La Caída de la Unidad Popular

A mediados del año 1973 la sociedad chilena estaba sumida en una situación de crisis política pre-revolucionaria, la que sólo podía zanjarse mediante la definitiva toma del poder a través de una revolución obrera y popular, o por un golpe de Estado que recompusiera el orden conocido hasta la llegada de la Unidad Popular a La Moneda. Los altos niveles de radicalización política habían llevado a que grupos subversivos de ambos sectores políticos tomaran las armas como medio para realizar sus objetivos programáticos.

Por el lado de la ultraderecha el Movimiento Patria y Libertad, un grupo paramilitar, había comenzado a desplegar acciones armadas mediante atentados explosivos contra torres de alta tensión eléctrica y por la detonación de coches bomba. Por su parte, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) estaba en plena preparación de cuadros armados con la intención de sacarlos a la calle para defender la permanencia del gobierno de la Unidad Popular y para acelerar la revolución social que la crisis política propiciaba. En forma complementaria el Grupo de Amigos del Presidente (GAP), un cuadro que se encargaba de la seguridad del Presidente Allende, aumentaba sus precauciones por miedo a que el Jefe de Estado sufriera un atentado.

El día 29 de junio de 1973 un conjunto de militares pertenecientes al regimiento Nº 2 salió a la calle a bordo de sus tanques blindados, protagonizando un intento de golpe de Estado que fue sofocado por la intervención del comandante en jefe del Ejército, el general Carlos Prats, quién obligó a los militares sublevados a rendirse; el general Prats era, además, ministro del Interior desde noviembre de 1972 como consecuencia del ajuste ministerial que practicó Allende para salir de la crisis provocada por un gran paro de camiones que sumió al país en la paralización de las faenas productivas.

Esta intentona de golpe de Estado, hecho conocido con el nombre de “tanquetazo”, generó que los partidos que componían la Unidad Popular convocaran a la ciudadanía a realizar una marcha de apoyo al gobierno de Allende, la que se llevó a cabo en el mes de julio y congregó a más de 300.000 personas frente a la dependencias del palacio de La Moneda, constituyéndose en una de las manifestaciones políticas más grandes de la historia de nuestro país.

En consideración de la delicada situación política que vivía el país y asumiendo que el poder de fuego del Ejército sería un elemento decisivo en el desenlace de la crisis política, en agosto de 1973 el presidente Allende modificó su gabinete con la finalidad de permitir nuevamente el ingreso de los militares al gobierno, en una estrategia que denominó de “seguridad nacional” y que llevó al general Carlos Prats a asumir la cartera de Defensa. Sin embargo, durante el mismo mes de agosto, la irrupción de un movimiento compuesto por las esposas de los generales del alto mando se precipitó contra los ministros castrenses y en particular contra la figura de Prats, a quién lanzaron trigo a la salida del edificio de la comandancia del Ejército.

Tras este incidente y al comprobar que su gestión no contaba con el respaldo del cuerpo de generales, el ministro Prats decidió presentar su renuncia al gabinete y a la comandancia del Ejército el 23 de agosto. Resulta paradójico señalar que el mismo Prats recomendó a su subalterno Augusto Pinochet Ugarte para que lo reemplazara en el cargo. Siguiendo la indicación de su ex ministro, el presidente Allende procedió a designar en la comandancia del Ejército al general Pinochet, personaje que Allende consideraba seguidor de la “Doctrina Schneider”.

Las medidas adoptadas por Allende para sortear la crisis política en que se hallaba su gobierno no fueron suficientes ante la polarización en que estaban sumidos los diversos sectores políticos, y el mismo día de la renuncia de Prats el Congreso aprobó una moción para declarar la inconstitucionalidad de la administración Allende, la que fue presentada por el democratacristiano Patricio Aylwin, un personero que había liderado la formación del Bloque de Derecha, conformado por un grupo de políticos opositores al gobierno de la Unidad Popular y que era partidario de la intervención de los militares para salir de la crisis política. Como consecuencia de la moción presentada por Aylwin, desde aquel instante todas las acciones en que incurriera el gobierno estarían fuera de la ley.