La esclavitud indígena

La esclavitud indígena estuvo permitida por menos de un siglo. El no respeto a la ley que la prohibe lleva a los nativos a vivir en un ambiente de completo sometimiento al español.

La prohibición de la esclavitud indígena.

Desde muy antiguo cuando una nación invadía a otra capturaba a prisioneros de guerra que pasaban a ser esclavos de los vencedores. Con la llegada del Cristianismo la esclavitud fue prohibida. Después, acomodando las cosas a favor de algunas personas, se estableció que los seres humanos «sin alma» sí podían ser esclavizados, y de ahí la existencia de la esclavitud negra. Al llegar los españoles a América fue un largo debate si los nativos tenían o no alma. Este tema marcaba la diferencia entre ser persona libre o esclava. Una Real Cédula de la Reina Isabel La Católica estableció que los «indios» podían ser forzados a trabajar por el Estado, pero asegurándoles una paga y evangelizándolos.

En 1512 el el rey de España Fernando II El Católico firmó las leyes de Burgos en que se establecía, entre otras cosas, que los nativos sí tenían derechos a ser libres, y como poseedores de un alma debían ser convertidos al Catolicismo. Se estableció un sistema llamado la Encomienda en el cual los nativos debían pagar tributos a los españoles en América a través de su trabajo. Los abusos de este sistema , el no respeto a las jornadas máximas de trabajo y otras limitaciones, llevaron a que la Encomienda se convirtiera en una forma de esclavitud. Ante esos hechos en 1542 el rey Carlos I de España dictó las Leyes Nuevas en que se establece que no habrá causa alguna para esclavizar a los indígenas, y se específica que ni siquiera en caso de guerra o rebeldía ello era posible.

La esclavitud indígena se autoriza en España.

En los primeros años de la Conquista española fue muy común capturar indígenas y convertirlos en esclavos. Todo y a pesar de la prohibición legal de hacerlo. Sin embargo, en 1608 las cosas cambiaron. El rey Felipe III de España autorizó esclavizar indígenas con la condición de que éstos hayan sido capturado en batallas de resistencia al dominio español. La Iglesia Católica protestó por ello, sobre todo los Jesuitas que se encontraban haciendo un trabajo evangelizador en las tierras mapuches, nativos los cuales eran el principal blanco de esta normativa esclavista. La Corona se justificó bajo el concepto de «guerra justa», entendido esto como el derecho a someter a quienes no aceptaban ser parte del Imperio Español.

En el reino de Chile el permiso para esclavizar trajo pocos beneficios a los españoles que cumplían con la ley al pie de la letra, pues los nativos esclavizables eran pocos, dado que en la frontera de Arauco, donde se topaban los españoles con los mapuches, se vivía en un ambiente más bien pacífico, dado los acuerdos a que habían llegado a través de los «parlamentos» como el de Quilín en 1641. Pero hubo un gobernador en Chile de nombre Antonio de Acuña y Cabrera que a mediados del siglo XVII hizo su propia guerra, tomando prisioneros a indígenas que se dedicaban a la agricultura, y vendiéndolos en los mercados de esclavos, como si hubiesen sido rebeldes capturados en una batalla. A estas acciones se le llamaba las campeadas si se buscaban hombres y en caso de raptos de mujeres pasaban a llamarse malocas. En 1655 los mapuches hicieron un gran alzamiento, reiniciándose la Guerra de Aruaco. Por muchos años los mapuches también tuvieron un sistema de escaramuzas de guerra, que tenían por fin el rapto y el robo a los españoles, a lo que se le llamó los malones.

En 1674 la Reina Mariana Regente de España abolió la esclavitud indígena. Su decisión es en armonía con el pensamiento de la Iglesia Católica y con la tradición de las leyes establecidas por Isabel y Fernando, los reyes católicos, y por Carlos I. Su decisión hizo bajar la presión de la Guerra de Arauco, que entró en una larga etapa de paz. Por otra parte, el mestizaje en la zona central de Chile ya era un alto porcentaje de la población, por lo tanto había mano de obra barata, dispuesta a trabajar a cambio de solamente su sustento alimenticio.