Origen de las especies y diversidad

Descubre cuál es la forma en que los organismos de nuestro planeta se diversificaron en la infinidad de formas que existen actualmente.

Las teorías que explican el origen de la vida en la Tierra y que consideran aspectos científicos, plantean la aparición por diversas vías, de modelos de seres vivos simples, de muy baja complejidad, por lo general unicelulares y procariontes. De algún modo estos modelos dieron paso de manera posterior a organismos de mayor complejidad, pasando por ejemplo del modelo procarionte al eucarionte, de la unicelularidad a la pluricelularidad, etcétera, logrando modelos evolutivos tan intrincados como los que poseen hoy en día las especies presentes en nuestro planeta. Los primeros seres vivos de los cuáles se tienen evidencias de existencia comprenden las denominadas especies ancestrales, las cuáles, producto de cambios en su información genética, que de una u otra manera se tradujeron en cambios en su morfología, comportamiento y/o estructuras vitales, dieron paso a las especies actuales, denominadas especies nuevas. Las explicaciones actualmente válidas para la aparición de las especies nuevas desde las especies antiguas son 2: primero, las creencias que inculca el creacionismo, donde las especies nuevas fueron creadas por un ser divino y se han mantenido sin modificaciones en un periodo de miles de años (aproximadamente 12000 años según la creencia), versus las corrientes científicas que plantean el transformismo, a partir de las que las especies ancestrales han ido transformándose y evolucionando, dando paso a la diversidad de especies nuevas animales y vegetales, mucho más complejas y adaptadas a las condiciones del ambiente en el que se desenvuelven.

¿Qué significa evolución?

Cuando se dice que las especies nuevas son “más evolucionadas” que las ancestrales, o que el ser humano es el organismo “más evolucionado” del reino animal, se está cometiendo la falacia de no comprender el verdadero significado de los que implica la evolución. Se debate también cuánto puede demorar un organismo en “transformarse” en otro (evolucionar en otro) y si es posible predecir en qué se transformará, o si el proceso puede ir en reversa. Otros piensan que el proceso evolutivo ya cesó, ya que las especies actuales permanecen sin cambios, es decir, los humanos siguen siendo humanos desde por lo menos 3000 años atrás, sin mayores cambios. La imagen de ancestros humanos siguiéndose unos a otros es famosa, y es casi un ícono del proceso evolutivo, sin embargo tampoco es un buen ejemplo gráfico de cómo estaría operando la evolución. A continuación, se exponen en breve aspectos de la evolución como proceso:

  • La evolución no es una hipótesis, ni una teoría: es un hecho. Las múltiples pruebas existentes a favor de este proceso son más que contundentes, por ejemplo, la existencia de fósiles de animales hoy extintos.
  • La evolución es un proceso gradual, visible en grandes escalas de tiempo. Tiempos menores a 5000 años son demasiado acotados para observar pruebas claras y tangibles de procesos de transformación evolutiva en los organismos.
  • La evolución no es predecible, y sólo avanza. No es posible que un organismo que “ha evolucionado” vuelva en su camino atrás, volviéndose nuevamente la especie ancestral. Los reptiles actuales no pueden volver a ser dinosaurios ni los humanos, monos.
  • Las explicaciones que tratan de esclarecer cómo opera la evolución son debatibles totalmente, pero la evolución como proceso es una verdad científica. Existen muchas formas de explicar cómo opera la evolución, como el transformismo lamarckiano, la Selección Natural, entre otras, las que son todas debatibles y refutables.
  • La evolución no es un proceso lineal, sino que representa una ramificación. Las especies ancestrales han dado origen a múltiples modelos de especies intermedias, y estas a su vez, a especies nuevas, pero no de manera lineal.
  • No es correcto afirmar que un organismo es más evolucionado que otro. Decir que un humano es más evolucionado que una bacteria es solo antropocentrismo; ambas especies no están extintas, por lo que sus modelos evolutivos siguen estando adaptados a nuestro entorno, por ende, ambos son “igual de evolucionados”. Lo más correcto es decir que la bacteria pertenece a un grupo de organismos “menos derivado” que el humano.