Conoce cuáles son los mecanismos mediante los cuales es posible tratar una enfermedad infecciosa en complemento con la acción inmune.
Una gran parte de las enfermedades que padecemos son causadas por microorganismos, ya sean hongos, virus, bacterias o protozoos. Estos se integran a nuestros sistemas de manera completa o inoculan sustancias que provocan enfermedades infecciosas, las cuales requieren de tratamiento inmediato para evitar su complicación. Dependiendo del estado de salud del individuo receptor de la infección, se establecerá, junto a otras variables propias del patógeno, el grado de virulencia del microorganismo, es decir, la capacidad de provocar una enfermedad infecciosa bajo ciertas condiciones fisiológicas y ecológicas. En general, los microorganismos que provocan este tipo de enfermedades son organismos altamente adaptados y con gran éxito reproductivo, por ende poseen una alta resistencia a condiciones ambientales extremas, lo que los faculta para sobrevivir en todo tipo de entornos y les entrega un alto grado de propagación y colonización.
La disciplina de la inmunología que estudia el grado de alcance de los microorganismos y las enfermedades infecciosas que pueden producir recibe el nombre de epidemiología. Cuando una enfermedad infecciosa provoca un gran número de contagiados y enfermos localizados en un sector restringido, se habla de una epidemia, en tanto si esta condición cruza barreras locales y geográficas, y se expande a nivel continental o global, se considera una pandemia. Muchas de las enfermedades infecciosas son provocadas por bacterias, las que siguen ritmos de crecimientos acelerados y tendientes a agotar todos los recursos que encuentran en su entorno (crecimiento de tipo exponencial). Dependiendo del crecimiento poblacional bacteriano será el progreso y/o retroceso de una enfermedad infecciosa de origen bacteriano, en ese sentido se tiene que las bacterias presentan las siguientes fases de crecimiento:
Actualmente los planes de control epidemiológico incluyen campañas de prevención a través de planes de inmunización obligatorios a nivel mundial, y otros optativos según las necesidades de cada país. Estos planes están dados fundamentalmente por la aplicación de calendarios de vacunación.