28 de julio: Independencia de Perú

Tras las extensas guerras de independencia de la Gran Colombia, Provincias Unidas de La Plata y Chile, se logra derrotar al último enclave español en Sudamérica: Perú.

Antecedentes históricos

En 1809 y 1810 una serie de países latinoamericanos habían creado Juntas de autogobierno en la circunstancia de estar el rey Fernando VII prisionero de los franceses. Al ser liberado comenzó un periodo restaurador, en que fue retomando el poder. En 1816 solo las Provincias Unidas de la Plata, actual Argentina, y la Región de los Llanos Orientales del Orinoco, actual Venezuela, se mantenían libres de España. Desde esos lugares se iniciarán contraofensivas para sacar a los españoles del poder en Sudamérica.

La estrategia para liberar a Sudamérica de los españoles contemplaba un gran problema: derrotar al muy arraigado poder español de Lima, Perú.

Expedición Libertadora del Perú

La escuadra

Una vez que la Independencia de Chile estuvo asegurada en 1818, el general argentino José de San Martín organizó una expedición libertadora a Perú. No fue fácil lograr su financiamiento, incluso el Estado de Chile, al mando del Director Supremo Bernardo O’Higgins, debió endeudarse con un banco británico para poder pagar los costos de la operación naval y militar.

El 20 de agosto de 1820, con banderas chilenas, bajo el mando de San Martin, zarpa desde el puerto de Valparaíso la Escuadra Libertadora del Perú, la cual llega el 8 de septiembre de 1820 a la localidad de Paracas, ocupando muy pronto Pisco. Son más de cuatro mil hombres los transportados.

Conferencias de Miraflores

En España las tropas que vendrían a Sudamérica a restaurar el régimen monárquico se sublevaron. Se dio la instrucción entonces de restablecer la Constitución de Cádiz y de iniciar parlamentos con los «independentistas». El virrey del Perú Joaquín de la Pezuela inició el 25 de septiembre de 1820 conversaciones con el general José de San Martín. Las llamadas «Conferencias de Miraflores» no dieron resultados positivos, por lo que las hostilidades se reanudaron.

Guerra en mar y tierra

Las acciones marítimas a cargo del Almirante Lord Thomas Cochrane, un inglés contratado por Chile, lograron bloquear los puertos peruanos.

Las tropas de San Martin fueron desembarcando cada vez más cerca de Lima, jurándose la Independencia el 29 de diciembre de 1820 en la ciudad de Trujillo, la cual logra la independencia pacíficamente.

La firme lealtad del virrey Pezuela a la monarquía absoluta lo llevó a que sus oficiales liberales lo destituyeran. Su líder el general José de la Serna será después el último virrey del Perú.

Las acciones militares continuaron por varios meses, hasta que el 25 de junio de 1821 las tropas españolas debieron abandonar Lima. La ciudad se encontraba con escasez de alimentos y era insostenible mantener la posición. El virrey La Serna se movilizó a Cusco, donde la guerra se extendería aún por algunos años.

El ingreso de las tropas del general José de San Martin a Lima fue triunfal, siendo declarado Protector de Perú.

Proclamación de la Independencia del Perú

El 15 de julio de 1821 el encargado Manuel Pérez de Tudela terminó la redacción del Acta de Independencia del Perú, la cual fue firmada por 339 «notables» y 3 mil 504 personas de la ciudad, representando a diversos sectores.

El 28 de julio de 1821, en la actual Plaza de Armas de Lima, José de San Martín proclamó la Independencia de Perú, diciendo: «El Perú desde este momento es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Viva la Patria!, ¡Viva la Libertad!, ¡Viva la Independencia!»

El acto fue repetido en un peregrinar, en la Plazuela de La Merced, en el convento de los Descalzos y en la actual plaza Bolivar.

La última etapa

San Martín estuvo un año gobernando en Lima. Luego, por un aparente acuerdo en Guayaquil con Simón Bolivar, será éste quien se haga cargo de la última etapa de la guerra.

La guerra de Independencia se extendería hasta 1825, cuando en el Alto Perú, actual Bolivia, las tropas de los generales venezolanos Sucre y Bolivar triunfen sobre los restos del ejército español, aún dirigidos por el general de la Serna.