Aristocracia colonial

El sólo hecho de ser un descendiente de español sin mezcla racial lo llenaba de privilegios. Pero igual eran discriminados, pues sólo los nacidos en España podían tener cargos políticos.

El concepto aristócrata se refiere al poder de los mejores, y según el pensamiento de la colonia chilena ellos eran un grupo constituido por gente blanca, de origen español, que nunca se había mezclado con otras razas, ni indígenas, ni negros. A su piel blanca normalmente se les asocia una calvicie ya a los treinta años y un árbol genealógico con claros padres, abuelos, bisabuelos, etc. En un principio eran solo los españoles de Castilla que recibieron durante la conquista las encomiendas de indios y sirvieron en el ejército. Después se fueron integrando descendientes de todas las zonas de España, sobre todo vascos quienes se dedicaron exitosamente al comercio, con la ayuda de sus contactos en España. A esta nueva cultura castellana-vasca se les llamó los criollos y son los que dominan al país desde su poder económico. Es una alianza que agrupa las riquezas de los propietarios de las grandes haciendas, yacimientos mineros y comercio. Para lograr una legitimación de sus privilegios buscan obtener títulos de nobleza, aunque sea comprándolos, existiendo por ejemplo un Conde de la Conquista, lo que simbolizaba que la familia estaba por sobre las demás.

Los hombres aristócratas.

Los varones de estas familias tenían una plena libertad moral. A pesar de los principios religiosos que lo prohibían, era habitual que aristócratas tuvieran hijos con mujeres indígenas o mestizas, descendientes los cuales no eran reconocidos legalmente. Los jóvenes varones tenían el privilegio de poder estudiar, incluso en Santiago funcionaba la Universidad de San Felipe, donde se enseñaba Medicina, Derecho y Teología. Para evitar que la riqueza familiar se fragmentara existió el mayorazgo, el cual consiste en que solo el hermano mayor hereda la totalidad de las propiedades.  Un total de 21 mayorazgos se observan al momento de la Independencia,  a quienes su capacidad de decisión en la economía choca con las nuevas políticas de los reyes Borbones. Los criollos pudieron enviar a sus hijos a Europa, quienes al volver lo hacen con nuevas ideas, en el concepto esencial que el poder económico es dueño también del poder político.

Las mujeres aristócratas

La fuerte influencia de la Iglesia Católica obligaba a las mujeres a mantener una vida de fidelidad a su marido. Las señoras de la casa daban las instrucciones a sus sirvientes para que cuidaran correctamente a sus hijos, se mantuviera la casa aseada y se cocinara en forma abundante. La educación de las niñas se orientaba a la religión y a una vida en matrimonio. el cual era habitual que se contrajera a los catorce años. En muchos casos el matrimonio era arreglado por los padres y tenía por finalidad hacer alianzas en lo económico, como por ejemplo evitar la competencia entre dos familias. Las aristócratas solo podían salir a la calle acompañadas, por ejemplo la madre con su hija, y si el acompañante era hombre debía ser su hermano, su padre, su esposo o su hijo. Al pasar el tiempo algunas señoras de la aristocracia se hacían acompañar de una sirvienta que pasaba a llamarse «dama de compañía», lo que le daba un poco más de libertad en el contexto de la muy machista sociedad colonial.