La Cultura Durante la Colonia

Debido al carácter militar que tuvo la presencia española durante sus primeros años en el territorio chileno, los soldados comenzaron a ser los autores y protagonistas de las creaciones literarias en Chile a partir del siglo XVI.

En concordancia con los acontecimientos que acaecían en el Reino de Chile, la poesía épica fue un estilo que destacó en particular; su obra más representativa es “La Araucana”, un relato compuesto por Alonso de Ercilla que narra en forma crítica la guerra entre españoles y araucanos. La obra de Ercilla fue editada por primera vez en 1561 en el gobierno de Francisco de Villagra. Otra obra que trata sobre la guerra de Arauco es la poesía de Pedro de Oña “Arauco Domado”, que publicada en Lima en 1596, fue un irónico presagio del desastre de Curalaba sucedido dos años después.

Un género literario muy desarrollado en Chile durante el siglo XVI fue la crónica; en este se relataban y describían los hechos concernientes a las empresas de conquista. Se considera que uno de los primeros cronistas de Chile fue el mismo Pedro de Valdivia, quién en las cartas que escribió a Carlos V, dejó constancia escrita de la forma en que se inició la colonización peninsular en nuestro país. Otros cronistas que se pueden mencionar son: Alonso de Góngora y Marmolejo, autor de una “Historia de Chile”; Pedro Mariño de Lobera, quién redactó una “Crónica del Reino de Chile”; y Gerónimo de Vivar, al cual se le atribuye la escritura de la “Relación Copiosa y Verdadera de los Reinos de Chile”.

En el siglo XVII continúo la composición de obras de carácter histórico, aunque ahora sus autores son sacerdotes. Entre estas obras se pueden nombrar la “Historia General del Reino de Chile. Flandes Indiano” escrita por el clérigo Diego de Rosales; y la “Histórica Relación del Reino de Chile”, redactada por el padre Alonso de Ovalle, la que se publicó en el año 1645. En este periodo también hubo creación literaria laica; una de sus obras más particulares es el “Cautiverio Feliz y Razón Individual de las Dilatadas Guerras de Chile”, escrita por el soldado Francisco Núñez de Pineda y Bascuñan y que relata su experiencia como prisionero de los araucanos.

Un factor fundamental en el desarrollo cultural de Chile durante la Colonia fue la presencia de la Compañía de Jesús; esta orden religiosa se destacó por impulsar la cultura a través de sus escuelas, las que funcionaron hasta que fueron expulsados del continente en el año 1776. Sus sacerdotes también se destacaron en la creación literaria, como por ejemplo el abate Juan Ignacio Molina, autor del “Compendio de la Historia Geográfica, Natural y Civil del Reino de Chile”; o el padre Manuel Lacunza, quién compuso “La Venida del Mesías en Gloria y Majestad”.

La educación durante la Colonia fue manejada principalmente por la Iglesia por medio de sus órdenes religiosas; entre los colegios más importantes debemos nombrar al Convictorio Carolino y el Colegio Naturales de Chillán, en el que se educaba a los hijos de los caciques sometidos. En este periodo la enseñanza formal se reducía a la instrucción de los estudiantes en las nociones básicas del catecismo, las matemáticas, la lectura y la escritura. En cuanto a la educación universitaria, por muchos años los hijos de las familias acaudaladas de Chile viajaban a estudiar a Lima, en la Universidad de San Marcos; aunque en el año 1713 el alcalde del cabildo de Santiago solicitó la creación de una universidad en Chile, lo que fue autorizado por el rey de España en el año 1738.

Recién en 1758 se inauguró la Real Universidad de San Felipe, que comenzó a funcionar en Santiago. Otra institución importante fue la Academia de San Luís, en la que se enseñaba geometría, aritmética y dibujo; esta academia fue creada por mediación de Manuel de Salas en las postrimerías del periodo colonial, en el año 1779.