La guerra del Pacífico (1879 – 1883)

La guerra del Pacífico fue un conflicto armado en el que se enfrentaron Chile, Perú y Bolivia y sus consecuencias se manifiestan en la actualidad con los frecuentes reclamos y peticiones del Estado altiplánico a su similar chileno para conseguir una salida soberana al mar.

Para Chile la guerra del Pacífico fue un conflicto mucho más trascendente observado desde las perspectivas territoriales, militares y económicas que el anterior enfrentamiento con España. Los orígenes esta guerra fraticida se remontan a las diferencias limítrofes que sostenían Chile y Bolivia por los territorios del denominado Despoblado de Atacama, y que en la década de 184 desató un conflicto diplomático al ser descubiertos yacimientos de guano en las costas y de salitre en el interior; la principal razón del problema surgió porque la mayor parte de la explotación minera era realizada por capitales y trabajadores chilenos. Sin embargo, algunos autores sostienen que la causa de la guerra del Pacífico fue la presión ejercida por la oligarquía chilena deseosa de asegurarse la explotación de los valiosos recursos hallados en el territorio en disputa.

Con la intención de asegurar la participación boliviana en la guerra contra España, el gobierno chileno en el año 1866 suscribió con su par boliviano un tratado en el cual se estableció como límite el paralelo 24º de latitud sur y se acordó la partición de los montos recaudados bajo la noción de impuestos sobre las importaciones salitreras que se llevaran a cabo entre los paralelos 23º y 26º de latitud sur.

En el año 1873 los gobiernos de Perú y Bolivia firmaron un acuerdo, de carácter secreto, en el que se comprometían a actuar en forma conjunto en el caso de que cualquiera de los dos países fuera agredido por un tercero; cuando este tratado fue conocido en Chile, la opinión pública lo percibió como una provocación contra los intereses chilenos en los territorios en disputa.

La implementación del tratado de 1866 entre Chile y Bolivia resultó compleja y por ello en 1874 ambos países firmaron un nuevo tratado en el que el gobierno chileno renunció a sus pretensiones sobre los territorios ubicados al norte del paralelo 24º y a cambio el gobierno boliviano se comprometió a no elevar los impuestos a las empresas salitreras chilenas presentes en la zona.

A raíz de la grave crisis económica que sacudió al comercio internacional en la década de 1870, el gobierno boliviano liderado por el presidente Hilarión Daza aumentó en el año 1878 intempestivamente el valor de los impuestos que cancelaba la Compañía de Salitres de Antofagasta. Sin embargo, ante la negativa de la empresa chilena a pagar los nuevos impuestos, el gobierno de Daza procedió a la confiscación y al remate de los bienes de la Compañía de Antofagasta.

La respuesta del gobierno chileno no se hizo esperar y ante la presión de las empresas afectadas el 14 de febrero de 1879 ordenó al Ejército proceder a la ocupación de Antofagasta con el propósito de impedir el remate de la salitrera. Esta decisión del gobierno chileno fue tomada sin tener conocimiento oficial del tratado firmado entre Perú y Bolivia, por lo que al manifestarse el gobierno peruano a favor de la posición boliviana, el presidente Aníbal Pinto declaró la guerra a Bolivia y Perú el 5 de abril de 1879.

Las acciones militares de este conflicto se llevaron a cabo, principalmente, en territorio peruano y boliviano; sin embargo, el principal escenario bélico se situó en el mar, puesto que el resultado final de la guerra dependía en gran parte del control de las rutas marítimas del Pacífico sur, ya que la mayor parte de los ingresos de los países involucrados provenían de la exportación del salitre.

De acuerdo a este principio, la escuadra naval chilena se dirigió al norte y desplegó un bloqueo sobre el puerto peruano de Iquique, con lo que logró infligir un severo daño a la economía peruana pues Iquique era la principal vía de salida al exterior del salitre peruano. Sin embargo, al no encontrarse presente la escuadra peruana en las aguas de Iquique, la flota chilena salió en su persecución hacia el puerto del Callao dejando en Iquique a las naves Covadonga y Esmeralda con la misión de mantener el bloque marítimo.

No obstante, mientras la escuadra chilena viajaba al Callao, las naves peruanas Huáscar e Independencia llegaron a Iquique y se enfrentaron a la Covadonga y a la Esmeralda el 21 de mayo de 1879; el resultado de este combate fue el hundimiento de la Esmeralda y la muerte se su capitán y gran parte de su tripulación.

El desequilibrio en el combate naval de Iquique se produjo por la superioridad del Huáscar, una embarcación acorazada y con un gran espolón en su proa, por lo que para las intenciones chilenas resultaba fundamental capturar a este barco y así disminuir el poder naval del Perú. La captura del Huáscar fue realizada luego de que este barco causara graves daños a las fuerzas chilenas en el combate de Angamos, el 8 de octubre de 1879.

Una vez sometida la escuadra peruana el centro de las operaciones militares se trasladó a territorio peruano y boliviano, lugares en donde el ejército chileno gradualmente consolidó la victoria y el sometimiento de las fuerzas enemigas. Las operaciones terrestres se desarrollaron en 4 campañas:

  • Campaña de Tarapacá: en esta etapa el ejército chileno se trasladó por mar y desembarcó en Pisagua, lugar que tomaron el 2 de noviembre de 1879; a medida que las fuerzas chilenas avanzaban hacia el norte se sucedieron los siguientes combates: combate de Pampa Germania, con victoria chilena el 6 de noviembre de 1879; combate de Dolores, con triunfo chileno el 19 de noviembre de 1879; combate de Tarapacá, el cual fue una dura derrota para las fuerzas chilenas el 27 de noviembre de 1879.
  • Campaña de Tacna y Arica: desembarco chileno en el puerto peruano de Ilo el 25 de febrero de 1880; combate de Los Ángeles, victoria chilena el 22 de marzo de 1880 que facilita la ocupación de Moquehua; batalla de Campo de la Alianza, el 26 de mayo de 1880, con triunfo chileno que permitió la toma de Tacna. Luego de este enfrentamiento las tropas bolivianas se dispersaron hacia el altiplano; y por último, el asalto y la toma del Morro de Arica el 7 de junio de 1880.
  • Campaña de Lima: desembarco chileno en Paracas el 20 de noviembre de 1880; batalla de Chorrillos con victoria chilena el 13 de enero de 1881; batalla de Miraflores, con victoria chilena el 15 de enero de 1881. Estos dos últimos triunfos allanaron el camino al ejército chileno en su objetivo de ocupar la capital de Perú.
  • Campaña de la Sierra: una vez ocupada Lima, grupos de militares peruanos en conjunto con numerosos indígenas desplegaron una guerrilla de resistencia a la presencia chilena, la que se desarrolló en la sierra peruana y que contó entre sus acciones con el combate de Sangra los días 26 y 27 de junio, en la que las fuerzas chilenas lograron la retirada del enemigo; la batalla de la Concepción, los días 9 y 10 de julio de 1882, en la que un reducido número de militares chilenos fueron derrotados por un contingente mucho mayor; y finalmente, el combate de Huamachuco el 10 de julio de 1883, con el cual se pone fin a la resistencia peruana boliviana y también a las acciones bélicas de la guerra del Pacífico.