuerpo lúteo es reabsorbido por el organismo, reiniciando el ciclo.